¿Los caracoles de Carboneras se vuelven fachas?


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PASEO ABAJO/Juan Torrijos

Hace unos días el PP presentaba a su candidato en Carboneras para las municipales del 28 de mayo. El presidente del partido, Javier Aureliano García, hablaba maravillas del candidato, Felipe Cayuela. No dijo nada de los caracoles de Felipe, se le debió olvidar que ellos sí que son un bocado exquisito digno de dioses desde hace años en el pueblico. Una visita a Carboneras y no sentarse un rato a degustarlos es de pecado, y mortal. Estoy convencido de que, sobre el pecado de no disfrutar de unos buenos caracoles de Felipe en Carboneras, nos puede hablar con convicción el vice de la Diputación, el señor Giménez, don Fernando, que acompañaba a su jefe de filas en la presentación del nuevo candidato y que de las alturas y de dioses es de los pocos notables que tenemos en política.

Los caracoles de Felipe no suelen traicionar, un día nos pueden parecer que pican un poco más, o un poco menos, que le han faltado una especie, que le han puesto otra de más, pero con los cambios que se puedan producir a la hora de cocinarlos, tengan usted la seguridad de que su sabor no le va a traicionar. Saldrá satisfecho de ese plato de moluscos que tiene delante y al que va a dedicar los próximos minutos, provisto de un palillo o de un alfiler y de una jarra de cerveza para mitigar la sed, si es que el viaje lo hace en uno de esos días de cambio climático en los que los termómetros marcan historia en verano.

Lo que no sabe usted, y tampoco los vecinos-votantes de Carboneras, es si el nuevo candidato del PP al Ayuntamiento de la localidad se comportará como sus caracoles, sin traiciones, o se dejará llevar por esa tragedia que parece existir entre los partidos de derechas o centro derechas o independientes, que tienen la traición política pegada a la piel en este pueblo, del que, por cierto, fui pregonero de sus fiestas hace tantos años, que ya no recuerdo la fecha.

Se unen hombres y mujeres de Carboneras con la meta de asaltar el poder municipal y dejar fuera al socialismo y a la familia Fernández del ayuntamiento. Y lo logran, consiguen la proeza de ganar las elecciones, llegan al poder, parece olvidado el tiempo pasado por el Psoe en el poder, se abre una nueva etapa en el pueblo, se llenan de ilusiones algunas calles, de pasión algunas familias, pero…

Aquellos que se unieron, que hicieron la proeza de derrotar al poderoso socialismo de Carboneras, tardan poco, muy poco en vivir su propio enfrentamiento, su viacrucis, la traición se hace presente, se rompen las ligaduras por las que trabajaron juntos, que los unió para derrotar al rival común y eso lleva a la derrota, al resurgir de la familia Fernández, y al socialismo de nuevo al poder.

Los caracoles de Felipe no traicionan, eso lo pueden ustedes prometer donde les parezca oportuno, lo que ya no podemos asegurar algunos es si: ¿Traicionará Felipe, el de los caracoles de Carboneras a su pueblo, a la gente que con él haga el próximo viaje político con el PP de Javier Aureliano?

A Felipe Cayuela le van a perseguir en su carrera política algunos actos, hay quien los llama presuntas traiciones, que surgieron durante el tiempo en el que estuvo en el Ayuntamiento. Es normal que la gente se pregunte: ¿Nos podemos fiar de nuevo de Felipe? Yo no les sabría dar una contestación, de lo que uno está seguro es de que de los caracoles sí, en ellos si se puede confiar.

¿Qué le puede contestar a esos vecinos que se lo pregunten durante esos días de campaña, señor Cayuela? Cuente don Felipe.

Por otra parte, los caracoles de Felipe en Carboneras no necesitan preguntas, solo degustarlos y disfrutar de su sabor.

¡Qué ricos están, hoy les ha faltado algo de picor! ¡Qué le aprovechen!