“El Gobierno anterior dejó 800.000 euros en facturas sin pagar con tufo electoralista”

El alcalde de Turre señala a sus antecesores por gastar la cuarta parte del presupuesto a través de contratos a dedo en vísperas de las municipales


El alcalde Arturo Grima (PP) junto a su predecesora María Isabel López (PSOE).

ALMERÍA HOY / 3·08·2024

Cuando el 23 de octubre fue investido alcalde gracias a una moción de censura respaldada por los concejales desde entonces expulsados de IU, Arturo Grima (PP) recibió el bastón de mando y encontró la cuarta parte del presupuesto municipal, “más de 800.000 euros, en facturas sin pagar y con tufo electoralista”.

Admite que “no fue ninguna sorpresa”. Se lo imaginaba porque había observado cómo el Gobierno anterior comenzó a contratar “numerosos trabajos” en vísperas de las elecciones municipales. “Querían hacer en unas pocas semanas todo lo que no habían hecho en todo el Mandato”.

Entre esos trabajos “contratados a dedo, sin expediente ni consignación presupuestaria”, el regidor señala que se colaron obras que nunca debieron hacerse con dinero público: “arreglaron caminos y solares privados”. Buena parte de los 800.000 euros corresponden a facturas de maquinaria de movimiento de tierra empleada en esas faenas. “Al tiempo que realizaban trabajos en terrenos públicos, mejoraban los de algunos vecinos colindantes y familias concretas”.

Otra actuación “arbitraria” consistió en colocar “más de 30 farolas fotovoltaicas en el camino del Molinico y en el que conduce a la rambla de Añaflix. No era una inversión prevista. Emplearon dinero de todos los turreros para que les votaran ciertos vecinos que viven allí”. Grima asume la necesidad de iluminar estos lugares, “de igual manera que otros que siguen a oscuras habitados por familias políticamente menos afines”.

De los fondos gastados sin consignación presupuestaria, aún quedan 215.000 sin pagar, según el regidor. Anuncia que lo hará “seguramente en septiembre”. El abono de esas facturas requiere un procedimiento especial conocido como ‘reconocimiento extrajudicial de deuda’. Precisa la aprobación inicial por el Pleno y un plazo de exposición pública de 15 días. “Sé que los trabajos están hechos y no vamos a castigar a empresas y autónomos que son en su mayoría del pueblo”.

Hasta ahora han liquidado “algo más de 600.000 euros”. Dice el regidor que, cuando esas facturas han pasado por el Pleno, la exalcaldesa socialista María Isabel López “se ha limitado a justificar que la culpa no fue sólo suya”, sino también de “quienes gobernaron con ella”, aludiendo a los ahora expulsados de IU Martín Morales y David Ruiz. “Todo el mundo sabía que el Gobierno estaba roto y quién tomaba las decisiones. Todo valía para sacar mayoría absoluta en las elecciones. Para conseguirlo, decidieron dar a ciertos vecinos lo que querían, pero con el dinero de todos”, apostilla el regidor.

SIN PRESUPUESTO

La situación no es nueva para Arturo Grima. Recuerda que, cuando llegó a la Alcaldía en 2011, encontró “3,8 millones en facturas sin pagar y sin consignación presupuestaria”. El Ayuntamiento todavía está pagando el préstamo solicitado para hacerles frente. “Desde entonces nos hemos acostumbrado a ingeniárnoslas para hacer las obras de Planes Provinciales y prestar los servicios municipales con menos de lo justo”.

El regidor refiere que “no es fácil” gestionar un Ayuntamiento con 8 millones de deuda con los bancos, 3,2 de presupuesto “y las cuentas intervenidas por Hacienda”, a quien ha que pedir autorización para aprobar unos presupuestos que, a estas alturas del año, aún no han elaborado.

“Hasta hace unas semanas, que contratamos a una interina, hemos estado sin secretaria municipal. La titular está de baja por enfermedad desde marzo, y muchos expedientes quedaron bloqueados”. Admite que debieron haber sido aprobados antes de finalizar el año pasado, pero promete tener los próximos en diciembre.

“Puedo adelantar que tanto los de 2024 como los de 2025 contarán con un gasto de personal del 30% y subvenciones de otras administraciones para evitar emplear fondos propios en obras e infraestructuras. Tenemos que estar preparados para asumir más sorpresas”, concluye Grima.