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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
Óscar Puente, el que fuera alcalde de Valladolid durante algunos años, despedido del sillón por el pacto entre las derechas del PP y Vox, acusado por la oposición de viajes en yates y coches de alta gama pagados por amigos y colegas, voz dura, tabernaria en el Congreso, casi en plan dóberman, con el que tanto acusaba el PSOE de los tiempos de Guerra a los de la oposición, político que no se calla ni debajo del agua, que lo mismo se enfrenta a un vecino en un tren, que en una cafetería, que preguntado sobre la amnistía, dice que es lo mismo que casarse de penalti, acaba de aterrizar en las vías de hierro de Almería.
¿Será este hombre, con cara de ave de rapiña, capaz de traer el AVE en el año veintiséis a estas tierras del sureste?
¿Se dan cuenta que le vamos dando a los políticos años, lustros, y hasta décadas para cumplir sus promesas? En el dos mil cinco se nos dijo por parte de un político, entonces del PP, en que estaría pensando el Rato de entonces, que tendríamos AVE, y miren ustedes por dónde vamos, dos décadas después. Ya nos conformamos con tenerlo en el veintiséis. Y luego dicen que los ciudadanos no somos unos benditos. Nos sacan los dineros del bolsillo, y les seguimos votando, se los gastan en “frutas”, y les seguimos votando. Que sí, que si alguien se merece un altar somos los ciudadanos que nos creemos todo lo que nos dicen estos los líderes, que en lo único que destacan es en los embustes que nos cuentan.
Quitan dos vías en la capital, mandan la foto a los medios, y nos creemos que ya está aquí el soterramiento. Oiga, que solo son las obras del soterramiento las que están aquí. Claro, y miren ustedes por donde nos venden justo las últimas que nos tienen que llegar, y nosotros como imbéciles, caemos en la trampa y las vendemos a los ciudadanos almerienses como la gran realidad del gobierno: Ya están aquí las obras del soterramiento.
Y acabarlas ¿cuándo piensan ustedes que se acaben?
Se puso la primera piedra del Plan Nacional de Aguas, lo recuerdan los almerienses, estaban todos los protagonistas de acuerdo y el dinero confirmado desde la Europa de los ricos, pero llegó Zapatero, y ya saben ustedes lo que ocurrió tres días después: Apareció doña Cristina Narbona con el plan agua.
Lo mismo es capaz el nuevo ministro de las vías, el señalado Óscar Puente, el que fuera alcalde de Valladolid, acabar las obras del soterramiento antes, incluso, en su primera visita a Almería. Y ya puestos, capaz es el hombre de traernos en esa visita que esperamos con ilusión, debajo del sobaquillo, el AVE completito, y hasta el Corredor Mediterráneo y los Talgos remozados, como le pedía la Mesa del Ferrocarril.
En un par de cuestiones planteadas por usted, señor ministro, estoy de acuerdo, y le agradezco su sinceridad, a la que nos estamos acostumbrado los ciudadanos.
Dice que: "Si no hubiéramos necesitado los siete votos, es probable que la amnistía no se hubiera planteado".
Y la segunda es más buena: "La amnistía es como ganar el partido de penalti".
Es evidente que todo lo que se ha dicho desde el Gobierno por la convivencia y la paz en Cataluña les importa una puñetera M. Pero al líder le interesaba y había que tragar sapos, y hasta culebras, si hacía falta.
Si sigue en el mundo de decir la verdad, se va a ganar un Goya en la próxima gala del cine patrio. El Óscar ya lo tiene.
¿Será este hombre, con cara de ave de rapiña, capaz de traer el AVE en el año veintiséis a estas tierras del sureste?
¿Se dan cuenta que le vamos dando a los políticos años, lustros, y hasta décadas para cumplir sus promesas? En el dos mil cinco se nos dijo por parte de un político, entonces del PP, en que estaría pensando el Rato de entonces, que tendríamos AVE, y miren ustedes por dónde vamos, dos décadas después. Ya nos conformamos con tenerlo en el veintiséis. Y luego dicen que los ciudadanos no somos unos benditos. Nos sacan los dineros del bolsillo, y les seguimos votando, se los gastan en “frutas”, y les seguimos votando. Que sí, que si alguien se merece un altar somos los ciudadanos que nos creemos todo lo que nos dicen estos los líderes, que en lo único que destacan es en los embustes que nos cuentan.
Quitan dos vías en la capital, mandan la foto a los medios, y nos creemos que ya está aquí el soterramiento. Oiga, que solo son las obras del soterramiento las que están aquí. Claro, y miren ustedes por donde nos venden justo las últimas que nos tienen que llegar, y nosotros como imbéciles, caemos en la trampa y las vendemos a los ciudadanos almerienses como la gran realidad del gobierno: Ya están aquí las obras del soterramiento.
Y acabarlas ¿cuándo piensan ustedes que se acaben?
Se puso la primera piedra del Plan Nacional de Aguas, lo recuerdan los almerienses, estaban todos los protagonistas de acuerdo y el dinero confirmado desde la Europa de los ricos, pero llegó Zapatero, y ya saben ustedes lo que ocurrió tres días después: Apareció doña Cristina Narbona con el plan agua.
Lo mismo es capaz el nuevo ministro de las vías, el señalado Óscar Puente, el que fuera alcalde de Valladolid, acabar las obras del soterramiento antes, incluso, en su primera visita a Almería. Y ya puestos, capaz es el hombre de traernos en esa visita que esperamos con ilusión, debajo del sobaquillo, el AVE completito, y hasta el Corredor Mediterráneo y los Talgos remozados, como le pedía la Mesa del Ferrocarril.
En un par de cuestiones planteadas por usted, señor ministro, estoy de acuerdo, y le agradezco su sinceridad, a la que nos estamos acostumbrado los ciudadanos.
Dice que: "Si no hubiéramos necesitado los siete votos, es probable que la amnistía no se hubiera planteado".
Y la segunda es más buena: "La amnistía es como ganar el partido de penalti".
Es evidente que todo lo que se ha dicho desde el Gobierno por la convivencia y la paz en Cataluña les importa una puñetera M. Pero al líder le interesaba y había que tragar sapos, y hasta culebras, si hacía falta.
Si sigue en el mundo de decir la verdad, se va a ganar un Goya en la próxima gala del cine patrio. El Óscar ya lo tiene.