El juez autorizó la intervención de las comunicaciones de Cristóbal Vizcaíno en el marco de las investigaciones por presunta compra de votos a favor del PSOE de Mojácar. En una de las llamadas registradas, Vizcaíno indicaba a otro investigado que movilizara a dos colaboradores
La oficina de Correos de Mojácar fue uno de los centros de investigación de la Guardia Civil en el presente caso. |
ALMERÍA HOY / 03·12·2023
La primera llamada recogida por la Policía Judicial en el sumario por la presunta
compra de votos en Mojácar a favor del PSOE está fechada a las 10:16 del 8 de mayo.
El número 5 de la candidatura socialista, Cristóbal Vizcaíno, llama a otro de los
investigados, Vicente Sáez, y le pide que “Simón (Flores) y Edgar (Bustamante)” vayan
a las 10:30 a recoger a una mujer. El tono es imperativo: “son los que tienen que ir. Ya
te lo he dicho, a las 10:30. ¡Ponlos a trabajar, ponlos a trabajar! ¿Qué hacen ahí?
¡Muévelos ya!”.
La investigación comenzó el 14 de abril con una denuncia presentada por Rosa María Cano. La exalcaldesa refirió a la Guardia Civil que “numerosos vecinos” le comentaron haber recibido ofertas por su voto a cambio de dinero. Uno de ellos, que acompañaba a la regidora, testificó que por “dos billetes marrones”.
Rosmari explicó a los agentes que la supuesta compra se realizaría a través de la modalidad de sufragio por correo, porque de esta forma un comprador se garantiza que el voto es emitido a favor de la candidatura que desea.
Tras la denuncia, los guardias tomaron declaración al acompañante de la exalcaldesa y, en días sucesivos, a otras dos personas señaladas por éste. Todos corroboraron la acusación de Rosmari y los investigadores remitieron las declaraciones al titular del número 4, que ordenó continuar las pesquisas. A partir de ahí, el sumario refleja una serie de acciones, en buena parte relacionadas con la oficina de Correos de Mojácar.
La primera tuvo lugar a las 10:30 del 3 de mayo. Cristóbal Vizcaíno recogió “en las inmediaciones del Mercadona a un varón no identificado y a un niño” a los que llevó a la oficina de Correos, donde entraron mientras Cristóbal aguardaba fuera. Al salir, el hombre portaba “un papel amarillo doblado en su mano izquierda”. El informe policial acentúa el hecho de que “el resguardo de solicitud de voto por correo es amarillo”. Al día siguiente, 4 de mayo, la Policía Judicial recibió la respuesta de la Oficina del Censo Electoral de Almería a su pregunta sobre el número de mojaqueros que habían solicitado votar por correo. Hasta el 27 de abril la cifra era de 315, es decir, el 8% del censo.
VISITAS A CORREOS
La Policía continuó el control en las inmediaciones de la oficina postal de Mojácar. Un día después, el 5 de mayo, registró tres visitas de los investigados desplazando a presuntos votantes. La primera fue observada a las 8:49. Detectaron el coche de Cristóbal Vizcaíno “mal estacionado” cerca de la estafeta. Nueve minutos más tarde, a las 8:58, salió de Correos “una mujer no identificada con un papel amarillo similar a los resguardos de solicitud de votación” que subió al auto de Cristóbal.
Al cabo de una hora, a las 9:44, Francisco Flores –nº 2 de la candidatura socialista- conducía su coche acompañado por Cristóbal Vizcaíno. Recogieron a otra mujer en la calle Cantal y “la llevaron hasta Correos”. La señora salió de la oficina postal a las 10:03, volviendo a montar en el coche de Francisco Flores.
Esa misma mañana se produjo un tercer encuentro a las 11:14. La Policía Judicial vio a cuatro de los investigados -Ángel Vizcaíno, Vicente Sáez, Richard Ramón Correa y Simón Flores, sobrino de María de los Ángeles Flores, número seis de la lista del PSOE- en la puerta de Correos. A las 11:37, un varón no identificado se acercó a ellos y “entregó discretamente a Correa un papel doblado que llevaba en el bolsillo”.
PERMISO PARA GRABAR
Los agentes entregaron toda esta información al titular del número 4 de Vera el mismo 5 de mayo, y solicitaron permiso para grabar las conversaciones telefónicas de Cristóbal Vizcaíno. Tres días más tarde, el 8, el juez autorizó la intervención. La primera llamada fue registrada a las 10:16 de ese mismo día. En ella, Cristóbal Vizcaíno indicó a Vicente Sáez que “Simón (Flores) y Edgar (Bustamante)” recogieran a una mujer: “Son los que tienen que ir. Ya te lo he dicho, a las 10:30. ¡Ponlos a trabajar, ponlos a trabajar! ¿Qué hacen ahí? ¡Muévelos ya!”
A las 13:35 Simón y Edgar “recogieron en la calle Cuesta Aguilar a María Torres Fernández”. La trasladaron a Correos y, cuando salió, la devolvieron al lugar en que la habían hallado.
Dos horas antes, el vehículo de Cristóbal se detuvo a las 12:32 a la altura de la oficina postal. Una “mujer de pelo oscuro” se le acercó y le “entregó un papel amarillo doblado”.
DIRECCIONES “SOSPECHOSAS”
Cuando presentó la denuncia, la exalcaldesa Rosa María Cano explicó que en las solicitudes de sufragio postal se consigna una dirección “de confianza” para asegurar el sentido del voto, porque cualquiera, no necesariamente el titular, puede tramitarlo en Correos sin identificarse.
Tras conocer esa circunstancia, los agentes requirieron a la Oficina del Censo Electoral los datos de los mojaqueros que habían votado por Correo. Lo hicieron por medio del juez, y el 5 de mayo recibieron un informe que incluía los votos tramitados hasta el 27 de abril. Les resultó “sospechoso” que el domicilio señalado por algunos votantes postales no coincidiera con su vivienda habitual, sino con casas o locales relacionados con algunos investigados.
Así, el inmueble en que está empadronado Cristóbal Vizcaíno aparecía como la dirección de cinco personas que, en realidad, viven en otros lugares; y en un bar de copas gestionado por Cristóbal se habían registrado otros cuatro sufragios.
Además, el estanco que figura como domicilio de Vicente Sáez fue el lugar de recepción de nueve votos. Otra vivienda relacionada con éste, sita en Vista de los Ángeles, era la dirección de cuatro sufragios más. El sumario refiere que en la casa de Edgar Bustamante estaban domiciliados otros cinco votos.
La investigación comenzó el 14 de abril con una denuncia presentada por Rosa María Cano. La exalcaldesa refirió a la Guardia Civil que “numerosos vecinos” le comentaron haber recibido ofertas por su voto a cambio de dinero. Uno de ellos, que acompañaba a la regidora, testificó que por “dos billetes marrones”.
Rosmari explicó a los agentes que la supuesta compra se realizaría a través de la modalidad de sufragio por correo, porque de esta forma un comprador se garantiza que el voto es emitido a favor de la candidatura que desea.
Tras la denuncia, los guardias tomaron declaración al acompañante de la exalcaldesa y, en días sucesivos, a otras dos personas señaladas por éste. Todos corroboraron la acusación de Rosmari y los investigadores remitieron las declaraciones al titular del número 4, que ordenó continuar las pesquisas. A partir de ahí, el sumario refleja una serie de acciones, en buena parte relacionadas con la oficina de Correos de Mojácar.
La primera tuvo lugar a las 10:30 del 3 de mayo. Cristóbal Vizcaíno recogió “en las inmediaciones del Mercadona a un varón no identificado y a un niño” a los que llevó a la oficina de Correos, donde entraron mientras Cristóbal aguardaba fuera. Al salir, el hombre portaba “un papel amarillo doblado en su mano izquierda”. El informe policial acentúa el hecho de que “el resguardo de solicitud de voto por correo es amarillo”. Al día siguiente, 4 de mayo, la Policía Judicial recibió la respuesta de la Oficina del Censo Electoral de Almería a su pregunta sobre el número de mojaqueros que habían solicitado votar por correo. Hasta el 27 de abril la cifra era de 315, es decir, el 8% del censo.
VISITAS A CORREOS
La Policía continuó el control en las inmediaciones de la oficina postal de Mojácar. Un día después, el 5 de mayo, registró tres visitas de los investigados desplazando a presuntos votantes. La primera fue observada a las 8:49. Detectaron el coche de Cristóbal Vizcaíno “mal estacionado” cerca de la estafeta. Nueve minutos más tarde, a las 8:58, salió de Correos “una mujer no identificada con un papel amarillo similar a los resguardos de solicitud de votación” que subió al auto de Cristóbal.
Al cabo de una hora, a las 9:44, Francisco Flores –nº 2 de la candidatura socialista- conducía su coche acompañado por Cristóbal Vizcaíno. Recogieron a otra mujer en la calle Cantal y “la llevaron hasta Correos”. La señora salió de la oficina postal a las 10:03, volviendo a montar en el coche de Francisco Flores.
Esa misma mañana se produjo un tercer encuentro a las 11:14. La Policía Judicial vio a cuatro de los investigados -Ángel Vizcaíno, Vicente Sáez, Richard Ramón Correa y Simón Flores, sobrino de María de los Ángeles Flores, número seis de la lista del PSOE- en la puerta de Correos. A las 11:37, un varón no identificado se acercó a ellos y “entregó discretamente a Correa un papel doblado que llevaba en el bolsillo”.
PERMISO PARA GRABAR
Los agentes entregaron toda esta información al titular del número 4 de Vera el mismo 5 de mayo, y solicitaron permiso para grabar las conversaciones telefónicas de Cristóbal Vizcaíno. Tres días más tarde, el 8, el juez autorizó la intervención. La primera llamada fue registrada a las 10:16 de ese mismo día. En ella, Cristóbal Vizcaíno indicó a Vicente Sáez que “Simón (Flores) y Edgar (Bustamante)” recogieran a una mujer: “Son los que tienen que ir. Ya te lo he dicho, a las 10:30. ¡Ponlos a trabajar, ponlos a trabajar! ¿Qué hacen ahí? ¡Muévelos ya!”
A las 13:35 Simón y Edgar “recogieron en la calle Cuesta Aguilar a María Torres Fernández”. La trasladaron a Correos y, cuando salió, la devolvieron al lugar en que la habían hallado.
Dos horas antes, el vehículo de Cristóbal se detuvo a las 12:32 a la altura de la oficina postal. Una “mujer de pelo oscuro” se le acercó y le “entregó un papel amarillo doblado”.
DIRECCIONES “SOSPECHOSAS”
Cuando presentó la denuncia, la exalcaldesa Rosa María Cano explicó que en las solicitudes de sufragio postal se consigna una dirección “de confianza” para asegurar el sentido del voto, porque cualquiera, no necesariamente el titular, puede tramitarlo en Correos sin identificarse.
Tras conocer esa circunstancia, los agentes requirieron a la Oficina del Censo Electoral los datos de los mojaqueros que habían votado por Correo. Lo hicieron por medio del juez, y el 5 de mayo recibieron un informe que incluía los votos tramitados hasta el 27 de abril. Les resultó “sospechoso” que el domicilio señalado por algunos votantes postales no coincidiera con su vivienda habitual, sino con casas o locales relacionados con algunos investigados.
Así, el inmueble en que está empadronado Cristóbal Vizcaíno aparecía como la dirección de cinco personas que, en realidad, viven en otros lugares; y en un bar de copas gestionado por Cristóbal se habían registrado otros cuatro sufragios.
Además, el estanco que figura como domicilio de Vicente Sáez fue el lugar de recepción de nueve votos. Otra vivienda relacionada con éste, sita en Vista de los Ángeles, era la dirección de cuatro sufragios más. El sumario refiere que en la casa de Edgar Bustamante estaban domiciliados otros cinco votos.