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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
Durante un viaje por el levante, con reencuentro incluido con amigo de hace cuarenta años. Qué buen rato, Manuel, hablando de aquella Andalucía que se vivía, se añoraba y se defendía en los setenta en Cataluña. Que nos quiten lo bailao. Y qué tristeza ver que nada de aquello tuvo un final feliz. Como siempre fueron los cuatro de aquí, de la propia Andalucía, los Caballo, los Uruñuela, los Rojas, los González o los Guerra, unidos a los Pujol o los Maragall de allí, los que dejaron hecho un solar cualquier atisbo de vida para los andaluces que no acataran la Cataluña del muy honorable racista Pujol. Algunos volvimos a tiempo para darnos cuenta de que habíamos sido vendidos por los nuestros, con el apoyo de los llamados capitanes del Psoe en Barcelona. Historia. Olvidemos. Es mejor.
En ese viaje por el levante me he sentido ministro de trenes en paro. Estuve viendo los monolitos levantados por donde algún año circulará el más veloz de los caballos de hierro: El Ave. Me hice una foto para no ser menos que el ministro de esos trenes de nuestros dolores y desamparos, ofrecí una rueda de prensa con un solo personaje enfrente: Mi mujer, que me reconoció que estuve bien. Hablé de los millones que ha invertido Pedro y su gobierno, y de que el Ave estará en estas tierras, si no hay nada que lo impida, en el 26, pero que lo del túnel de Lorca tiene miga, culpa como no puede ser de otra manera que del Pp, de los tiempos de aquel presidente que leía el Marca todos los días, por lo que en el 27 llegará el Ave, bueno, finales de ese 27.
No me atreví a decir que lo mismo es a comienzos del 28. ¿Y saben por qué? Se habría enfadado mi señora. Está empeñada en subirse de una puñetera vez a un Ave, le he dicho que podemos ir a Málaga, estamos a unas horas, con Gema y Nicasio, y al Ave, o a Murcia, incluso a Albacete, la subo en el dichoso y se quita ese capricho. Está más pesada que el amigo Tejada con la mesa. Otro que da la lata con lo del Ave, aunque él ya se ha dado cuenta de que los políticos mienten mucho y se cabrean como monos cuando se lo dices. Pero ahí siguen los dos: enfadan a los ministros con tanta puya, pero la mía sigue en sus trece: Que ella quiere subirse al Ave en Almería, ya.
Eso de ser ministro de puentes y carreteras en mis visitas al levante no me ha llenado de satisfacción, no veo al Ave tan cerca del ciudadano como nos cantan los del Psoe, lo dejo para el tal Puente. Que siga siendo él el que hable del Ave en Almería. Uno de estos días lo deberían correr a gorrazos los vecinos por las calles de la ciudad ante las mentiras y medias verdades que nos dicen cada vez que vienen a dar la cara, y no creo que estén a su lado en esa ocasión María del Mar y Rosario para echarle una mano. Y es que no nos pueden decir toda la verdad, según ellos, no la entendemos los ciudadanos, no estamos preparados para conocer la verdad de la política, del Ave y de todo lo que vienen haciendo el gobierno por una España mejor, y que los ministros no pueden cambiar al personal de la noche a la mañana. Uno piensa que no lo quieren cambiar: Nos prefieren tontitos. Yo por mi parte voy a romper la foto con las obras de los pilares del Ave, no vayan a confundirme con el ministro de los trenes en paro y los gorrazos me los den a mí un día de estos.
En ese viaje por el levante me he sentido ministro de trenes en paro. Estuve viendo los monolitos levantados por donde algún año circulará el más veloz de los caballos de hierro: El Ave. Me hice una foto para no ser menos que el ministro de esos trenes de nuestros dolores y desamparos, ofrecí una rueda de prensa con un solo personaje enfrente: Mi mujer, que me reconoció que estuve bien. Hablé de los millones que ha invertido Pedro y su gobierno, y de que el Ave estará en estas tierras, si no hay nada que lo impida, en el 26, pero que lo del túnel de Lorca tiene miga, culpa como no puede ser de otra manera que del Pp, de los tiempos de aquel presidente que leía el Marca todos los días, por lo que en el 27 llegará el Ave, bueno, finales de ese 27.
No me atreví a decir que lo mismo es a comienzos del 28. ¿Y saben por qué? Se habría enfadado mi señora. Está empeñada en subirse de una puñetera vez a un Ave, le he dicho que podemos ir a Málaga, estamos a unas horas, con Gema y Nicasio, y al Ave, o a Murcia, incluso a Albacete, la subo en el dichoso y se quita ese capricho. Está más pesada que el amigo Tejada con la mesa. Otro que da la lata con lo del Ave, aunque él ya se ha dado cuenta de que los políticos mienten mucho y se cabrean como monos cuando se lo dices. Pero ahí siguen los dos: enfadan a los ministros con tanta puya, pero la mía sigue en sus trece: Que ella quiere subirse al Ave en Almería, ya.
Eso de ser ministro de puentes y carreteras en mis visitas al levante no me ha llenado de satisfacción, no veo al Ave tan cerca del ciudadano como nos cantan los del Psoe, lo dejo para el tal Puente. Que siga siendo él el que hable del Ave en Almería. Uno de estos días lo deberían correr a gorrazos los vecinos por las calles de la ciudad ante las mentiras y medias verdades que nos dicen cada vez que vienen a dar la cara, y no creo que estén a su lado en esa ocasión María del Mar y Rosario para echarle una mano. Y es que no nos pueden decir toda la verdad, según ellos, no la entendemos los ciudadanos, no estamos preparados para conocer la verdad de la política, del Ave y de todo lo que vienen haciendo el gobierno por una España mejor, y que los ministros no pueden cambiar al personal de la noche a la mañana. Uno piensa que no lo quieren cambiar: Nos prefieren tontitos. Yo por mi parte voy a romper la foto con las obras de los pilares del Ave, no vayan a confundirme con el ministro de los trenes en paro y los gorrazos me los den a mí un día de estos.