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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
Todos los colectivos de la sociedad tienen a derecho a protestar por la situación laboral que padecen, y especialmente por los sueldos que perciben a final de mes. Los bomberos, como cualquier otro grupo social y laboral lo tienen y lo ejercieron hace unos días con una manifestación por Almería. Decidieron salir a las calles de la ciudad, el hecho en sí, protestar por la situación del cuerpo, los medios de trabajo de que disponen y el salario, que vienen cobrando y cierta categoría en el puesto de trabajo, que no se nos ha explicado muy bien, o que no hemos entendido.
En la procesión que nos ofrecieron en las calles, más parecía un festival o pasacalle de carnaval, que una verdadera reivindicación laboral. Faltaba la sardina, para creer que el entierro que nos estaban ofreciendo era la marcha final con la que los ciudadanos cierran la fiesta más divertida del año: El carnaval. No hacía falta mucha imaginación para creer que el uniforme con el que desfilaban, con su muertecico y su caja de pino, era el de una comparsa, o coro de carnaval.
En esta protesta echamos de menos algunas cuestiones.
La primera. Que nos cuenten, a ser posible con pelos y señales los materiales que están indicando que no tienen para el trabajo de defender a los ciudadanos ante un incendio.
La segunda. Que nos hagan un listado de los sueldos, primas y demás apartados que reciben a final de mes, así como de las categorías que tiene el cuerpo y las que no está cumpliendo el equipo de gobierno de María del Mar Vázquez, la alcaldesa.
Y la más importante: ¿Es cierto que la situación actual del cuerpo de bomberos de Almería pone en peligro la vida de los almerienses ante el mínimo incendio que se pueda producir? ¿Debemos estar preocupados por la situación física, laboral y psíquica en estos momentos de los componentes del cuerpo, que dicen estar quemados?
La información es poder, y convicción, si al ciudadano se le cuenta la verdad de lo que ocurre dentro del parque de bomberos, si le ponemos ante la situación real que están viviendo y las repercusiones que ello puede tener en el servicio, en cuanto a la falta de insumos, y el peligro que supone para la vida de los vecinos, el ciudadano estará de su parte, apoyará sus manifestaciones y hará suyas sus protestas.
¿Le están contando los bomberos de la ciudad de Almería la realidad de la situación a los hombres y mujeres de esta ciudad? Si uno lee la información que viene recogida en los medios no es mucho lo que se comenta. Vaguedades, palabras vacías de contenido o que las puedes llenar cómo quieras en cada momento. Si los ciudadanos cada vez creemos menos a los políticos a causa de sus mentiras o sus medias verdades, a los sindicatos les viene ocurriendo algo parecido en los últimos veinte años. Ya nos cuesta trabajo creer en sus reivindicaciones, en sus declaraciones, dependiendo del color del partido que esté en el poder.
No estaría de más, si los bomberos y sus sindicatos no nos dan los verdaderos problemas con los que se enfrenta el cuerpo, empezando por conocer sus sueldos mensuales, que lo hiciera el ayuntamiento. No se van a atrever los chicos de María Vázquez, es el miedo del político, sea de derechas o de izquierdas ante los sindicalistas, pero mientras no lo hagan, mientras se quiera mantener al ciudadano en la penumbra de lo que ocurre en el servicio de bomberos, vamos a pensar que era una fiesta de carnaval lo que celebraban hace unos día, con su cajica de pino y su muertecico dentro.
En la procesión que nos ofrecieron en las calles, más parecía un festival o pasacalle de carnaval, que una verdadera reivindicación laboral. Faltaba la sardina, para creer que el entierro que nos estaban ofreciendo era la marcha final con la que los ciudadanos cierran la fiesta más divertida del año: El carnaval. No hacía falta mucha imaginación para creer que el uniforme con el que desfilaban, con su muertecico y su caja de pino, era el de una comparsa, o coro de carnaval.
En esta protesta echamos de menos algunas cuestiones.
La primera. Que nos cuenten, a ser posible con pelos y señales los materiales que están indicando que no tienen para el trabajo de defender a los ciudadanos ante un incendio.
La segunda. Que nos hagan un listado de los sueldos, primas y demás apartados que reciben a final de mes, así como de las categorías que tiene el cuerpo y las que no está cumpliendo el equipo de gobierno de María del Mar Vázquez, la alcaldesa.
Y la más importante: ¿Es cierto que la situación actual del cuerpo de bomberos de Almería pone en peligro la vida de los almerienses ante el mínimo incendio que se pueda producir? ¿Debemos estar preocupados por la situación física, laboral y psíquica en estos momentos de los componentes del cuerpo, que dicen estar quemados?
La información es poder, y convicción, si al ciudadano se le cuenta la verdad de lo que ocurre dentro del parque de bomberos, si le ponemos ante la situación real que están viviendo y las repercusiones que ello puede tener en el servicio, en cuanto a la falta de insumos, y el peligro que supone para la vida de los vecinos, el ciudadano estará de su parte, apoyará sus manifestaciones y hará suyas sus protestas.
¿Le están contando los bomberos de la ciudad de Almería la realidad de la situación a los hombres y mujeres de esta ciudad? Si uno lee la información que viene recogida en los medios no es mucho lo que se comenta. Vaguedades, palabras vacías de contenido o que las puedes llenar cómo quieras en cada momento. Si los ciudadanos cada vez creemos menos a los políticos a causa de sus mentiras o sus medias verdades, a los sindicatos les viene ocurriendo algo parecido en los últimos veinte años. Ya nos cuesta trabajo creer en sus reivindicaciones, en sus declaraciones, dependiendo del color del partido que esté en el poder.
No estaría de más, si los bomberos y sus sindicatos no nos dan los verdaderos problemas con los que se enfrenta el cuerpo, empezando por conocer sus sueldos mensuales, que lo hiciera el ayuntamiento. No se van a atrever los chicos de María Vázquez, es el miedo del político, sea de derechas o de izquierdas ante los sindicalistas, pero mientras no lo hagan, mientras se quiera mantener al ciudadano en la penumbra de lo que ocurre en el servicio de bomberos, vamos a pensar que era una fiesta de carnaval lo que celebraban hace unos día, con su cajica de pino y su muertecico dentro.
