La Consti…pada


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PASEO ABAJO/Juan Torrijos


Hoy estamos de fiesta los españoles de a pie. Nos hemos despertado esta mañana, es la única ventaja, sin el maldito sonido de la alarma del móvil. Dicen que cada seis de diciembre se celebra el que tenemos una ley, la Constitución (creo que últimamente anda algo “constipada” la pobre), que nos hace iguales a todos los españoles. ¿Están ustedes seguro de ello? Cada día me cuesta más trabajo creerlo. ¿Era Santo Tomás el que no creía, o solo el hombre había perdido la fe? Aunque, he de reconocer que en un tiempo lejano yo creí que era así. Y la voté. Y lo hice con ilusión, no crean, hasta con esperanza en el futuro que se nos presentaba.

Andaba uno por la Barcelona de Pujol (menudo elemento el caballero, su señora y los hijos de estos). Por cierto, ¿saben ustedes si lo han juzgado ya, o todavía están los jueces esperando despertarse de algún largo sueño?, —hay quien dice que se le sigue teniendo miedo al hombre del tres por ciento—. Tenía en aquellos años, qué lejanos aparecen hoy en la historia vivida, la sensación de que la misma, la hoy “Constipada” ley que votamos más del noventa por ciento de los ciudadanos iba a servir para curar rencillas, para que nos olvidáramos dentro de nuestras propias familias de lo que había sido la división creada por una guerra, en la que como siempre el vecino del pueblo, o el de la pequeña ciudad poco o nada tuvo que ver, pero pagó las consecuencias de cualquiera de los dos bandos.

Hubo unos años tras la votación que creíamos que la hoy “Constipada” nos daría todo aquello que nos decían los padres de la misma. Los años nos hacen viejos, y en el devenir de los mismos se le van viendo las costuras a la vida, se pierden algunos amigos y las creencias se resquebrajan. Los políticos creemos que nos engañan, cuestión ésta que casi siempre es cierta. Pero hemos ido viendo crecer a la familia y celebrando este seis de diciembre como el día en el que pensábamos que todos éramos iguales. Y no lo somos. Solo una cosa nos hace iguales a los seres humanos: la muerte. Y hasta hay diferencias y largas colas de soledad a la hora de llegar hasta ella. Como con la “Constipada”.

A veces pensamos que la culpa es nuestra, en otras buscamos al de enfrente para acallar la conciencia. No quisimos darnos cuenta de cómo nació esta ley, y con el paso de los años te vas enfrentando a una imposición de división entre los mismos españoles que subyace dentro de la misma. Nos decían que era la ley de la concordia, pero algunos que la votaron no estaban de acuerdo y dejaron sus semillas dentro de la misma. Esas que han aflorado en estos tiempos, y que, con el apoyo de un presidente como Pedro Sánchez, sin olvidarnos de un tal Rodríguez Zapatero, hace que éste no sea ese día de igualdad para todos los ciudadanos. Y bien que lo sentimos.