Tenía que atender a un hermano de corta edad en los momentos en los que su madre se embriagaba
ALMERÍA HOY / 25·01·2025
Una juez de Almería ha condenado a una madre a 21 años de prisión por un delito de maltrato habitual hacia su hija adolescente debido a los distintos insultos y menosprecios a los que la sometía, toda vez que le negaba la posibilidad de acudir a clase al tiempo que la obligaba a hacer tareas domésticas.
El fallo impone también a la mujer, además de la pena privativa de libertad, una orden de alejamiento de 500 metros e incomunicación con respecto a su hija por un periodo de tres años, según informa Europa Press.
La acusada, de 35 años, sometía a su hija, a continuos menosprecios e insultos al menos entre 2018 y mayo de 2019, cuando contaba con unos 15 años de edad, toda vez que le habría obligado a realizar "por la fuerza" tareas del hogar bajo su negativa de que fuera al instituto. Estos hechos provocaron en la menor significativos problemas de autoestima así como sintomatología ansioso-depresiva.
La magistrada tuvo en cuenta el testimonio de la afectada, quien narró que se vio obligada a abandonar los estudios para poder atender a un hermano de corta edad en los momentos en los que su madre se embriagaba, lo que ocurría con determinada frecuencia, lo que le llevó finalmente a interponer una denuncia apoyada por los servicios sociales del Ayuntamiento de Níjar.
La denuncia se interpuso tras la "ayuda y asesoramiento" de los servicios sociales dado que la menor no acudió directamente a la Guardia Civil ante el problema que enfrentaba.
El fallo impone también a la mujer, además de la pena privativa de libertad, una orden de alejamiento de 500 metros e incomunicación con respecto a su hija por un periodo de tres años, según informa Europa Press.
La acusada, de 35 años, sometía a su hija, a continuos menosprecios e insultos al menos entre 2018 y mayo de 2019, cuando contaba con unos 15 años de edad, toda vez que le habría obligado a realizar "por la fuerza" tareas del hogar bajo su negativa de que fuera al instituto. Estos hechos provocaron en la menor significativos problemas de autoestima así como sintomatología ansioso-depresiva.
La magistrada tuvo en cuenta el testimonio de la afectada, quien narró que se vio obligada a abandonar los estudios para poder atender a un hermano de corta edad en los momentos en los que su madre se embriagaba, lo que ocurría con determinada frecuencia, lo que le llevó finalmente a interponer una denuncia apoyada por los servicios sociales del Ayuntamiento de Níjar.
La denuncia se interpuso tras la "ayuda y asesoramiento" de los servicios sociales dado que la menor no acudió directamente a la Guardia Civil ante el problema que enfrentaba.