¡Cucarachas en las máquinas del café!


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PASEO ABAJO/Juan Torrijos

Si algo nos está demostrando este verano, aparte del cambio climático, es que las cucarachas siguen existiendo en nuestros entornos. Las noches calurosas que estamos viviendo las hacen salir de sus escondites, y las vemos pasear con arte, garbo y salero (las hay que vuelan, pero esas gustan menos), por las aceras de nuestras calles, plazas y arenales.

Siempre he sentido un repelús ante estos bichos, llamadas blattodeas, vulgo cucarachas, y lo que no he llegado a soportar es el chasquido que se produce cuando pisas, aplastas con tus zapatillas de verano a uno de estos insectos nocturnos. ¡Qué asquito produce!

En los años sesenta, no existía aún ese producto llamado Cucal, en casa usaba mi santa madre amoniaco en las rendijas por donde creíamos que nos llegaban las fieles compañeras de las noches veraniegas. Hoy estamos más protegidos contra ellas, hay productos que duran meses, casi un año, sin verlas aparecer por nuestras calurosas cocinas. Ello no quiere decir que no existan, que no se escondan durante el invierno buscando el calor y que asomen sus alas, todas las tienen, aunque no todas vuelen, en los sitios más inesperados.

Por ejemplo:

En las máquinas del café de Torrecárdenas. En el gran hospital de la provincia, se están viendo las “cucas” en estas fechas calurosas, algunos dirán que la culpa es por el cambio climático, aunque en los años cincuenta del siglo pasado, las temperaturas de unos días de aquellos veranos llegaron a los cincuenta grados, grados que no hemos alcanzado en este tórrido estío que vivimos. Pero sí han aparecido las cucarachas, y miren por donde no solo en las calles, en las aceras y plazas, lo han hecho también, y así lo denuncian algunos usuarios, en las máquinas del café del centro hospitalario de Torrecárdenas, Torrecondenas pasa algunos pacientes, y ahora: “Torrecucarachas”.

Estoy convencido de que el director del centro, y hasta los responsables de la Delegación de Salud de la Junta nos dirán que las máquinas del café no dependen del SAS, que es una concesión a una empresa privada, y que debería ser ella la que respondiera de las cucarachas que aparecen en sus máquinas y que se pasean ufanas ante los ojos de los usuarios, pacientes y trabajadores del hospital.

Oiga, que estos señores tienen razón, que las máquinas no son suyas. Vale, estoy de acuerdo, pero, ¿dónde están ubicadas las dichosas máquinas? Creo que lo hacen en un centro del que son ellos los que responden de su buen servicio, de su limpieza y de su imagen. Y no parece que sea muy buena y responsable el ver a las “cucas” paseando su palmito en el entorno a las máquinas que ofrece el hospital, aunque gestionadas por una empresa para el servicio del centro.

Hay otras historias sobre lo que debería ofrecer el SAS a sus usuariosy que no las lleva a cabo, pero lo dejamos para otro día, no queremos que se mezclen las mismas. Que sean hoy las cucarachas, las grandes protagonistas de las máquinas del café del centro, las que se lleven la medalla de una imagen que debería estar abolida en un hospital.