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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
Si los dos grandes partidos, Pp y Psoe, se sienten contentos y satisfechos ante las palabras del rey durante la noche del 24, algo no debo estar entendiendo. No podemos que “el germen de la discordia” impere en nuestro país. Y creo que en eso estamos de acuerdo. Pero esa discordia de la que hablaba el monarca, hoy está siendo impulsada por los intereses claros y partidistas por parte de un personaje como Pedro Sánchez, que, por ocupar la presidencia del gobierno, permite que esa discordia recorra las carreteras españolas.
Oigo a la señora Narbona hablando de las palabras del rey, y, en ningún momento me parece que ha oído el mismo discurso que yo. La constitución estuvo presente en el fondo y en las formas de su discurso. Se pueden agarrar los voceros de Sánchez a palabras sueltas pronunciadas, y olvidan esa parte en la que hablaba de que fuera de la constitución no hay libertad. ¿Pero qué constitución nos va a quedar en unos meses? ¿Qué poderes van a seguir defendiendo la democracia en nuestro país? ¿Qué justicia vamos a tener los españoles si Sánchez sigue en su papel de controlar todos los poderes?
Al jefe del estado se le notaba tranquilo, quizás demasiado. La situación que se está viviendo en estos momentos en España quizás necesitaba algo más de contundencia y de claridad por su parte ante las amenazas que flotan sobre el futuro del país. Dicen que no puede hacerlo, cuestiones de la política de un jefe de estado que no manda, que no gobierna, que solo nos representa.
No nos podemos sentir satisfechos los que creemos que lo importante es vivir bajo el amparo de la constitución, porque a los secesionistas vascos y catalanes no les haya gustado el discurso del rey, cosa que se esperaba, o que los chicos de Sumar digan que este será el último rey que habrá en España, y que los grandes partidos, los que debían ser los que dieran estabilidad al régimen del 78 se sientan satisfechos con el discurso, con las mismas palabras. Cuesta trabajo entender que dos partidos se vienen repartiendo tortas dialécticas sin miramiento dentro y fuera del congreso puedan estar de acuerdo en el discurso de Felipe VI. Uno de los dos no nos esta diciendo la verdad, como creo que el rey tampoco nos dijo a las claras la realidad de lo que España se está jugando en estos día de pactos entre Pedro Sánchez, los de Bildu, el del mocho en la cabeza, los racistas de Sabino Arana del Pnv y los padres de terra lliure.
Dicen que el discurso perdió audiencia sobre el año anterior, y no es de extrañar, desde hace algunos años las palabras del rey anda bastantes lejanas de las necesidades de los españolitos de a pie.
Oigo a la señora Narbona hablando de las palabras del rey, y, en ningún momento me parece que ha oído el mismo discurso que yo. La constitución estuvo presente en el fondo y en las formas de su discurso. Se pueden agarrar los voceros de Sánchez a palabras sueltas pronunciadas, y olvidan esa parte en la que hablaba de que fuera de la constitución no hay libertad. ¿Pero qué constitución nos va a quedar en unos meses? ¿Qué poderes van a seguir defendiendo la democracia en nuestro país? ¿Qué justicia vamos a tener los españoles si Sánchez sigue en su papel de controlar todos los poderes?
Al jefe del estado se le notaba tranquilo, quizás demasiado. La situación que se está viviendo en estos momentos en España quizás necesitaba algo más de contundencia y de claridad por su parte ante las amenazas que flotan sobre el futuro del país. Dicen que no puede hacerlo, cuestiones de la política de un jefe de estado que no manda, que no gobierna, que solo nos representa.
No nos podemos sentir satisfechos los que creemos que lo importante es vivir bajo el amparo de la constitución, porque a los secesionistas vascos y catalanes no les haya gustado el discurso del rey, cosa que se esperaba, o que los chicos de Sumar digan que este será el último rey que habrá en España, y que los grandes partidos, los que debían ser los que dieran estabilidad al régimen del 78 se sientan satisfechos con el discurso, con las mismas palabras. Cuesta trabajo entender que dos partidos se vienen repartiendo tortas dialécticas sin miramiento dentro y fuera del congreso puedan estar de acuerdo en el discurso de Felipe VI. Uno de los dos no nos esta diciendo la verdad, como creo que el rey tampoco nos dijo a las claras la realidad de lo que España se está jugando en estos día de pactos entre Pedro Sánchez, los de Bildu, el del mocho en la cabeza, los racistas de Sabino Arana del Pnv y los padres de terra lliure.
Dicen que el discurso perdió audiencia sobre el año anterior, y no es de extrañar, desde hace algunos años las palabras del rey anda bastantes lejanas de las necesidades de los españolitos de a pie.
