El campo se siente viejo y cansado


..

PASEO ABAJO/Juan Torrijos

Mi esposa tenía hora con el dentista a las doce y treinta del martes, doce de marzo, al final se habían equivocado y el viaje no sirvió para lo que estaba programado. La vida tiene esas cosas. Si fuera una cita con el Sas, seguro que habría puesto el grito en el cielo por el error, pero es particular, y parece que tenemos que aceptarlo con resignación y pagarlo religiosamente. La cola en la autovía llamaba la atención, así como la entrada a la capital por la salida de Ikea. Lo extraño es que toda la cola soportada en al A7 desaparecía en la Avenida Federico.

A partir de ese momento, si no bajabas hasta el puerto, en la ciudad se tenía la sensación de que no ocurría nada fuera de lo normal en la mañana de un martes, solo alguna ambulancia por el Paseo camino del puerto, y la policía local con sus sirenas a todo trapo. Era como si el campo y sus problemas estuvieran muy lejos de los ciudadanos. Los comercios abiertos, los bares y las terrazas con gente tras el desayuno y esperando la hora de la cerveza.

La mañana está soleada, apetecía pasear por las calles, mientras los sindicatos agrarios, Upa, Asaja y Coag, reclamando a los políticos que se observen y se cumplan las mismas condiciones a los productos que entran en nuestro país. Pidiendo a los ciudadanos que miremos las etiquetas a la hora de comprar en los grandes almacenes. Y nosotros paseando, mirando los escaparates de las tiendas, sentados en las terrazas.

Hay enfrentamientos entre la policía y los manifestantes. ¿Dónde está la razón? Detienen a uno de ellos. La foto de Marian León aparece en el Diario de Almería. Unos dicen que están haciendo su trabajo, la policía, otros que están defendiendo el suyo, los agricultores. Y nosotros, los ciudadanos ¿qué hacemos? ¿Cuál sería nuestro papel a jugar en esta lucha del campo contra unos políticos que no los defienden?

El campo, reza una de las pancartas, se siente “viejo y cansado”. Años luchando contra la falta de agua, la subida de las semillas, el encarecimientos de los fertilizantes, el cambio de la normativa europea cada mes, o semana. Y por si faltaba algo, los terceros países con las puertas abiertas de una Europa que solo sabe poner problemas a los nuestros. Viejo de lustros y décadas luchando por mantener una tierra de la que puedan vivir sus familias, cansado de una clase política que nunca les ha beneficiado, y de unos sindicatos que hoy están a su lado, cierto, pero a los que parece que les cuesta mucho esfuerzo ponerse al frente de un movimiento en defensa del campo almeriense. El martes lo estaban, lo que hay que esperar es que lo sigan estando, saben que los políticos no van a ceder, que Europa no defenderá los derechos de los agricultores almerienses, Planas debe dimitir ante la desidia en la que ha tratado desde su ministerio a los agricultores, y que Francia siempre estará defendiendo a los productos de Marruecos.

Y a todo esto, como decía Andrés Góngora, secretario general de Coag, los traidores que desde Almería están metiendo producto marroquí a través de empresas almerienses. Mal futuro para nuestro campo, se mire por donde se mire. El campo está viejo y cansado de soportar políticos mal encarados, de tener que aguantar precios que no cubren sus gastos campaña tras campaña.