El AVE ¿en el 26 o en el 27?


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PASEO ABAJO/Juan Torrijos

Durante el pasado mes de agosto, caluroso ha sido, tanto o más como en años anteriores, los años 26 y 27 volvieron a ser de actualidad ante la futura llegada del AVE a nuestra provincia. Dos fueron los hombres protagonistas a la hora de dar a la opinión pública las editadas fechas. El ministro en funciones, el señor del flequillo, el de la visita extraña a Mojácar antes de las municipales, el de nombre Bolaños y cara de niño sabiondo que no ha roto un plato en su vida, pronunciaba de nuevo, aseveraba con contundencia y rotundidad que el 26, sabiendo que las contundencias de los políticos en pocas ocasiones son capaces de pasar la prueba del algodón.

Y el algodón, ya se decía en los años ochenta, no engaña.

Si el señor Bolaños sigue apostando por el 26, Juan López, presidente del Port Rail Almanzora, dejaba meridianamente blanco que el AVE no puede llegar a Almería antes del 27. Que le queda una obra importante, el paso por Lorca, obra que aún no se ha licitado y que el proyecto tiene una duración de treinta y seis meses.

Si nos tenemos que creer a alguno de los protagonistas que traemos a colación, es evidente que tiene mayor credibilidad lo manifestado por el señor López que las ilusionantes palabras, los altisonantes discursos políticos del señor Bolaños. Mientras el ministro en funciones nos quiere hacer creer en sus deseos, más que realidades a las que poder agarrarse con los ojos vendados, con la fe puesta en sus palabras, el presidente de Port Rail baja los pies al suelo y nos habla de la realidad de las obras que aún faltan por realizar en el tramo murciano para que el tren llegue a las estaciones de Almería.

Dicen que se pilla antes a un mentiroso que a un diablo cojuelo, por mucho ángel caído que esta sea. No digo (nunca me atrevería, Dios me libre) que el señor Bolaños nos ha venido mintiendo a los almerienses cada vez que su cara de niño aparecía por esta tierra. Han sido tres las ocasiones que tengo anotadas, quizás ha habido alguna más, pero esa se me escapó, en la que nos juró, nos perjuró y nos prometió que en el año 2026 nos subiríamos al AVE. Que el veloz caballo de hierro, aquel que cantara Zane Grey en nuestros infantes años, estaría entrando raudo como una flecha por la estación soterrada de la capital.

Pero don Juan del alma mía, que diría doña Inés, de apellido López y presidente, debe ser inglés por lo del Port Rail, nos despierta, y sin cara de niño travieso a lo Bolaños, nos pone las peras al cuarto: ¡Que el paso por Lorca no se ha licitado, que las obras tienen para tres años, y que se hace muy difícil, por no decir imposible, que el AVE, con ese proyecto sin comenzar, pueda estar entrando en la provincia de Almería, mucho menos llegar a la capital en el 26!

Hombres de poca fe, si Pedro logra que lo voten los delincuentes catalanes de la diestra y de la siniestra, los hermanos, hijos y demás parentela de ETA, si la derecha vasca se pliega a sus deseos, y hasta Feijóo parece estar por sus vientos, ya verán ustedes como el AVE, con él y Bolaños echando carbón a la caldera de la máquina, logran que el tren llegue a nuestra tierra en esa fecha.

Pero, ¿Será un AVE lo que nos llegue? Ustedes siempre tan desconfiados. ¿Vieron a la Mesa del Ferrocarril montados durante la feria de agosto en el tren turístico? Ese es el que hay que reivindicar cuanto antes con un viaje al París de la mantequilla. Por cierto, que los señores de la Mesa, tras su paseo por la feria, y el dinero que ha anunciado Europa, ahora si ven el tren en el 26.

Que Santa Lucía les conserve al vista, y que puedan ver el tren entrando en ese año en la estación soterrada de Almería.