El pasado, el presente y el futuro de Michelín


..

PASEO ABAJO/Juan Torrijos

La multinacional francesa instalada en Almería, a lo largo de los últimos cincuenta años ha sido como un oasis para el trabajo de cientos de almerienses. Lograr un empleo en Michelín era como si te hubiera tocado la lotería, conseguir un puesto de funcionario en la administración, o trabajar en aquella Telefónica de hace treinta años o más que inventó las prejubilaciones a los cincuenta y pocos. Conseguir trabajo en Michelín era como aprobar unas oposiciones y con buen sueldo a final de mes, coches que te recogían en la capital, médico en el puesto de trabajo y otras prebendas a disfrutar. ¡Un chollo, vamos! Y una envidia ante los amigos que lo lograban.

Aquellas horas interminables de camiones dando vueltas sobre los diseñados caminos de lo que en su día se dijo que serían tierras del Parque Natural de Cabo de Gata (pero que las cuestiones económicas de la empresa, vinculadas a la política que entonces intentaba sacar adelante el país, decidieron que las líneas fronterizas del famoso Parque se quedaran en las puertas de los terrenos comprados por la multinacional), han ido desapareciendo con el paso del tiempo.

Michelín cumple cincuenta años en Almería, y nos alegra que así sea, pero la pujanza de aquella empresa de hace años está cambiando ante las nuevas tecnologías que se van imponiendo cada día. Hoy ya no son tan necesarios los interminables caminos, las largas horas conduciendo, los camiones rodantes sobre la tierras de Almería. La empresa que hoy cumple cincuenta años ya no es la misma, los nuevos avances también le han llegado y poco se sabe del futuro que le espera a la misma en esas tierras rojas de nuestra provincia.

¿Cumplirá la empresa francesa otros cincuenta años entre los almerienses? Creo que a todos nos gustaría que así fuera. Pero hay quienes lo dudan de que lo haga con el mismo nombre y el trabajo que se viene desarrollando durante el medio siglo que se celebra en estas semanas.

Los terrenos donde se ubica actualmente tienen, según algunos técnicos sobre urbanismo, un valor incalculable. Desde hace años se viene hablando de la riqueza que suponen esos terrenos, de la plusvalía que se les puede conseguir, de lo que supone no estar dentro del Parque y de su posible interés de cara a un turismo en alza en esta zona.

Si de lo que se trata es de felicitar a Michelín, desde aquí la mía, y especialmente a los almerienses que durante estos cincuenta años han tenido la suerte de tener un hueco en la plantilla de la multinacional francesa. Han sido unos afortunados, y nos alegramos por ello, y desearíamos que, con motivo del centenario, cuando este llegue, alguien pueda escribir que Michelín sigue logrando que sean muchos los almerienses que disfrutan trabajando en una multinacional que los ha tratado casi como a privilegiados.

Enhorabuena.