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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos
Tras los cien días del gobierno de Juanma vemos al PP de Almería más hormonado, si quieren más controlado, en torno a Moreno Bonilla. Con el último de los nombramientos llevado a cabo hace unas semanas, el de Maribel Sánchez como la voz más autorizada dentro de la ejecutiva de Moreno Bonilla, en sustitución del que lo fuera y que en estos momentos lleva la voz cantante del gobierno andaluz, Ramón Fernández Pacheco, el presidente andaluz cierra posible fisuras en el partido en Almería. (Bien por Ramón contestando a la portavoz del PSOE, habrá que darle la enhorabuena).
Se tienen que llevar bien Carmen Crespo, Javier Aureliano y Ramón Fernández, el consejero azul. No lo digo yo, lo dijo en su momento y en prensa escrito está, el hombre que más poder ha tenido dentro del PP en Almería a lo largo de los últimos veinte años, Gabriel Amat. Tres frentes dejados abiertos en el partido en Almería, y que, si Gabriel no fue capaz de unir sólidamente, Moreno está en la labor de lograrlo.
Ramón está colocado por Moreno en dos puestos importantes, consejero y portavoz de ese gobierno. Carmen ha logrado su puesto y seguir manteniendo en puestos claves a distintos militantes muy cercanos a ella. El más perjudicado en un principio se decía que era Javier Aureliano. La apuesta que hizo el presidente provincial de Almería por algún militante de su cuerda no recibió el puesto o cargo por parte de Moreno Bonilla que se esperaba en las pasadas elecciones andaluzas, y entre esos militantes se encontraba Maribel Sánchez, una mujer por la que en su día apostó y que se encontró relegada en la lista y en los siguientes nombramientos dentro del gobierno andaluz que llevo a cabo el presidente Juanma.
Hay que reconocer que Moreno está intentando conseguir que las aguas bajen más tranquilas dentro del PP en Almería. Y que al final, lo que les pedía Gabriel Amat a sus niños, se esté consiguiendo, que Carmen, Ramón y Javier se lleven bien. O que por lo menos no den espectáculos dentro del partido con enfrentamientos y rencillas, con banderas y banderías defendiendo cada cual a los suyos.
En el fondo lo que el presidente andaluz consigue es el control total del partido en Almería, manteniendo una cierta tranquilidad que a él es debida. El que quiera algo dentro del PP tendrá que pasar por Juanma, el que se mueva dentro del partido lo hará contra Juanma. El equilibrio de poderes dentro del PP almeriense tiene en estos momentos un solo nombre Juanma Moreno. El que esté a su lado saldrá en la foto y tendrá su parcela de poder, el que no lo haga tiene un futuro negro en el partido conservador de Almería.
Faltan las elecciones a los ayuntamientos, y ahí se podrían producir algunas fricciones. ¿Van a ser capaces de dar la batalla los llamados líderes almerienses o se plegaran a las directrices de Juan Moreno? Se plegarán, es evidente.
Volvemos a Gabriel Amat. Decía el viejo militante que el presidente del partido tiene las manos libres para hacer las listas municipales. ¿Seguro? Siempre que con esas listas esté de acuerdo Moreno Bonilla, Javier podrá hacer lo que quiera. En la gran mayoría de los ayuntamientos no habrá problemas para la confección de las listas. Moreno Bonilla, en los tres primeros meses ha logrado pacificar Almería. Lo que de entrada no está mal.
Se tienen que llevar bien Carmen Crespo, Javier Aureliano y Ramón Fernández, el consejero azul. No lo digo yo, lo dijo en su momento y en prensa escrito está, el hombre que más poder ha tenido dentro del PP en Almería a lo largo de los últimos veinte años, Gabriel Amat. Tres frentes dejados abiertos en el partido en Almería, y que, si Gabriel no fue capaz de unir sólidamente, Moreno está en la labor de lograrlo.
Ramón está colocado por Moreno en dos puestos importantes, consejero y portavoz de ese gobierno. Carmen ha logrado su puesto y seguir manteniendo en puestos claves a distintos militantes muy cercanos a ella. El más perjudicado en un principio se decía que era Javier Aureliano. La apuesta que hizo el presidente provincial de Almería por algún militante de su cuerda no recibió el puesto o cargo por parte de Moreno Bonilla que se esperaba en las pasadas elecciones andaluzas, y entre esos militantes se encontraba Maribel Sánchez, una mujer por la que en su día apostó y que se encontró relegada en la lista y en los siguientes nombramientos dentro del gobierno andaluz que llevo a cabo el presidente Juanma.
Hay que reconocer que Moreno está intentando conseguir que las aguas bajen más tranquilas dentro del PP en Almería. Y que al final, lo que les pedía Gabriel Amat a sus niños, se esté consiguiendo, que Carmen, Ramón y Javier se lleven bien. O que por lo menos no den espectáculos dentro del partido con enfrentamientos y rencillas, con banderas y banderías defendiendo cada cual a los suyos.
En el fondo lo que el presidente andaluz consigue es el control total del partido en Almería, manteniendo una cierta tranquilidad que a él es debida. El que quiera algo dentro del PP tendrá que pasar por Juanma, el que se mueva dentro del partido lo hará contra Juanma. El equilibrio de poderes dentro del PP almeriense tiene en estos momentos un solo nombre Juanma Moreno. El que esté a su lado saldrá en la foto y tendrá su parcela de poder, el que no lo haga tiene un futuro negro en el partido conservador de Almería.
Faltan las elecciones a los ayuntamientos, y ahí se podrían producir algunas fricciones. ¿Van a ser capaces de dar la batalla los llamados líderes almerienses o se plegaran a las directrices de Juan Moreno? Se plegarán, es evidente.
Volvemos a Gabriel Amat. Decía el viejo militante que el presidente del partido tiene las manos libres para hacer las listas municipales. ¿Seguro? Siempre que con esas listas esté de acuerdo Moreno Bonilla, Javier podrá hacer lo que quiera. En la gran mayoría de los ayuntamientos no habrá problemas para la confección de las listas. Moreno Bonilla, en los tres primeros meses ha logrado pacificar Almería. Lo que de entrada no está mal.
