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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
Tontos, jetas y cipotes de la vela hay en todos los sectores de la vida, no se salva ni en el de los que nos dedicamos a juntar letras, sean estas impresas o de las que se lleva el viento en los digitales. Pero no sé por qué será, pero en el político suenan más, se dejan ver con mayor rotundidad. No es que sean más tontos, que lo mismo sí, pero da la impresión de que están convencidos de que ellos pueden hacer y decir todo lo que quieran y les dé la gana, y que los ciudadano vamos a sonreír ante sus meteduras de pata. Vamos, que “mean en lata y creen que no suena”.
Algunos no se callan ni debajo del agua. Prefieren ahogarse, que les digamos tontos políticos y de capirote, si nacen más ceporros llegan a presidentes de cualquier asociación, o del gobierno de cualquiera de las Españas que andan a la gresca en estos días.
El PP, como ustedes conocen, montó una moción hace un par de semanas en Turre para echar al PSOE del Ayuntamiento, y lo hizo con los dos votos logrados por la Izquierda Unida de la señora Amate, que no tardó la mujer en poner a sus dos ediles de patitas en la calle. Don Antonio Martínez, secretario de organización del PSOE está en su derecho, incluso diría que es su obligación, de defender a su regidora y criticar a quienes la han sacado del despacho de la Alcaldía.
Don Antonio manifestaba la desvergüenza del PP, que solo por su interés personal, ha desbancado a la alcaldesa socialista del PSOE. Le asumo el argumento, don Antonio, el PP es un partido sin vergüenza por lo que hace en Turre. Estoy con usted, muy bien dicho. Pero, ¿asume usted, don Antonio, que el PSOE es también un partido sin vergüenza por la moción que le montó en su día a Rajoy en Madrid?
Y no me venga con la historia de la sentencia y la corrupción, cuando en Andalucía hemos sufrido los Eres, y algunos jueces y juezas, que son para hacérselo mirar, y hoy vemos como al señor Recio, creo que lo conoce el secretario de organización del PSOE en Almería, está en vías de sentarse en el banquillo y con una petición de algunos millones de euros como aval. Hablar de los votos de IU en Turre, cuando su partido buscó los de los primos hermanos de Eta, los de las bombas y tiros en la nuca, y los de los delincuentes catalanes, a los que no tardó demasiado en sacarlos de la cárcel, para que Sánchez esté en el poder, es ver solo lo que uno quiere. Hasta en el mundo de la oscuridad hay más de un cipote a la vela.
El que unos políticos hablen de desvergüenza, sin atenerse a lo que ellos han hecho o están haciendo en la vida política diaria, solo nos lleva a pensar que estamos ante unos desaprensivos, unos jetas de tomo y lomo, unos chapuzas que viven de la política porque no son capaces de hacerlo de otra manera. Y que conste que no hablo de Don Antonio Martínez como persona, ya que me imagino que es un gran padre y un gran marido. Aunque en este segundo apartado habría que preguntarle a su señora, yo me creo un buen esposo, y a veces mi Isolina no piensa lo mismo.
Si el secretario de organización, el número dos del partido dice estás cosas, qué no dirán el resto de los que están a sus órdenes, piensa el ciudadano. Y no podría, por el bien de un partido que se desangra en el abismo, el secretario provincial, don Juan Antonio Lorenzo, el arrodillado ante los catalanes, poner a su secretario político mirando a la pared y con las orejeras de burro, aquellas con las que nos señalaban nuestros maestros en clase. Por mi parte, creo que en la cárcel de papel de la vieja Codorniz no le vendría mal estar una buena temporada al señor Martínez, como militante político, que conste.
Algunos no se callan ni debajo del agua. Prefieren ahogarse, que les digamos tontos políticos y de capirote, si nacen más ceporros llegan a presidentes de cualquier asociación, o del gobierno de cualquiera de las Españas que andan a la gresca en estos días.
El PP, como ustedes conocen, montó una moción hace un par de semanas en Turre para echar al PSOE del Ayuntamiento, y lo hizo con los dos votos logrados por la Izquierda Unida de la señora Amate, que no tardó la mujer en poner a sus dos ediles de patitas en la calle. Don Antonio Martínez, secretario de organización del PSOE está en su derecho, incluso diría que es su obligación, de defender a su regidora y criticar a quienes la han sacado del despacho de la Alcaldía.
Don Antonio manifestaba la desvergüenza del PP, que solo por su interés personal, ha desbancado a la alcaldesa socialista del PSOE. Le asumo el argumento, don Antonio, el PP es un partido sin vergüenza por lo que hace en Turre. Estoy con usted, muy bien dicho. Pero, ¿asume usted, don Antonio, que el PSOE es también un partido sin vergüenza por la moción que le montó en su día a Rajoy en Madrid?
Y no me venga con la historia de la sentencia y la corrupción, cuando en Andalucía hemos sufrido los Eres, y algunos jueces y juezas, que son para hacérselo mirar, y hoy vemos como al señor Recio, creo que lo conoce el secretario de organización del PSOE en Almería, está en vías de sentarse en el banquillo y con una petición de algunos millones de euros como aval. Hablar de los votos de IU en Turre, cuando su partido buscó los de los primos hermanos de Eta, los de las bombas y tiros en la nuca, y los de los delincuentes catalanes, a los que no tardó demasiado en sacarlos de la cárcel, para que Sánchez esté en el poder, es ver solo lo que uno quiere. Hasta en el mundo de la oscuridad hay más de un cipote a la vela.
El que unos políticos hablen de desvergüenza, sin atenerse a lo que ellos han hecho o están haciendo en la vida política diaria, solo nos lleva a pensar que estamos ante unos desaprensivos, unos jetas de tomo y lomo, unos chapuzas que viven de la política porque no son capaces de hacerlo de otra manera. Y que conste que no hablo de Don Antonio Martínez como persona, ya que me imagino que es un gran padre y un gran marido. Aunque en este segundo apartado habría que preguntarle a su señora, yo me creo un buen esposo, y a veces mi Isolina no piensa lo mismo.
Si el secretario de organización, el número dos del partido dice estás cosas, qué no dirán el resto de los que están a sus órdenes, piensa el ciudadano. Y no podría, por el bien de un partido que se desangra en el abismo, el secretario provincial, don Juan Antonio Lorenzo, el arrodillado ante los catalanes, poner a su secretario político mirando a la pared y con las orejeras de burro, aquellas con las que nos señalaban nuestros maestros en clase. Por mi parte, creo que en la cárcel de papel de la vieja Codorniz no le vendría mal estar una buena temporada al señor Martínez, como militante político, que conste.
