El delegado de Educación, Francisco Alonso, planifica un nuevo curso escolar con más alumnos y dos objetivos: Mantener los centros escolares en los pueblos con menos habitantes y acabar con las aulas prefabricadas
ALMERÍA HOY / 31·03·2023
- ¿En qué momento se encuentra la planificación del próximo curso?
- Trabajamos en la reserva de matrículas para el próximo curso en infantil, primaria, secundaria y educación especial. Las plazas previstas son 136.312 en toda la provincia.
- ¿Sube o baja el número?
- Almería crece. Hemos ofertado 9.567 plazas para infantil de tres años, la edad en que ingresan los niños en el sistema educativo. Suponen 692 más de las actuales.
- La despobalción conlleva el riesgo de que desaparecan centro escolares, ¿van a cerrar alguno por falta de alumnos?
- No. Vamos a mantener los 17 colegios públicos rurales que existen en Almería. Conozco bien el problema. Soy de Canjáyar y, aunque allí disponemos de colegio de infantil y primaria, tenemos muy cerca el centro rural Valle del Andarax, con sede en Instinción. Ofrece servicio a muchos pueblos del entorno que están perdiendo habitantes. La Delegación tiene el compromiso de mantener estos colegios, a pesar de que algunos cuenten con muy pocos alumnos. Queremos evitar que esos niños se vean obligados a desplazarse en autobús, al menos hasta que empiecen la secundaria. No hay intención de cerrar ninguno. Es nuestro compromiso para fijar la población manteniendo infraestructuras básicas como son los colegios.
- ¿El profesorado aumenta o mantienen la plantilla?
- La vamos a aumentar. La Junta realizó un gran esfuerzo durante la pandemia. Aumentó el número de profesores y una buena parte de esos refuerzos ha continuado prestando sus servicios en la provincia, mejorando la proporción de alumnos por docente. Además, contemplamos incrementar la plantilla en municipios donde la población está creciendo. Como es lógico, cubriremos esas necesidades.
- El absentismo escolar es siempre un aspecto preocupante, ¿también en Almería?
- Quizás menos que en otras provincias, porque está vinculado principalmente a ciudades grandes con un importante número de alumnos. Aquí afecta a la capital, El Ejido, Roquetas, Berja y Níjar. Existe una comisión en cada uno de esos municipios integrada por los ayuntamientos, policía y representantes de los centros de enseñanza que controlan quiénes faltan a clase. Toda la información que recaban es puesta de manera inmediata en conocimiento de los juzgados. La Delegación cuenta con un programa para evitar el absentismo mediante proyectos que estimulen a los alumnos. Es importante persuadirles sobre la importancia de la formación para su futuro. Por lo general, su comportamiento es consecuencia del ambiente en que viven, que suele ser el menos adecuado para el desarrollo de un niño. Tratamos de convencerles de que faltar a clase les supondrá gozar de menos oportunidades que los demás. Es importante que se conciencien de ello.
- Otro mal del sistema educativo es el de las aulas prefabricadas, algunas llevan décadas entre nosotros, ¿hay avances en este frente?
- El concepto de aula prefabricada es coyuntural. Deben ser una solución temporal mientras se amplía un colegio o se construye uno nuevo. Se convierten en problema cuando se carece de un plan, como ocurría en el pasado. Entonces, la provisionalidad se convierte en permanente. Una de nuestras líneas de actuación pretende acabar con ellas. Ya estamos retirando barracas en el instituto Turaniana de Roquetas porque hemos ampliado el centro. Hablo de casetas que se instalaron en 2003. Se tenían que haber desmontado mucho antes. Hoy estamos realizando obras o redactando proyectos relacionados con todas esas clases que debieron ser transitorias. En Roquetas, además de la ampliación del Turaniana, hay dos nuevos institutos en obras, que acabarán con un gran número de módulos; también vamos a intervenir en centros de Adra y Retamar. Otra importante actuación se va a llevar a cabo en el IES de Campohermoso, cuyo proyecto está en fase de redacción, igual que el de uno de los colegios de Huércal Overa. No son promesas. Son muestras del trabajo de la Junta para acabar con esa lacra.
- Trabajamos en la reserva de matrículas para el próximo curso en infantil, primaria, secundaria y educación especial. Las plazas previstas son 136.312 en toda la provincia.
- ¿Sube o baja el número?
- Almería crece. Hemos ofertado 9.567 plazas para infantil de tres años, la edad en que ingresan los niños en el sistema educativo. Suponen 692 más de las actuales.
- La despobalción conlleva el riesgo de que desaparecan centro escolares, ¿van a cerrar alguno por falta de alumnos?
- No. Vamos a mantener los 17 colegios públicos rurales que existen en Almería. Conozco bien el problema. Soy de Canjáyar y, aunque allí disponemos de colegio de infantil y primaria, tenemos muy cerca el centro rural Valle del Andarax, con sede en Instinción. Ofrece servicio a muchos pueblos del entorno que están perdiendo habitantes. La Delegación tiene el compromiso de mantener estos colegios, a pesar de que algunos cuenten con muy pocos alumnos. Queremos evitar que esos niños se vean obligados a desplazarse en autobús, al menos hasta que empiecen la secundaria. No hay intención de cerrar ninguno. Es nuestro compromiso para fijar la población manteniendo infraestructuras básicas como son los colegios.
- ¿El profesorado aumenta o mantienen la plantilla?
- La vamos a aumentar. La Junta realizó un gran esfuerzo durante la pandemia. Aumentó el número de profesores y una buena parte de esos refuerzos ha continuado prestando sus servicios en la provincia, mejorando la proporción de alumnos por docente. Además, contemplamos incrementar la plantilla en municipios donde la población está creciendo. Como es lógico, cubriremos esas necesidades.
- El absentismo escolar es siempre un aspecto preocupante, ¿también en Almería?
- Quizás menos que en otras provincias, porque está vinculado principalmente a ciudades grandes con un importante número de alumnos. Aquí afecta a la capital, El Ejido, Roquetas, Berja y Níjar. Existe una comisión en cada uno de esos municipios integrada por los ayuntamientos, policía y representantes de los centros de enseñanza que controlan quiénes faltan a clase. Toda la información que recaban es puesta de manera inmediata en conocimiento de los juzgados. La Delegación cuenta con un programa para evitar el absentismo mediante proyectos que estimulen a los alumnos. Es importante persuadirles sobre la importancia de la formación para su futuro. Por lo general, su comportamiento es consecuencia del ambiente en que viven, que suele ser el menos adecuado para el desarrollo de un niño. Tratamos de convencerles de que faltar a clase les supondrá gozar de menos oportunidades que los demás. Es importante que se conciencien de ello.
- Otro mal del sistema educativo es el de las aulas prefabricadas, algunas llevan décadas entre nosotros, ¿hay avances en este frente?
- El concepto de aula prefabricada es coyuntural. Deben ser una solución temporal mientras se amplía un colegio o se construye uno nuevo. Se convierten en problema cuando se carece de un plan, como ocurría en el pasado. Entonces, la provisionalidad se convierte en permanente. Una de nuestras líneas de actuación pretende acabar con ellas. Ya estamos retirando barracas en el instituto Turaniana de Roquetas porque hemos ampliado el centro. Hablo de casetas que se instalaron en 2003. Se tenían que haber desmontado mucho antes. Hoy estamos realizando obras o redactando proyectos relacionados con todas esas clases que debieron ser transitorias. En Roquetas, además de la ampliación del Turaniana, hay dos nuevos institutos en obras, que acabarán con un gran número de módulos; también vamos a intervenir en centros de Adra y Retamar. Otra importante actuación se va a llevar a cabo en el IES de Campohermoso, cuyo proyecto está en fase de redacción, igual que el de uno de los colegios de Huércal Overa. No son promesas. Son muestras del trabajo de la Junta para acabar con esa lacra.