¡Ni una muerte más!


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PASEO ABAJO/Juan Torrijos

Qué vergüenza de político, sea del partido que sea, el que tras la muerte de una mujer solo se le ocurre decir: “No podemos permitir ni una muerte más”. Y eso lo dice ante el cuerpo presente de una mujer de 56 años, asesinada por su compañero de 72, y que ella había denunciado en el año 2021 y 2023. ¿Qué se hizo desde entonces en la defensa de esta mujer? Ahora nos cuentan que Mari Nieves renunció a la protección y las ayudas el año pasado. ¿Nos lo creemos? Viniendo de un político, qué quieren que les diga, si son maestros de la mentira y del embuste.

Cantan el dinero que se vienen gastando los gobiernos en chiringuitos en defensa de la mujer, según dicen ellos, lo malo es que se reconoce que en ciento treinta de los mismos ha habido presunta malversación, vamos, un uso fraudulento de los dineros recibidos. Como en los cientos de chiringuitos montados y que nadie desmonta. ¿Por qué será? ¿No les llama la atención?

¿Qué se puede esperar de los políticos cuando te cuentan que los dineros que debían servir para proteger a las mujeres con problemas están siendo investigados por la Guardia Civil por una presunta malversación? Y encima se permiten el lujo estos gañanes, padres de la subvención y del despilfarro, en decir, ante el cadáver de una mujer que: ¿No podemos permitir ni una muerte más? ¿Vosotros? Por vosotros van a seguir muriendo mujeres, por vosotros España se ha convertido en un país inseguro para la mujer, por vosotros la mujer tiene miedo a salir sola a la calle de noche en ciudades como Almería, no te digo más en otras más peligrosas. ¡Borracha y sola! ¿Recuerdan?

Pero no hay que pensar solamente en la mujer, las noches, la oscuridad de una ciudad como la de Almería, con una luminaria pobre, más que pobre habría que decir, hace que el resto de la gente, no solo las mujeres, tengan miedo a salir de noche a pasear por sus calle. En aquellas donde no hay bares o comercios, o donde apagan las luces de los escaparates, estas se convierten en oscuros caminos solitarios, en bocas de lobos por donde ronda…

Por vosotros, por vuestras leyes buenistas, las mujeres no tienen defensa en las calles, tampoco en sus hogares, incluso no tienen defensa, como se ha demostrado con la muerte de Roquetas, aunque hayan denunciado a su maltratador, a su presunto asesino, en dos o tres ocasiones a lo largo de los últimos años. Al final llegó lo inevitable, y la mujer murió en manos de su compañero, como ella misma había pronosticado en dos ocasiones que podía ocurrir. Y lo único que se le ocurre decir a este lenguaraz, es: “No podemos permitir ni una muerte más”.

No habría forma de que junto a estos asesinos que deberían pudrirse en la cárcel, no hubiera alguno de estos políticos a los que se les llena la boca de sandeces cuando muere una mujer, en la cárcel de papel de la vieja Codorniz.