“Los indicadores de sequía no han tenido en cuenta la desaladora de Carboneras”

El catedrático de Economía Agraria Julio Berbel promueve modificar los indicadores porque sólo contemplan la lluvia y el agua embalsada



ALMERÍA HOY / 13·05·2024

Julio Berbel es catedrático de Economía Agraria y uno de los especialistas que asesora al Gobierno Regional sobre sequías. En su opinión, deben modificarse los indicadores porque sólo contemplan la lluvia y el agua embalsada, sin reparar en la desalación, una singularidad de la costa mediterránea andaluza, como el Levante almeriense, una comarca declarada en estado de sequía severa a pesar de contar con suficiente agua de abastecimineto de la desaladora de Carboneras.

- ¿Para qué sirve el Comité de Expertos de la Sequía?
- Para asesorar y proponer medidas a largo plazo. No decidimos sobre restricciones, eso lo hace un grupo de funcionarios: el Comité de Gestión de la Sequía. Ellos preguntan y gestionan y nosotros, Comité de Expertos, aconsejamos. Tras pedirnos opinión, redactan decretos como el publicado en febrero, donde, entre otros asuntos, priorizaron inversiones y prepararon puertos por si hubiera que enviar agua en barcos a otras comarcas. También ayudamos en temas legales y fiscales, pero siempre a largo plazo. Nuestro trabajo no es el día a día, sino procurar que Andalucía esté mejor preparada cuando llegue la próxima sequía, que lo hará dentro de diez años.
- ¿Establecer los indicadores que regulan las medidas en caso de sequía también es de su competencia?
- No. Fueron establecidos por el Ministerio para la Transición Ecológica hace cuatro o cinco años, acompañados de un protocolo a seguir obligatoriamente.
- ¿En qué consisten?
- Actualmente, el más decisivo es el meteorológico, que indica si ha llovido o no. Es importante, porque sirve para establecer los caudales ecológicos de los ríos, es decir, la cantidad de agua que puede circular por sus cauces. Si ha llovido bien, el río debe llevar más. Me sorprendió mucho lo ocurrido esta primavera: pintaron el Guadalquivir de verde, como si hubiera agua de sobra, sabiendo que los embalses estaban casi vacíos. Llovió, pero el agua no llenó los pantanos. El sistema no detectó que sufríamos una sequía hidrológica, aunque no meteorológica, y abrieron los portones de las presas. Los agricultores lloraban.
- ¿Y no existen otros indicadores que corrijan esa contradicción?
- Desgraciadamente, no. Como ya he apuntado, los indicadores se diseñaron en Madrid para toda España, y tratan igual a las comarcas del Pirineo o Sierra Nevada que al Desierto de Tabernas. No es lógico, por mucho que puedan funcionar correctamente en el 90% del territorio. Deberían considerar las singularidades de territorios como el Levante almeriense. Hubo muchas quejas en el Valle del Guadalquivir por mantener el caudal ecológico con los embalses vacíos. Calificaron la situación de normal, pero no lo era, y se abrieron los pantanos a partir de unos indicadores que habría que mejorar.
- Centrándonos en una comarca de la provincia, la del Levante, es difícil entender restricciones en el abastecimiento cuando depende de una desaladora que produce agua con independencia de que llueva o no.
- Esa es una percepción urbanita. No debemos olvidar que el 70% del consumo en el Levante almeriense es agrícola. Aunque el abastecimiento de los pueblos de la zona esté garantizado por la desaladora de Carboneras, técnicamente falta agua porque los embalses están vacíos. En las casas no se va a notar, pero el campo tiene que tirar de acuíferos sobreexplotados más de lo que debería, porque estamos en una situación de emergencia. Se ven obligados a regar con agua desalada, que es más cara, porque en el pantano de Cuevas sólo hay barro y no funcionan los trasvases. En ese sentido, el indicador refleja la verdad, porque el sector agrícola está muy mal, aunque no el urbano.
- Entonces, ¿cuál es el papel del agua desalada en los indicadores de sequía?
- No está claro ni bien pensado. Pondré un ejemplo cercano. Murcia entera aparece en el mapa hidrológico pintada en rojo chillón. Los indicadores señalan supersequía, sin embargo, no tienen problemas gracias al agua reutilizada y a la desalada. Es verdad que echan de menos los recursos del trasvase del Tajo y protestan, pero sobreviven, por mucho que el Segura esté frito. La realidad murciana no es tan severa como dicen unos indicadores que no contemplan el agua desalada ni la regenerada. Es un asunto por resolver y cada vez más importante en sitios como Murcia, vuestra comarca o la costa malagueña, porque los indicadores de sequía tienen en cuenta embalses y no las desaladoras. Del mismo modo que es preciso mejorar el meteorológico, también hay que repensar el indicador hidrológico e incluir las fuentes alternativas allí donde las haya, pero esa decisión debe adoptarla el Ministerio para la Transición Ecológica, que no está actuando de manera correcta.
- ¿En qué sentido?
- Da la impresión de que solo piensa en el Duero, el Ebro y el Tajo y no le importan las cuencas canarias o andaluzas. No escucha con la atención debida a los consejeros de nuestra región y de otras con problemas particulares. Sirva de ejemplo el tratado de Albufeira con Portugal: cuando Exteriores y Medio Ambiente negociaron con Portugal, olvidaron que el Guadiana entra en el país vecino, pero regresa a España. Nadie se acordó de reivindicar una cantidad de agua de retorno del mismo modo que se comprometieron con la que debía entrar al país vecino. El acuerdo lo redactó gente de Madrid que sabía mucho, pero olvidó ese detalle. Fue en 1998. Hay un centralismo madrileño que parece desconocer lo diverso que es nuestro país, ignorando singularidades como la del Levante almeriense.
- Mientras tanto, nos vemos obligados a soportar relatos catastróficos muy alejados de la situación real, ¿es posible cambiar esos indicadores?
- Los responsables del Ministerio para la Transición Ecológica escuchan poco, pero yo, en mi papel de experto, intentaré que los de aquí oigan mis consejos y se trasmitan a Madrid para retocar unos indicadores impuestos que distorsionan el sistema. Andalucía no tiene competencias para aprobar unos propios. Si fuéramos catalanes ya lo habríamos hecho.