 |
| .. |
PASEO ABAJO/Juan Torrijos
Ikea ha abierto sus puertas en Almería con premios, regalos y ofertas. Y los almerienses, siempre dispuestos a dar saltos de alegría cuando de recibir algo gratis se trata, hizo colas, aguantó calores y ondeó banderitas. Toda una alegría con la que se recibía al gigante de los muebles. Un par de veces estuve en Murcia, comprando en Ikea, y aún tengo algunos muebles por montar, y creo que han pasado unos cuantos lustros.
Al igual que Ikea a la hora de presentarse en sociedad, los partidos políticos sacan ofertas y regalos, siempre con nuestros dinero, a la caza de nuestro voto el 23 de julio. No quisiera entrar en todas las tonterías que nos han prometido, pero algunas creo que merecen la pena ser recordadas. Y en ese capítulo, doña Yolanda Díaz se lleva la palma. Y no me refiero a los veinte mil euros para los chicos de 23 años, que parece oferta de trilero, me ha llamado más la atención la puesta en marcha de un teléfono para hombres en crisis, hombres maltratados, hombres que reciban agravios de sus parejas, de sus mujeres, de sus compañeras.
Hasta ahora uno creía que los hombres, según la gente de Podemos, en la que ha estado hasta ayer doña Yoli, éramos todos unos machistas, unos maltratadores, unos abusones y no sé cuántas lindezas más nos dedicaban las chicas de Pablo Iglesias, y que el sí había que ponerlo en la frente de la mujer, nunca, jamás en la de los hombres.
Si doña Yoli entiende que los hombres necesitan también un teléfono donde puedan dejar sus quejas, un número que los pueda defender de los problemas que les crean sus señoras, es porque han debido reconocer que no solo los hombres son unos puñeteros maltratadores, que lo son, y que a la hora de intentar acollonar al rival con el que compartimos la vida, se hace infinitamente más desde el lado del hombre que desde el de la mujer, pero alguna hay, como las meigas. Bienvenido el móvil en el que los hombres también podamos dejar nuestros mensajes pidiendo ayuda, si es que al final lo ponen en marcha, que mucho me temo se quede en una oferta de campaña y mañana ni se acordaran de él.
Y ante el llamativo teléfono en defensa de los hombres, la ausencia de un deseo. Recuerdan la oferta de Pedro Sánchez de las miles de viviendas que prometió durante la campaña de las municipales. Cada día que pasaba nos ofrecía unas cuantas de miles más. ¿No les parece extraño que en las elecciones en las que él es el gran protagonista, las generales del 23 de este caluroso mes de julio, no haya levantado la voz, y eso que han sido horas hablando en las televisiones, las radios y en la sede del Psoe entrevistando a sus ministros, repitiendo la promesa de aquellas miles de viviendas sociales que iba a construir durante las pasadas municipales?
Las encuestas nos dicen que los jóvenes de treinta años no tienen esperanza alguna de lograr una vivienda en propiedad en los próximos veinte, treinta años. Si alguna vez la consiguen será como mínimo a los cincuenta, y el que lo logre, y no sé si a esa edad los bancos van a estar por la labor de ofrecer hipotecas de futuro. Lo dicho, en medio de una campaña a las generales, se nota la ausencia por parte de los partidos de una oferta de vivienda social para esos cientos de miles de jóvenes que buscan un techo bajo el que poder soñar con un futuro algo mejor.
Puestos en esas, ¿de qué han hablado los políticos se pregunta el personal? De las mentiras del rival. Solo se han dedicado a hablar de las mentiras en las que se le pillaba al rival de turno. De soluciones: Pocas o ninguna. ¿Y el lunes? Mucho me temo que el lunes todo seguirá igual, los políticos a repartirse el país y los dineros, y el resto a pagar las facturas que nos vayan presentando.
Al igual que Ikea a la hora de presentarse en sociedad, los partidos políticos sacan ofertas y regalos, siempre con nuestros dinero, a la caza de nuestro voto el 23 de julio. No quisiera entrar en todas las tonterías que nos han prometido, pero algunas creo que merecen la pena ser recordadas. Y en ese capítulo, doña Yolanda Díaz se lleva la palma. Y no me refiero a los veinte mil euros para los chicos de 23 años, que parece oferta de trilero, me ha llamado más la atención la puesta en marcha de un teléfono para hombres en crisis, hombres maltratados, hombres que reciban agravios de sus parejas, de sus mujeres, de sus compañeras.
Hasta ahora uno creía que los hombres, según la gente de Podemos, en la que ha estado hasta ayer doña Yoli, éramos todos unos machistas, unos maltratadores, unos abusones y no sé cuántas lindezas más nos dedicaban las chicas de Pablo Iglesias, y que el sí había que ponerlo en la frente de la mujer, nunca, jamás en la de los hombres.
Si doña Yoli entiende que los hombres necesitan también un teléfono donde puedan dejar sus quejas, un número que los pueda defender de los problemas que les crean sus señoras, es porque han debido reconocer que no solo los hombres son unos puñeteros maltratadores, que lo son, y que a la hora de intentar acollonar al rival con el que compartimos la vida, se hace infinitamente más desde el lado del hombre que desde el de la mujer, pero alguna hay, como las meigas. Bienvenido el móvil en el que los hombres también podamos dejar nuestros mensajes pidiendo ayuda, si es que al final lo ponen en marcha, que mucho me temo se quede en una oferta de campaña y mañana ni se acordaran de él.
Y ante el llamativo teléfono en defensa de los hombres, la ausencia de un deseo. Recuerdan la oferta de Pedro Sánchez de las miles de viviendas que prometió durante la campaña de las municipales. Cada día que pasaba nos ofrecía unas cuantas de miles más. ¿No les parece extraño que en las elecciones en las que él es el gran protagonista, las generales del 23 de este caluroso mes de julio, no haya levantado la voz, y eso que han sido horas hablando en las televisiones, las radios y en la sede del Psoe entrevistando a sus ministros, repitiendo la promesa de aquellas miles de viviendas sociales que iba a construir durante las pasadas municipales?
Las encuestas nos dicen que los jóvenes de treinta años no tienen esperanza alguna de lograr una vivienda en propiedad en los próximos veinte, treinta años. Si alguna vez la consiguen será como mínimo a los cincuenta, y el que lo logre, y no sé si a esa edad los bancos van a estar por la labor de ofrecer hipotecas de futuro. Lo dicho, en medio de una campaña a las generales, se nota la ausencia por parte de los partidos de una oferta de vivienda social para esos cientos de miles de jóvenes que buscan un techo bajo el que poder soñar con un futuro algo mejor.
Puestos en esas, ¿de qué han hablado los políticos se pregunta el personal? De las mentiras del rival. Solo se han dedicado a hablar de las mentiras en las que se le pillaba al rival de turno. De soluciones: Pocas o ninguna. ¿Y el lunes? Mucho me temo que el lunes todo seguirá igual, los políticos a repartirse el país y los dineros, y el resto a pagar las facturas que nos vayan presentando.
