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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
Lo de la amistad, los dineros y la corrupción, como se comprueba en las historias que se han conocido sobre policías, siempre van de la mano, como jugando a la comba. No deja de tener gracia que unos chorizos, a los que se les ha cogido con la corrupción explotando en sus narices, lleguen a un acuerdo con el fiscal y se les rebaje las condenas.
¡Vivan los pactos con los delincuentes!
Sumen dos policías locales más acusados de prostitución y pregunten. ¿En qué manos estamos? Nos quejamos de los políticos, pero parece que algunos de los que nos tienen que defender no andan muy lejanos de ellos.
Nadie piensa por lo que se ve en los pobres estafados, en los que cayeron en las manos del policía local y acabaron en el despacho del arquitecto amigo. Está visto que solo hay acuerdos para los que violan la ley, los que viven al margen de ella, los que se aprovechan de la ciega y van contra los intereses de los ciudadanos.
Esos, como es el caso del policía local y de su amigo el arquitecto, hacen pactos con la justicia y se les rebaja la pena, penita, pena. Justicia de copla es lo que nos ofrecen. A los que tuvieron la mala fortuna de caer en sus manos, que les den viento fresco en año de invierno duro, como el que se ha vivido en este dos mil veintitrés. En estos días hemos conocido que dos policías locales, uno de Adra y otro de la capital, andan metidos en una denuncia sobre prostitución. Pero como en el caso de urbanismo, no conocemos los nombres de los afectados.
Decimos que las leyes las hace últimamente Pedro Sánchez para los señores y queridos delincuentes, pero por lo que hemos visto, eso es algo que ha venido ocurriendo desde hace años. Y como botón de muestra ahí tenemos que el policía local y su amigo el arquitecto que han llegado a un pacto con la fiscalía. ¿llegarán también a otro acuerdo los policías, uno de ellos con nombre de emperador romano, a los que se les acusa de colaboración en un caso de prostitución de cinco chicas de entre trece y dieciséis años, y de presuntos malos tratos a la esposa de uno de ellos?
La justicia debe trabajar para reinsertar a los delincuentes te dicen desde las alturas del poder. Y está muy bien que sea así, pero siempre olvidan a los estafados por estos. Te roban, te expolian, ellos se arrepienten, no devuelven nada de lo que te estafaron, la justicia les perdona y los ves en las calles felices y contentos, dispuestos a seguir con su juego, que no es otro que el de burlar las leyes, ahora con mayor habilidad, tras la experiencia aprendida.
Y para colmo de males, los vecinos afectados ven como los nombres de los pájaros no aparecen ni en los medios de información. Hay que proteger la identidad de los ciudadanos, es muy importante la privacidad del ser humano, nos comentan. No creen ustedes que los nombres del policía local y de su amigo, el arquitecto, deberían ser de conocimiento público para que el resto de los ciudadanos supiéramos de quién nos tenemos que cuidar en el día de mañana. Cuestión que también debería ocurrir con los dos dedicados a la prostitución. No parece muy respetable que a algunos se le exponga al escarnio de la información pública, no hace mucho tuvimos un ejemplo de ello, y que ahora nos encontremos con el silencio y la protección de las personas a las que se les ha condenado por abuso de autoridad, engaño al ciudadano y estafa, sin olvidar a los dos policías encausados por prostitución.
Pero así es la justicia que tenemos. Luego nos aparece el señor Columna y nos pide perdón por el retraso de alguna sentencia. Vale señor Columna. Esta es lo justicia que hay. Si quiere la toma, y si no… lentejas. ¿Si estuvieran tan ricas como las del miércoles pasado del restaurante Pérez de Alhabia?
Procuremos que a nosotros no nos pille la ciega, o sabremos lo que es una buena justicia en manos de estos fiscales y jueces.
¡Vivan los pactos con los delincuentes!
Sumen dos policías locales más acusados de prostitución y pregunten. ¿En qué manos estamos? Nos quejamos de los políticos, pero parece que algunos de los que nos tienen que defender no andan muy lejanos de ellos.
Nadie piensa por lo que se ve en los pobres estafados, en los que cayeron en las manos del policía local y acabaron en el despacho del arquitecto amigo. Está visto que solo hay acuerdos para los que violan la ley, los que viven al margen de ella, los que se aprovechan de la ciega y van contra los intereses de los ciudadanos.
Esos, como es el caso del policía local y de su amigo el arquitecto, hacen pactos con la justicia y se les rebaja la pena, penita, pena. Justicia de copla es lo que nos ofrecen. A los que tuvieron la mala fortuna de caer en sus manos, que les den viento fresco en año de invierno duro, como el que se ha vivido en este dos mil veintitrés. En estos días hemos conocido que dos policías locales, uno de Adra y otro de la capital, andan metidos en una denuncia sobre prostitución. Pero como en el caso de urbanismo, no conocemos los nombres de los afectados.
Decimos que las leyes las hace últimamente Pedro Sánchez para los señores y queridos delincuentes, pero por lo que hemos visto, eso es algo que ha venido ocurriendo desde hace años. Y como botón de muestra ahí tenemos que el policía local y su amigo el arquitecto que han llegado a un pacto con la fiscalía. ¿llegarán también a otro acuerdo los policías, uno de ellos con nombre de emperador romano, a los que se les acusa de colaboración en un caso de prostitución de cinco chicas de entre trece y dieciséis años, y de presuntos malos tratos a la esposa de uno de ellos?
La justicia debe trabajar para reinsertar a los delincuentes te dicen desde las alturas del poder. Y está muy bien que sea así, pero siempre olvidan a los estafados por estos. Te roban, te expolian, ellos se arrepienten, no devuelven nada de lo que te estafaron, la justicia les perdona y los ves en las calles felices y contentos, dispuestos a seguir con su juego, que no es otro que el de burlar las leyes, ahora con mayor habilidad, tras la experiencia aprendida.
Y para colmo de males, los vecinos afectados ven como los nombres de los pájaros no aparecen ni en los medios de información. Hay que proteger la identidad de los ciudadanos, es muy importante la privacidad del ser humano, nos comentan. No creen ustedes que los nombres del policía local y de su amigo, el arquitecto, deberían ser de conocimiento público para que el resto de los ciudadanos supiéramos de quién nos tenemos que cuidar en el día de mañana. Cuestión que también debería ocurrir con los dos dedicados a la prostitución. No parece muy respetable que a algunos se le exponga al escarnio de la información pública, no hace mucho tuvimos un ejemplo de ello, y que ahora nos encontremos con el silencio y la protección de las personas a las que se les ha condenado por abuso de autoridad, engaño al ciudadano y estafa, sin olvidar a los dos policías encausados por prostitución.
Pero así es la justicia que tenemos. Luego nos aparece el señor Columna y nos pide perdón por el retraso de alguna sentencia. Vale señor Columna. Esta es lo justicia que hay. Si quiere la toma, y si no… lentejas. ¿Si estuvieran tan ricas como las del miércoles pasado del restaurante Pérez de Alhabia?
Procuremos que a nosotros no nos pille la ciega, o sabremos lo que es una buena justicia en manos de estos fiscales y jueces.