Los políticos y el suelo urbano


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PASEO ABAJO/Juan Torrijos

Si sumamos el número de casas sociales que nos han ofrecido en campaña o fuera de ella los políticos de cualquier pelo, azul o rojo, más de doscientas mil tenían que estar construyéndose en estos y futuros meses en nuestro país. ¿Cuántas se están levantando? De las miles de Pedro Sánchez prometidas en sede parlamentaria ya nos podemos ir olvidando, o cambiando de opinión, que será lo que nos diga él cuando llegue el momento, si es que alguna vez llega, y decide contarle a este país alguna verdad.

Juanma Moreno no nos ha prometido hasta el momento número importante alguno, y van para seis años los que lleva mandando en tierras de Andalucía. No le vemos al hombre con ganas de meterse a constructor. Debe saber que no es fácil lo del palustre, y que al final las administraciones acaban cayéndose del andamio en el que intentan subirse, y el trastazo suele ser de aúpa.

La valentía la tiene la alcaldesa de la ciudad, bien por María del Mar Vázquez, que anuncia un plan de 450 viviendas en unos seis años, hasta el 2030. El ayuntamiento de Almería anuncia que va a construir hogares de los llamadas sociales. Manifiesta la oposición en la voz de Adriana Valverde, y tiene razón cuando avisa a la constructora María del Mar, que no sean a las que viene sacando a la venta la empresa municipal al precio de doscientos mil euros del ala, que a ese costo no parece que sean muy sociales. Y tiene razón la señora Valverde, María. Doscientos mil por vivienda no parece una cantidad para bolsillos vulnerables.

Y si tenemos en cuenta la historia de Almería XXI y los trabajos realizados hasta hoy, para echarse a temblar ante el proyecto de 450 futuras nuevas viviendas. Recuerdo al primer edil de hacienda que tuvo el Pp en el ayuntamiento de la capital, Antonio Sáez Lozano. ¡Querido Antonio! No se trata de recordar aquí el trabajo que llevó a cabo para cumplir con todo lo que había dejado sin abonar la corporación anterior, fueron muchas horas y conversaciones con los que se presentaban con las facturas sin pagar, solo traer a colación unas palabras suyas que nunca llegaron a hacerse realidad: “Hay que sacar suelo al mercado”. Bien dicho, Antonio. Y siguió: “Si no lo hacemos, el precio de la vivienda en manos de los cuatro que tienen el suelo seguirá descontrolado y por las nubes”.

No salió ese suelo al mercado en aquellos años. No se sacó ese suelo al mercado. Es extraño, Antonio Sáez, pero veinte o treinta años después, cómo pasa el tiempo, el suelo sigue en manos de esos cuatro especuladores que todos conocemos en Almería, y que hacen y deshacen a su antojo con el suelo urbano y con los precios de las viviendas de la ciudad. Lo más grave es que a veces pienso que tienen para ello la colaboración de los políticos de todos los frentes políticos, los de ayer y los de hoy. Por cierto, hace tiempo que no hablamos.