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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
Menos faroles doña Carmen, los resultados del 9 de junio lo único que han avalado es la muy nefasta y trilera política del Psoe, bajándose los pantalones ante sectarios, racistas, delincuentes y primos hermanos de los asesinos de Eta. Y por si le faltaba algo, su esposa doña Begoña Gómez, de primera dama de universidad y recolectora de frutos y gabelas con el nombre y ayuda de ser la señora de…
Que los andaluces han votado mayoritariamente a los populares no lo puede negar nadie, yo el primero, Pero de ahí a que hayan avalado la política de Moreno va un abismo. Si la hubieran avalado, como usted anuncia pomposamente, las ardillas de Alvise no se habrían llevado tantos votos en esta tierra como han conseguido, y Vox no hubiera aumentado su cuota, con las ardillas como rivales. Y si analiza el tanto por ciento de los logrados por su partido, verá que en otras comunidades el porcentaje es bastante mayor que el recibido por Juanma Moreno.
Pero, sí, es cierto, han ganado en las ocho provincias andaluzas, y concretamente en la nuestra, Almería, como viene siendo habitual desde hace años, el baño viene siendo con agua hirviendo, de la que quema, de la que deja huella en la piel, aunque los “begoños” no quieran darse cuenta, o no sepan cómo enfrentarse a la historia que nos han dejado en los últimos cuarenta años, y de la que no quieren oír hablar en la Sevilla del Psoe, y en el que le huele a humo el poder a Juan Espadas. Son cuatro derrotas electorales las que lleva el caballero, cuatro, mientras Susana sonríe feliz tras unas bambalinas que Pedro no le va a dejar traspasar, tendría que pasar por encima de su cadáver político.
Y ahora a lo importante. Su discurso, durante el tiempo que ha estado al frente de la agricultura y pesca, lo hemos aplaudido y defendido. Y nos ha prometido durante la campaña que, en Bruselas, su palabra va a llevar el mismo contenido y la misma entonación. Me gusta lo del contenido, pero más si cabe el de la entonación. A veces no es lo que se dice, es más importante el cómo se dice. Y a nosotros solo nos queda por esperar que: ¡Ojalá sea así! Pero, si nos atenemos a los pactos que ha llevado a cabo el Pp durante los últimos lustros en Europa, y que según se ha comentado van a ir a los actuales con los mismos protagonistas (socialistas, verdes y peperos), mucho me temo que su voz, doña Carmen, sea matizada. Dirá lo mismo, es posible, pero la entonación, ¡ay, la entonación! no creo que sea la misma.
En estos días estáis convenciendo a vuestros alcaldes de que la ampliación de la biosfera es buena para los municipios, y el señor de la Torre les comenta que gracias a ello se van a conseguir financiaciones extras. Van a recibir dinero, vamos. Lo mismo que les dijeron los delegados socialistas cuando engañaron a sus alcaldes y estos a sus vecinos con lo del parque de Sierra Nevada y los millones que les iban a llegar por pertenecer al mismo. Al final, lo único que han logrado es miseria, miseria es lo único que saben repartir ustedes, los políticos. Todo lo que tocan se convierte en eso, en miseria. Creo que era usted, señora Crespo, una voz que había que aplacar en el gobierno de Andalucía, era demasiado valiente, decía y defendía las cosas que quiere el agricultor, el regante, el pescador y eso no se lo podían seguir permitiendo. ¡A Bruselas! ¡A vivir! Buen trabajo y mejor sueldo.
Que los andaluces han votado mayoritariamente a los populares no lo puede negar nadie, yo el primero, Pero de ahí a que hayan avalado la política de Moreno va un abismo. Si la hubieran avalado, como usted anuncia pomposamente, las ardillas de Alvise no se habrían llevado tantos votos en esta tierra como han conseguido, y Vox no hubiera aumentado su cuota, con las ardillas como rivales. Y si analiza el tanto por ciento de los logrados por su partido, verá que en otras comunidades el porcentaje es bastante mayor que el recibido por Juanma Moreno.
Pero, sí, es cierto, han ganado en las ocho provincias andaluzas, y concretamente en la nuestra, Almería, como viene siendo habitual desde hace años, el baño viene siendo con agua hirviendo, de la que quema, de la que deja huella en la piel, aunque los “begoños” no quieran darse cuenta, o no sepan cómo enfrentarse a la historia que nos han dejado en los últimos cuarenta años, y de la que no quieren oír hablar en la Sevilla del Psoe, y en el que le huele a humo el poder a Juan Espadas. Son cuatro derrotas electorales las que lleva el caballero, cuatro, mientras Susana sonríe feliz tras unas bambalinas que Pedro no le va a dejar traspasar, tendría que pasar por encima de su cadáver político.
Y ahora a lo importante. Su discurso, durante el tiempo que ha estado al frente de la agricultura y pesca, lo hemos aplaudido y defendido. Y nos ha prometido durante la campaña que, en Bruselas, su palabra va a llevar el mismo contenido y la misma entonación. Me gusta lo del contenido, pero más si cabe el de la entonación. A veces no es lo que se dice, es más importante el cómo se dice. Y a nosotros solo nos queda por esperar que: ¡Ojalá sea así! Pero, si nos atenemos a los pactos que ha llevado a cabo el Pp durante los últimos lustros en Europa, y que según se ha comentado van a ir a los actuales con los mismos protagonistas (socialistas, verdes y peperos), mucho me temo que su voz, doña Carmen, sea matizada. Dirá lo mismo, es posible, pero la entonación, ¡ay, la entonación! no creo que sea la misma.
En estos días estáis convenciendo a vuestros alcaldes de que la ampliación de la biosfera es buena para los municipios, y el señor de la Torre les comenta que gracias a ello se van a conseguir financiaciones extras. Van a recibir dinero, vamos. Lo mismo que les dijeron los delegados socialistas cuando engañaron a sus alcaldes y estos a sus vecinos con lo del parque de Sierra Nevada y los millones que les iban a llegar por pertenecer al mismo. Al final, lo único que han logrado es miseria, miseria es lo único que saben repartir ustedes, los políticos. Todo lo que tocan se convierte en eso, en miseria. Creo que era usted, señora Crespo, una voz que había que aplacar en el gobierno de Andalucía, era demasiado valiente, decía y defendía las cosas que quiere el agricultor, el regante, el pescador y eso no se lo podían seguir permitiendo. ¡A Bruselas! ¡A vivir! Buen trabajo y mejor sueldo.
