 |
| .. |
PASEO ABAJO/Juan Torrijos
La historia se remonta a unos cuantos lustros atrás, cuando en España, en Andalucía y en Almería gobernaba un solo partido, el PSOE. En aquellos entonces era delegado de la Junta en nuestra provincia don Juan Callejón Baena. Asentaba sus reales posaderas políticas en lo que había sido en otro tiempo el gran Casino de la ciudad de Almería, como han venido haciendo el resto de los delegados del poder andaluz, o quizás habría que decir poder sevillano ayer, hoy sevillano-malagueño. En algo nos hemos acercado al poder de la Junta, pero todavía no se ha hecho realidad. ¿Se hará algún día? Es de esperar que se consiga.
En aquellos años don Juan recibió a un amigo, querido y admirado en lo mucho que vale, que iba con la intención de informarse sobre la creación de un Casino en Almería, para datos más concretos se pensaba ubicar en la localidad de Aguadulce. La Junta estaba estudiando la ubicación de unos cuantos centros de esta guisa en distintos puntos de Andalucía, pero en esos momentos no había decisión alguna sobre el tema.
Como vemos, el interés por la ubicación de un Casino en Almería no es de ahora. Don Juan Callejón nos podría contar lo que la Junta decía en aquellos días, y el porqué a lo largo de todos los años que estuvo el PSOE al frente de la misma no se decidió la ubicación de un centro de juegos y esparcimiento en algún punto de nuestra provincia. Don Juan, ilumine con su sabiduría a los almerienses que llevamos una venda sobre nuestros ojos.
Años después se supo que había dinero para la creación de un hotel-casino en las cercanías de Retamar. El proyecto presentaba magníficos resultados al ubicarse cerca del aeropuerto, según los promotores, y se garantizaba el lleno del hotel por parte de los cientos de jugadores que rulan de casino en casino con el faltriquera repleta de billetes, o de tarjetas de todos los colores con cuentas millonarias.
No estaba por entonces don Juan Callejón al frente de la Delegación de la Junta en nuestra provincia, pero daba igual, era el PSOE el que seguía mandando en la verdiblanca andaluza y el veto a un casino en Almería seguía en candelero.
Llegó el relevo en la Junta, con la victoria del malagueño la Junta se acercaba a Almería, y en lo que a nombramientos así ha sido, pero solo en eso, nombramientos, por lo demás no vemos demasiado movimiento desde Sevilla-Málaga para cubrir tantas necesidades como se le han venido negando a Almería a lo largo de estos años. Entre ellas la de un Casino, al que aspira desde hace algunos lustros.
¿Se acuerda don Juan Callejón cuando fue mi amigo a visitarlo para hablarle de un Casino en Aguadulce? Desde entonces ya había interés y dinero para la inversión del mismo, y lo ha seguido habiendo años después, aunque surgió otra inversión que buscó una ubicación más cercana al aeropuerto, por el tirón que este tiene ante un gran número de jugadores internacionales.
¿Tendremos casino algún día? Ahora tenemos a dos consejeros de la Junta que aman profundamente a Almería, por lo menos eso dicen, y una alcaldesa que dice apostar por el turismo. ¿Convencerán a Juanma Moreno? ¿No dicen en el Ayuntamiento que quieren hacer de Almería una ciudad turística por excelencia? Pueden empezar por el casino, esa puede ser una buena primera piedra.
Y luego, si quieren, que los respectivos alcaldes se peleen por Aguadulce o la capital, pero que la Junta se decida de una puñetera vez.
En aquellos años don Juan recibió a un amigo, querido y admirado en lo mucho que vale, que iba con la intención de informarse sobre la creación de un Casino en Almería, para datos más concretos se pensaba ubicar en la localidad de Aguadulce. La Junta estaba estudiando la ubicación de unos cuantos centros de esta guisa en distintos puntos de Andalucía, pero en esos momentos no había decisión alguna sobre el tema.
Como vemos, el interés por la ubicación de un Casino en Almería no es de ahora. Don Juan Callejón nos podría contar lo que la Junta decía en aquellos días, y el porqué a lo largo de todos los años que estuvo el PSOE al frente de la misma no se decidió la ubicación de un centro de juegos y esparcimiento en algún punto de nuestra provincia. Don Juan, ilumine con su sabiduría a los almerienses que llevamos una venda sobre nuestros ojos.
Años después se supo que había dinero para la creación de un hotel-casino en las cercanías de Retamar. El proyecto presentaba magníficos resultados al ubicarse cerca del aeropuerto, según los promotores, y se garantizaba el lleno del hotel por parte de los cientos de jugadores que rulan de casino en casino con el faltriquera repleta de billetes, o de tarjetas de todos los colores con cuentas millonarias.
No estaba por entonces don Juan Callejón al frente de la Delegación de la Junta en nuestra provincia, pero daba igual, era el PSOE el que seguía mandando en la verdiblanca andaluza y el veto a un casino en Almería seguía en candelero.
Llegó el relevo en la Junta, con la victoria del malagueño la Junta se acercaba a Almería, y en lo que a nombramientos así ha sido, pero solo en eso, nombramientos, por lo demás no vemos demasiado movimiento desde Sevilla-Málaga para cubrir tantas necesidades como se le han venido negando a Almería a lo largo de estos años. Entre ellas la de un Casino, al que aspira desde hace algunos lustros.
¿Se acuerda don Juan Callejón cuando fue mi amigo a visitarlo para hablarle de un Casino en Aguadulce? Desde entonces ya había interés y dinero para la inversión del mismo, y lo ha seguido habiendo años después, aunque surgió otra inversión que buscó una ubicación más cercana al aeropuerto, por el tirón que este tiene ante un gran número de jugadores internacionales.
¿Tendremos casino algún día? Ahora tenemos a dos consejeros de la Junta que aman profundamente a Almería, por lo menos eso dicen, y una alcaldesa que dice apostar por el turismo. ¿Convencerán a Juanma Moreno? ¿No dicen en el Ayuntamiento que quieren hacer de Almería una ciudad turística por excelencia? Pueden empezar por el casino, esa puede ser una buena primera piedra.
Y luego, si quieren, que los respectivos alcaldes se peleen por Aguadulce o la capital, pero que la Junta se decida de una puñetera vez.
