Seis meses de prisión por agredir a dos sanitarias en Torrecárdenas

La agresora ha sido condenada por un delito de atentado a funcionario público sanitario por otros dos de lesiones y maltrato



ALMERÍA HOY / 10·12·2022

Una juez de Almería ha condenado a una mujer de 50 años acusada de agredir a una auxiliar de enfermería y a una enfermera del Hospital Universitario Torrecárdenas de Almería tras reprocharles que no sabía hacer su trabajo ante los cuidados que le estaban brindado a su madre, quien se encontraba ingresada por séptima vez en el centro hospitalario.

El fallo, consultado por Europa Press y sobre el que cabe recurso de apelación, condena a la mujer por un delito de atentado a funcionario público sanitario así como por dos delitos leves de lesiones y maltrato, mientras que le absuelve por otro delito similar contra otra de las sanitarias que intervino en los hechos a la que solamente habría insultado.

La sentencia da por probado que la mujer se dirigió con gritos hacia las tres sanitarias, a las que dijo "sois unas potras, no sabéis hacer vuestro trabajo, os tengo ganas", tras lo que empezó a acercarse "agresivamente hacia ellas" hasta que propinó un empujón a una de ellas y llegó a "manotear" a otra cuando "intentaban realizar sus funciones".

Los hechos dieron lugar a la baja por ansiedad de las tres sanitarias, una de la cuales sufrió además lesiones de carácter leve en un brazo y en un pie, por las que tuvo que ser asistida médicamente en el mismo centro sanitario. Las perjudicadas renunciaron a las indemnizaciones que pudieran corresponderles.

La acusada admitió en el juicio que acudió al hospital para ver a su madre, quien el dijo que "no se encontraba bien" por lo que, al acercarse a ella, comprobó que tenía la bata "encharcada de sangre" desde "la nuca hasta la cintura", por lo que reclamó la presencia de un médico.

Según la versión ofrecida por la mujer, quien aseguró haber fotografiado el estado de su madre, las auxiliares de enfermería fueron a "asear a su madre" en lugar de "llamar al médico" para que valorara la situación, tal y como era su pretensión. Según la condenada, para las auxiliares de enfermería "lo importante era quitar la sangre, asearla y posteriormente llamar al médico".

Así, la mujer negó cualquier contacto con las auxiliares de enfermería salvo "cuando la apartaron" de su madre, por lo que rechazó haberlas agredido, amenazado o insultado en cualquier momento, toda vez que negó haber dicho cualquier palabra aunque sí reconoció que llegó un guarda de seguridad y le dijo "baja el tono de voz".

Frente a la versión de la acusada se alza el testimonio de las denunciantes, quienes mantuvieron el mismo relato tras la denuncia conjunta presentada por todas ellas, en la que afirmaron que la mujer manoteó a una de las enfermeras cuando fue a tomar la tensión a su madre, las amenazó si llamaban a seguridad y las llamó "potras".

Según explicaron, la mujer requirió su presencia el día de los hechos a través del timbre, pero "sin esperar a que llegaran se dirigió al mostrador de enfermería". Allí reclamó ante una de las auxiliares de enfermería la presencia de un médico porque "la sábana con que se tapaba su madre tenía manchas de sangre". Asimismo, según la versión ofrecida durante el juicio, la mujer se negó a que viera el origen de la sangre con el fin de que su madre fuera vista en un primer momento por un médico.

Las sanitarias aseguraron así que mientras esperaban la llegada del médico, procedieron a quitar la sábana, comprobando que las manchas procedían de la vía que tenía puesta en el brazo derecho. No obstante, y según su versión, la hija de la paciente "se negó a recogieran las sábanas manchadas de sangre, dado que eran una prueba de su mal trabajo en relación a la atención que prestaban a los pacientes".

Las denunciantes aseguraron que la mujer "mantuvo una actitud violenta y agresiva hacia las tres profesionales", a las que se dirigió "a grandes voces, sin respetar la presencia del otro paciente y de sus familiares", toda vez que "las insultó y amenazó con toda clase de palabras, llegando a agredir con las manos" a dos de ellas.

Para la juez, el testimonio de las perjudicadas resultó "persistente en la incriminación" y la "ausencia de incredibilidad subjetiva", ya que "ningún ánimo espurio se aprecia en las respectivas declaraciones de las denunciantes" quienes "ni siquiera reclaman indemnización por estos hechos". Además, su testimonio resultó verosímil, por cuanto que fue "corroborado por la documental médica" en la que se reflejó tanto la situación de ansiedad de las perjudicadas como las lesiones en una de ellas.

El fallo, que no es firme, impone a la acusada seis meses de prisión por el delito de atentado contra funcionario sanitario, una multa de 40 días a razón de seis euros diarios por las lesiones y otra multa de un mes con la misma cuantía por el delito de maltrato.