Entre Carboneras y Pulpí entran a España 3.000 inmigrantes al año. El dato ha sido revelado por el portavoz de AUGC-Almería, que vuelve a denunciar la falta de medios
Inmigrantes ilegales en el puerto de Garrucha. |
ALMERÍA HOY / 28·09·2024
El portavoz de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) en la provincia, Víctor Vega, vuelve a denunciar la falta de recursos que sufre el Cuerpo, particularmente en el Levante almeriense. Abunda que la escasez de medios acarrea consecuencias, entre ellas, que “esa parte del litoral provincial es un coladero de inmigrantes irregulares disimulado por el aluvión de Canarias”.
Las cifras aportadas por Vega son elocuentes. Reflejan que “han entrado alrededor de 3.000 ilegales de media al año entre Pulpí y Carboneras durante la última década”. Son los que han elegido las rutas “de Argelia y Marruecos Oriental”. Los que parten de la zona más próxima a Ceuta “suelen llegar a bordo de narcolanchas al Poniente”. Y por cada inmigrante interceptado, “al menos dos consiguen escapar”. Después se diluyen por toda Europa. “En Canarias, Ceuta, Melilla o Baleares están atrapados en esos territorios, pero aquí eluden más fácil los controles y pueden buscar a sus familiares. La mayoría acaban en Francia, Bélgica y países escandinavos, aunque también en el resto de España”.
Sobre los medios de que dispone la Benemérita en la provincia para luchar contra el tráfico de drogas y personas, el agente revela que disponen de cuatro embarcaciones en el puerto de Almería, no obstante, “sólo contamos con una patrullando toda la provincia en cada turno, y suele estar más centrada en perseguir a las narcolanchas en el Poniente”.
Aunque poco pueden competir con las fuera bordas de los traficantes. “Ni siquiera con las pateras. Nuestros patrulleras tienen más de 15 años y apenas alcanzan los 10 nudos [18,5 km/h]”. Vega relata un caso ocurrido este verano: no consiguieron atrapar, “después de tres horas de persecución, a una barquilla con inmigrantes que apareció abandonada en una playa de Terreros con un motorcillo de 25 cv”.
PATRULLANDO EL MAR DESDE TIERRA
“Muchos días” no disponen de ninguna embarcación por estar todas averiadas, y tienen que realizar la vigilancia marítima “desde tierra en coche patrulla”. El servicio que ofrece la Guardia Civil Marítima es “tan deficiente”, que ayuntamientos como el de Níjar “han dotado a la Policía Local de un barco para velar por su costa, invadiendo una competencia del Estado porque se sienten abandonados”.
Vega no sólo echa de menos barcos más modernos y potentes. También reivindica un CIE [Centro de Internamiento de Extranjeros]. “Necesitamos saber dónde llevar a los inmigrantes irregulares”, porque “llegan a pasar incluso doce horas hacinados en un cuartel o en la playa” hasta que son trasladados al Centro de Atención Temporal [CATE] de Almería o Motril, antes de instalar “a 400 a escondidas en un hotel”. Durante ese tiempo, “los guardias que los custodian no pueden realizar ningún otro servicio en la comarca. Ni acudir a sofocar una pelea ni investigar un robo”.
“AHORRANDO GASTOS A LAS MAFIAS”
El portavoz de AUGC-Almería también critica la construcción de una nave de acogida temporal en la isla de Alborán. “Lo único que han conseguido es ahorrar la mitad del gasto en combustible a las mafias de las pateras”, porque, ahora, la mitad del camino por el que los inmigrantes “han pagado doce o quince mil” euros, la hacen en barcos de la Guardia Civil o Salvamento Marítimo. Además, los 200 inmigrantes que llegan a acumularse en el islote ponen en peligro a los “pocos soldados” de la guarnición. “Ya ha habido varios conatos de revuelta”, apostilla Víctor Vega.
“Necesitamos más recursos para prestar el servicio. No lo decimos nosotros, también lo hace la Fiscalía General de España en sus últimas memorias anuales. Tenemos los mismos barcos que hace diez años, pero más viejos”, concluye el representante de los guardias almerienses.
Las cifras aportadas por Vega son elocuentes. Reflejan que “han entrado alrededor de 3.000 ilegales de media al año entre Pulpí y Carboneras durante la última década”. Son los que han elegido las rutas “de Argelia y Marruecos Oriental”. Los que parten de la zona más próxima a Ceuta “suelen llegar a bordo de narcolanchas al Poniente”. Y por cada inmigrante interceptado, “al menos dos consiguen escapar”. Después se diluyen por toda Europa. “En Canarias, Ceuta, Melilla o Baleares están atrapados en esos territorios, pero aquí eluden más fácil los controles y pueden buscar a sus familiares. La mayoría acaban en Francia, Bélgica y países escandinavos, aunque también en el resto de España”.
Sobre los medios de que dispone la Benemérita en la provincia para luchar contra el tráfico de drogas y personas, el agente revela que disponen de cuatro embarcaciones en el puerto de Almería, no obstante, “sólo contamos con una patrullando toda la provincia en cada turno, y suele estar más centrada en perseguir a las narcolanchas en el Poniente”.
Aunque poco pueden competir con las fuera bordas de los traficantes. “Ni siquiera con las pateras. Nuestros patrulleras tienen más de 15 años y apenas alcanzan los 10 nudos [18,5 km/h]”. Vega relata un caso ocurrido este verano: no consiguieron atrapar, “después de tres horas de persecución, a una barquilla con inmigrantes que apareció abandonada en una playa de Terreros con un motorcillo de 25 cv”.
PATRULLANDO EL MAR DESDE TIERRA
“Muchos días” no disponen de ninguna embarcación por estar todas averiadas, y tienen que realizar la vigilancia marítima “desde tierra en coche patrulla”. El servicio que ofrece la Guardia Civil Marítima es “tan deficiente”, que ayuntamientos como el de Níjar “han dotado a la Policía Local de un barco para velar por su costa, invadiendo una competencia del Estado porque se sienten abandonados”.
Vega no sólo echa de menos barcos más modernos y potentes. También reivindica un CIE [Centro de Internamiento de Extranjeros]. “Necesitamos saber dónde llevar a los inmigrantes irregulares”, porque “llegan a pasar incluso doce horas hacinados en un cuartel o en la playa” hasta que son trasladados al Centro de Atención Temporal [CATE] de Almería o Motril, antes de instalar “a 400 a escondidas en un hotel”. Durante ese tiempo, “los guardias que los custodian no pueden realizar ningún otro servicio en la comarca. Ni acudir a sofocar una pelea ni investigar un robo”.
“AHORRANDO GASTOS A LAS MAFIAS”
El portavoz de AUGC-Almería también critica la construcción de una nave de acogida temporal en la isla de Alborán. “Lo único que han conseguido es ahorrar la mitad del gasto en combustible a las mafias de las pateras”, porque, ahora, la mitad del camino por el que los inmigrantes “han pagado doce o quince mil” euros, la hacen en barcos de la Guardia Civil o Salvamento Marítimo. Además, los 200 inmigrantes que llegan a acumularse en el islote ponen en peligro a los “pocos soldados” de la guarnición. “Ya ha habido varios conatos de revuelta”, apostilla Víctor Vega.
“Necesitamos más recursos para prestar el servicio. No lo decimos nosotros, también lo hace la Fiscalía General de España en sus últimas memorias anuales. Tenemos los mismos barcos que hace diez años, pero más viejos”, concluye el representante de los guardias almerienses.