Un edificio señero como imagen de Almería


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PASEO ABAJO/Juan Torrijos

María estamos en feria, tiempo para soñar, y si es posible, hacer locuras.

Es cierto que si usted ve la torre Eiffel sabe que está en el París de la Francia, si es la estatua de la libertad se está acercando a N.Y., si es el imponente Cristo de Corcovado que jalona el paisaje de Brasil, estamos en tierras de samba y carnaval, el gran Río de Janeiro. Y así podríamos dar a conocer otros símbolos que jalonan las ciudades del mundo. Si desde el Parque Nicolás Salmerón miramos al norte, como una hermosa corona tiene Almería la imponente Alcazaba sobre nuestra Almedina, bastante olvidada durante los últimos cuarenta años.

La alcaldesa de la ciudad, la que ganó las elecciones con rotundidad, anunciaba que en ese futuro que será el Puerto-Ciudad desea construir un edifico señero, un reclamo, una imagen que lleve el nombre de Almería a primera vista. No es mala idea. Una imagen al lado del mar, casi sobre las olas, como nuestra Virgen y patrona de la ciudad que nos ofrece estos días su feria, y la Alcazaba como corona sobre la primera montaña de la ciudad. Estoy con María. No veo que sea mala idea esa imagen a crear en un futuro cercano.

¡Un edificio señero! Dice María. Pero, ¿qué edificio, cómo sería esa mole de cemento, cristal o metal a levantar sobre suelo almeriense? Lo del uso lo entendemos, lo llenamos de lo que sea, lo importante es la imagen que nos ofrezca, el continente, más que el contenido. Viene siendo habitual en la gran mayoría de los museos mundiales, a veces para desgracia nuestra, llama más la atención el edificio en sí, que el contenido artístico que nos pueda ofrecer su interior. Saben lo que me gustaría de nuestros políticos, en este caso de María, la alcaldesa, que fuese una mujer osada, valiente, que se arriesgara, que se dejara llevar por la imaginación, que sea capaz de hablar de lo que a algunos le parecerá una locura en días de feria, pero que con el tiempo seguro que le darían la razón, que se enfrentara a los pazguatos que tiene en su entorno, que no oyera los cantos de los tibios, de los débiles, que se pusiera al frente de esa imagen que dice buscar para el futuro de esta tierra, en estos días y durante muchos más para su ciudad.

Dicen que solo los valientes pasan a la historia, María, tienes esa oportunidad. Almería necesita una imagen al lado de las aguas que la bañan, estoy contigo. Y hay un icono en esta tierra que nos ha hecho famosos en los cinco continentes, una imagen que lleva el nombre del más famoso grupo cultural que ha tenido Almería en años. Los Indalianos. Con aquel “loco maravilloso” al frente que era Jesús de Perceval.

Hagamos del Indalo la gran imagen de Almería. Busca la forma de que ese edificio señero se convierta en un homenaje a ese icono almeriense. Crea un Indalo que lleve al cielo la imagen de tu ciudad y nuestra provincia, un Indalo que se convierta en un lugar al que visitar, desde donde vivir y dominar la Almería que mira al mar, que en él descansa, y a esa Almería que se siente hermosa al verse coronada por esa joya que es nuestra Alcazaba.

Sé valiente, y hasta un poco alocada si es necesario, y levanta ese edificio que, desde las costas de África, desde la vieja y española Melilla (ya veremos hasta cuándo) se vea como un coloso de mármol blanco de Almería, el mayor símbolo de nuestra tierra: El Indalo.

Pd. Es posible que solo sea el deseo de un loco. Deben ser los años, pero cierro los ojos y veo un Indalo de treinta, cuarenta metros de altura dando la bienvenida a esta ciudad, y los abro con ganas de que algún día se haya convertido en una realidad, aunque no esté por aquí para verlo, admirarlo y disfrutarlo.

Vamos, María, estamos en feria, sé valiente y hasta un poco alocada. Son días para ello.