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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
Al señor Cerrillos, don Antonio, el día que se casó con Mari Puri Sánchez le tocó la lotería. Si no le hubiera dado el sí en aquella hermosa ceremonia (una boda siempre es una acontecimiento a tener en cuenta), el novio en cuestión no estaría disfrutando de una posición envidiable como esposo de doña Purificación. Los hijos, decían los viejos de antaño que venían con un pan debajo del brazo. Hay esposas que llegan al matrimonio, no con un pan debajo del brazo, lo hacen con un sueldazo de los que ofrecen muy contadas empresas.
La más conocida es la Once. ofrece un sueldo de esas características, pero tiene usted que participar en su juego, que no es otro que comprar el famoso cupón. La segunda gran empresa es la política. El marido de Mari Puri no ha tenido que comprar el cupón, su esposa es jefa del Ayuntamiento de su pueblo, ese hermoso pueblo almeriense que es Cantoria, y que ve en estos días cómo la alcaldesa regala, dona, pone un sueldo de sesenta mil euros al año, denuncia la oposición, al hombre con el que se casó.
¡Ya se han casao, ya se han casao!
¿Llegó o no llegó a la boda con Mari Puri el señor Cerrillos, don Antonio, con un torta de chicharrones (qué buenas aquellas tortas que se han ido perdiendo, en la que el chicharrón se notaba y se disfrutaba, las de la panadería de Padules siguen siendo un lujo), debajo del brazo? Llegó, llegó, y grande era la torta, de sesenta mil euros nada menos. A la primera mujer de Cantoria la oposición del Pp le ha dedicado toda clases de epítetos solo por intentar que en su familia se viva un poco mejor. Entiendan, señores del Pp, que lo de lo que trataba la señora alcaldesa es que la familia Cerrillos-Sánchez viva con ciertas holguras. Y en eso estarán conmigo, es algo que debe ser el camino a seguir por todos y cada uno de los miembros de un clan familiar.
Doña Mari Puri ha ejercido el derecho que por ley tiene al ser la alcaldesa del pueblo, y lo usa, como lo usan el resto de los políticos a la hora de enchufar a sus familiares, amigos, ligues y compañeros del partido. Doña Mari Puri le ha puesto sesenta mil euros de sueldo a su marido porque, a lo largo de los últimos cuarenta años, ningún gobierno, ni del Pp, ni del Psoe, ha controlado la contratación y economía de ayuntamientos, diputaciones y gobiernos autonómicos.
Doña Mari Puri es de las que piensan que el dinero del ayuntamiento es suyo, y hace con él lo que cree oportuno, y le da la gana. Y lo más oportuno y práctico para la cuenta de su familia ha sido ponerle un buen sueldo a su marido. Es la ley que viene ofreciendo la política. Y como la ética y la moral no parece estar en el personal que forma parte de ella, vemos actos como el de Cantoria crecer como setas en todos los gobiernos de este país.
La más conocida es la Once. ofrece un sueldo de esas características, pero tiene usted que participar en su juego, que no es otro que comprar el famoso cupón. La segunda gran empresa es la política. El marido de Mari Puri no ha tenido que comprar el cupón, su esposa es jefa del Ayuntamiento de su pueblo, ese hermoso pueblo almeriense que es Cantoria, y que ve en estos días cómo la alcaldesa regala, dona, pone un sueldo de sesenta mil euros al año, denuncia la oposición, al hombre con el que se casó.
¡Ya se han casao, ya se han casao!
¿Llegó o no llegó a la boda con Mari Puri el señor Cerrillos, don Antonio, con un torta de chicharrones (qué buenas aquellas tortas que se han ido perdiendo, en la que el chicharrón se notaba y se disfrutaba, las de la panadería de Padules siguen siendo un lujo), debajo del brazo? Llegó, llegó, y grande era la torta, de sesenta mil euros nada menos. A la primera mujer de Cantoria la oposición del Pp le ha dedicado toda clases de epítetos solo por intentar que en su familia se viva un poco mejor. Entiendan, señores del Pp, que lo de lo que trataba la señora alcaldesa es que la familia Cerrillos-Sánchez viva con ciertas holguras. Y en eso estarán conmigo, es algo que debe ser el camino a seguir por todos y cada uno de los miembros de un clan familiar.
Doña Mari Puri ha ejercido el derecho que por ley tiene al ser la alcaldesa del pueblo, y lo usa, como lo usan el resto de los políticos a la hora de enchufar a sus familiares, amigos, ligues y compañeros del partido. Doña Mari Puri le ha puesto sesenta mil euros de sueldo a su marido porque, a lo largo de los últimos cuarenta años, ningún gobierno, ni del Pp, ni del Psoe, ha controlado la contratación y economía de ayuntamientos, diputaciones y gobiernos autonómicos.
Doña Mari Puri es de las que piensan que el dinero del ayuntamiento es suyo, y hace con él lo que cree oportuno, y le da la gana. Y lo más oportuno y práctico para la cuenta de su familia ha sido ponerle un buen sueldo a su marido. Es la ley que viene ofreciendo la política. Y como la ética y la moral no parece estar en el personal que forma parte de ella, vemos actos como el de Cantoria crecer como setas en todos los gobiernos de este país.