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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
De todos es conocido que no hay fiesta que se merezca un pueblo si no tiene un concurso gastronómico durante las mismas. Diputación de Almería es buena muestra de ello, que lleva los sabores de nuestra tierras por plazas y rincones de medio mundo. Y ahí sigue. Y no es que veamos a su presidente como un hombre de mucho comer. El que más lo hacía en Diputación era el exalcalde de Gádor, pero lleva años de régimen, y viéndole, uno diría que severo, pero le viene bien para la salud, que a la postre es lo importante.
No recuerdo qué fiesta se celebraba en Alhabía el pasado mes de julio, pueblo que, como saben ustedes, ha cambiado el color de su alcaldía, del rojo al azul, y donde se pueden encontrar ustedes los buenos guisos de Pérez, no sé si su señora se presenta al concurso culinario, pero si lo hiciera pondría el pabellón muy alto, y los pimientos rebozados de La Aduana de doña Pura. Todo un lujo en estas tierras del Andarax.
A lo que íbamos. Alhabia anuncia sus fiestas y, como es tradicional, y como había dejado preparado el Consistorio anterior, entre las actividades se encontraba el concurso de potajes y otras lindezas culinarias. No sé quién ha ganado el mismo, no creo que sea lo importante de la historia, pero seguro que su potaje estaría para repetir y hasta echar barquitos si se presta, a pesar de los calores que hemos sufrido en estas fechas.
La novedad de este año del cambio en las fiestas es la falta de presencia de un sector de señoras en el concurso de los potajes. Mujeres que llevaban veinte años o más presentando sus increíbles recetas a las fiestas de su pueblo, en este año han brillado por su ausencia. De ahí el titular de hoy: “los potajes dividen a las mujeres de Alhabia”.
No se entiende que se pueda dejar de participar en un concurso de sabrosas comidas, de potajes caseros de los que hacía la abuela, de dulces que recordaban los tiempos de los califas, según los más viejos, y todo ello sin una explicación convincente. No estoy seguro, pero no creo que se llame Vicente el nuevo alcalde de Alhabía, y no estoy por entrar en internet para que me saque de mi ignorancia.
¿A qué viene la no participación de ese grupo de mujeres?
¿De qué estaban protestando, si es que de algo lo hacían al no presentarse con su potaje?
¿Era una venganza, una revancha, qué era lo que las llevó a no participar en un evento en el que venían haciéndolo durante las fiestas, todos los años anteriores?
¿Alguien les dijo que no participaran, que le hicieran boicot al concurso de potajes?
¿Les ha merecido la pena no demostrar a estas mujeres su poderío gastronómico?
Y como remate final.
¿Sabrían ustedes decirme, sabios lectores, qué grupo no participó?
En años anteriores no hubo colores entre las asistentes, todos parecían ser del mismo. En este parece que el potaje ha dividido a las mujeres de Alhabia por la mitad: “uno era el rojo, el otro el azul”.
¿Cuál de los dos colores no estuvo presente?
No recuerdo qué fiesta se celebraba en Alhabía el pasado mes de julio, pueblo que, como saben ustedes, ha cambiado el color de su alcaldía, del rojo al azul, y donde se pueden encontrar ustedes los buenos guisos de Pérez, no sé si su señora se presenta al concurso culinario, pero si lo hiciera pondría el pabellón muy alto, y los pimientos rebozados de La Aduana de doña Pura. Todo un lujo en estas tierras del Andarax.
A lo que íbamos. Alhabia anuncia sus fiestas y, como es tradicional, y como había dejado preparado el Consistorio anterior, entre las actividades se encontraba el concurso de potajes y otras lindezas culinarias. No sé quién ha ganado el mismo, no creo que sea lo importante de la historia, pero seguro que su potaje estaría para repetir y hasta echar barquitos si se presta, a pesar de los calores que hemos sufrido en estas fechas.
La novedad de este año del cambio en las fiestas es la falta de presencia de un sector de señoras en el concurso de los potajes. Mujeres que llevaban veinte años o más presentando sus increíbles recetas a las fiestas de su pueblo, en este año han brillado por su ausencia. De ahí el titular de hoy: “los potajes dividen a las mujeres de Alhabia”.
No se entiende que se pueda dejar de participar en un concurso de sabrosas comidas, de potajes caseros de los que hacía la abuela, de dulces que recordaban los tiempos de los califas, según los más viejos, y todo ello sin una explicación convincente. No estoy seguro, pero no creo que se llame Vicente el nuevo alcalde de Alhabía, y no estoy por entrar en internet para que me saque de mi ignorancia.
¿A qué viene la no participación de ese grupo de mujeres?
¿De qué estaban protestando, si es que de algo lo hacían al no presentarse con su potaje?
¿Era una venganza, una revancha, qué era lo que las llevó a no participar en un evento en el que venían haciéndolo durante las fiestas, todos los años anteriores?
¿Alguien les dijo que no participaran, que le hicieran boicot al concurso de potajes?
¿Les ha merecido la pena no demostrar a estas mujeres su poderío gastronómico?
Y como remate final.
¿Sabrían ustedes decirme, sabios lectores, qué grupo no participó?
En años anteriores no hubo colores entre las asistentes, todos parecían ser del mismo. En este parece que el potaje ha dividido a las mujeres de Alhabia por la mitad: “uno era el rojo, el otro el azul”.
¿Cuál de los dos colores no estuvo presente?