Las mediciones efectuadas por Ecologistas en Acción registran puntos que "multiplican por 800 la radiactividad considerada por la Organización Mundial para la Salud peligrosa para el cuerpo humano"
ALMERÍA HOY / 16·11·2022
Los casi 400 análisis realizados por Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) a las muestras de aire, alimentos de origen animal y vegetal, flora y fauna, así como sedimentos y agua recogidas en 2021 en Palomares han revelado concentración de actividad de americio y de plutonio en un total de 112, si bien, en todos estos casos, los valores detectados "son inferiores a los niveles de referencia" que están fijados en el Plan de Vigilancia Radiológica de la zona.
Según el Ciemat, los valores de concentración de actividad hallados en el último muestreo son "similares" a los obtenidos en años anteriores, por lo que le lleva a concluir que "la evolución temporal del nivel de contaminación" en la última década, durante el periodo 2010-2021, "se ha mantenido estable", si bien, es preciso añadir que en puntos, como la calle Diseminado la Punta, han registrados en las mediciones encargadas por Ecologistas en Acción "hasta 800 veces el umbral de radiactividad considerado por la Organización Mundial de la Salud como peligroso para el cuerpo humano".
La cuantificación de plutonio fue posible en 95 de los 141 análisis realizados, la mayor parte en las muestras recolectadas mediante el cambio semanal de los filtros de aire de tres estaciones medidoras, ubicadas dos de ellas en zona 2 del área bajo vigilancia radiológica y la otra en zona urbana. En este caso, todos los análisis detectaron actividad radiactiva en forma de partículas en suspensión.
El americio se pudo medir en 17 del total 251 muestras analizadas, sobre todo en las tomadas de suelos y extraídas en cuatro estaciones medidoras de la zona 2, de la zona 6 o Sierra Almagrera, y de zona urbana, según los datos recopilados por el Ciemat en el informe anual para su remisión al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y consultados por Europa Press.
Los resultados del Programa de Vigilancia Radiológica Ambiental de Palomares y de su población en 2021, los últimos disponibles, apuntan que el plutonio en las muestras de aire para partículas en suspensión y de depósito tras precipitaciones es, de media, un "orden de magnitud inferior" en la zona urbana con respecto a las muestras procedentes de la zona 2.
Esto apuntala, según el Ciemat, la premisa de que hay una "relación inversamente proporcional" entre la "concentración de actividad" y la "distancia a los terrenos más contaminados" en la zona de Palomares.
Indica, asimismo, que los resultados revelan "un rango amplio de variabilidad" con hasta "cuatro órdenes de magnitud" debido a que, según subraya, las partículas en las que se presenta el plutonio son "de diferente tamaño y actividad heterogéneamente distribuidas". No obstante, matiza que estos datos están en consonancia "con los obtenidos" en el ejercicio de 2020.
Con respecto a los alimentos, detalla que se recogieron a lo largo de 2021 un total de 30 muestras de brócoli, sandía, calabacín, lechuga, judía verde, tomate, y brécol tanto en campaña de invierno como de verano, así como de miel, de pescado y de conejo tras solicitar autorización de caza a la Junta de Andalucía.
El informe concreta que, "al igual" que en los "últimos seis años", no se ha "reportado" ningún valor de concentración de actividad de americio "por encima" de la cantidad mínima que puede detectar la técnica usada para el análisis.
Recoge que sí resultó positiva en plutonio una de las muestra de calabacín, aunque, según destaca, el resultado arrojado es "marcadamente inferior al nivel de referencia" y "menor al valor limitativo para la comercialización".
El muestreo de flora y fauna en media docena de estaciones medidoras desplegadas para vigilancia ambiental de la zona mediante la recogida de organismos indicadores como caracoles, esparto, acelga silvestres o rascamoños, descarta el americio en los ocho análisis efectuados en 2021, pero halla plutonio en seis de ellos.
El Ciemat traslada que, durante los últimos seis años, "tan solo seis de las muestras" de estos organismos, en concreto, "los vegetales" han mostrado resultados de concentración de actividad de americio y hace hincapié en que esto influye que "los vegetales silvestres tienen un periodo prolongado de exposición ambiental y no son sometidos a ningún pretratamiento como lavado y troceado en el laboratorio".
Por otro lado, concluye que, en el caso del plutonio, se mantiene "la tendencia histórica" de que los niveles sean "más elevados" en la flora silvestre ya que, al tratarse de plantas perennes, "están más tiempo expuestas a la contaminación" y su acumulo externo "se ve favorecido" por sus hojas pilosas, y tallos "retorcidos que crecen a ras de suelo".
Al tiempo, destaca que, pese a ello, están en consonancia con "los obtenidos históricamente en este tipo de muestras" en el marco del Programa de Vigilancia Radiológica Ambiental de Palomares.
El informe incluye, también, el análisis de muestras de agua potable y de agua de riego que pudieran verse afectadas por la "resuspensión y posterior depósito de la contaminación" con un resultado negativo en todos los casos.
Mientras, en el caso de los sedimentos recogidos en el cauce del Río Jatico, del Río Almanzora y del arenal de la playa de Quitapellejos solo una de las muestras fluviales arroja concentración de actividad de plutonio, pero también, siempre, en valores inferiores a los de referencia.
Por último, todas las muestras de suelo tomadas semestralmente en cuatro estaciones del área de cobertura del Programa de Vigilancia Radiológica de Palomares, a excepción de las recogidas en una estación de control situada en las inmediaciones del municipio de Mojácar, arrojan también niveles detectables de plutonio en un "rango de decenas de bequerelios y en concordancia con años anteriores".
El Ciemat puntualiza en su informe que no se han realizado, como tampoco se hizo en 2020, los exámenes médicos y controles de bioeliminación a la población de las áreas de influencia en Cuevas del Almanzora y Vera debido a la situación de emergencia sanitaria generada por el covid-19.
Precisa también que no se pudieron recoger algunas muestras de alimentos tal y como se había programado para 2021 en cinco estaciones por haberse cultivado solo una vez en el año, no haberse cultivado o por falta de producción en una de las explotaciones apícolas, lo que se compensó con muestras de otras dos estaciones medidoras.
Según el Ciemat, los valores de concentración de actividad hallados en el último muestreo son "similares" a los obtenidos en años anteriores, por lo que le lleva a concluir que "la evolución temporal del nivel de contaminación" en la última década, durante el periodo 2010-2021, "se ha mantenido estable", si bien, es preciso añadir que en puntos, como la calle Diseminado la Punta, han registrados en las mediciones encargadas por Ecologistas en Acción "hasta 800 veces el umbral de radiactividad considerado por la Organización Mundial de la Salud como peligroso para el cuerpo humano".
La cuantificación de plutonio fue posible en 95 de los 141 análisis realizados, la mayor parte en las muestras recolectadas mediante el cambio semanal de los filtros de aire de tres estaciones medidoras, ubicadas dos de ellas en zona 2 del área bajo vigilancia radiológica y la otra en zona urbana. En este caso, todos los análisis detectaron actividad radiactiva en forma de partículas en suspensión.
El americio se pudo medir en 17 del total 251 muestras analizadas, sobre todo en las tomadas de suelos y extraídas en cuatro estaciones medidoras de la zona 2, de la zona 6 o Sierra Almagrera, y de zona urbana, según los datos recopilados por el Ciemat en el informe anual para su remisión al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y consultados por Europa Press.
Los resultados del Programa de Vigilancia Radiológica Ambiental de Palomares y de su población en 2021, los últimos disponibles, apuntan que el plutonio en las muestras de aire para partículas en suspensión y de depósito tras precipitaciones es, de media, un "orden de magnitud inferior" en la zona urbana con respecto a las muestras procedentes de la zona 2.
Esto apuntala, según el Ciemat, la premisa de que hay una "relación inversamente proporcional" entre la "concentración de actividad" y la "distancia a los terrenos más contaminados" en la zona de Palomares.
Indica, asimismo, que los resultados revelan "un rango amplio de variabilidad" con hasta "cuatro órdenes de magnitud" debido a que, según subraya, las partículas en las que se presenta el plutonio son "de diferente tamaño y actividad heterogéneamente distribuidas". No obstante, matiza que estos datos están en consonancia "con los obtenidos" en el ejercicio de 2020.
Con respecto a los alimentos, detalla que se recogieron a lo largo de 2021 un total de 30 muestras de brócoli, sandía, calabacín, lechuga, judía verde, tomate, y brécol tanto en campaña de invierno como de verano, así como de miel, de pescado y de conejo tras solicitar autorización de caza a la Junta de Andalucía.
El informe concreta que, "al igual" que en los "últimos seis años", no se ha "reportado" ningún valor de concentración de actividad de americio "por encima" de la cantidad mínima que puede detectar la técnica usada para el análisis.
Recoge que sí resultó positiva en plutonio una de las muestra de calabacín, aunque, según destaca, el resultado arrojado es "marcadamente inferior al nivel de referencia" y "menor al valor limitativo para la comercialización".
El muestreo de flora y fauna en media docena de estaciones medidoras desplegadas para vigilancia ambiental de la zona mediante la recogida de organismos indicadores como caracoles, esparto, acelga silvestres o rascamoños, descarta el americio en los ocho análisis efectuados en 2021, pero halla plutonio en seis de ellos.
El Ciemat traslada que, durante los últimos seis años, "tan solo seis de las muestras" de estos organismos, en concreto, "los vegetales" han mostrado resultados de concentración de actividad de americio y hace hincapié en que esto influye que "los vegetales silvestres tienen un periodo prolongado de exposición ambiental y no son sometidos a ningún pretratamiento como lavado y troceado en el laboratorio".
Por otro lado, concluye que, en el caso del plutonio, se mantiene "la tendencia histórica" de que los niveles sean "más elevados" en la flora silvestre ya que, al tratarse de plantas perennes, "están más tiempo expuestas a la contaminación" y su acumulo externo "se ve favorecido" por sus hojas pilosas, y tallos "retorcidos que crecen a ras de suelo".
Al tiempo, destaca que, pese a ello, están en consonancia con "los obtenidos históricamente en este tipo de muestras" en el marco del Programa de Vigilancia Radiológica Ambiental de Palomares.
El informe incluye, también, el análisis de muestras de agua potable y de agua de riego que pudieran verse afectadas por la "resuspensión y posterior depósito de la contaminación" con un resultado negativo en todos los casos.
Mientras, en el caso de los sedimentos recogidos en el cauce del Río Jatico, del Río Almanzora y del arenal de la playa de Quitapellejos solo una de las muestras fluviales arroja concentración de actividad de plutonio, pero también, siempre, en valores inferiores a los de referencia.
Por último, todas las muestras de suelo tomadas semestralmente en cuatro estaciones del área de cobertura del Programa de Vigilancia Radiológica de Palomares, a excepción de las recogidas en una estación de control situada en las inmediaciones del municipio de Mojácar, arrojan también niveles detectables de plutonio en un "rango de decenas de bequerelios y en concordancia con años anteriores".
El Ciemat puntualiza en su informe que no se han realizado, como tampoco se hizo en 2020, los exámenes médicos y controles de bioeliminación a la población de las áreas de influencia en Cuevas del Almanzora y Vera debido a la situación de emergencia sanitaria generada por el covid-19.
Precisa también que no se pudieron recoger algunas muestras de alimentos tal y como se había programado para 2021 en cinco estaciones por haberse cultivado solo una vez en el año, no haberse cultivado o por falta de producción en una de las explotaciones apícolas, lo que se compensó con muestras de otras dos estaciones medidoras.