¡Ramón no tuvo piedad con los niños!


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

Hoy no me puedo levantar, cantaba Ana Torroja, cuando llegaba la mañana del lunes y el despertador, puñetero hasta en sus últimos suspiros, nos mandaba con su estridente campana que era la hora de dejar el mundo onírico de la cama. Con lo “agustito” que estaba uno.

Ramón F. P. y Monterreal, alcalde despertador de la Almería calurosa en estos días, no se le ocurrió broma más cruel dedicada a los ediles de su corporación que poner un pleno en lunes y a primeras horas de la mañana. Ayer fue el día.

¡Ramón, qué malo eres con tus niños!

¿No duermes, Ramón? ¿No caes en los brazos de Morfeo?

Y claro, si tú no concilias el sueño, te dirás, aquí no duerme nadie. No sé si te diste cuenta, dilecto Ramón, pero ayer tus ediles estaban los pobres míos dormiditos. Hasta Miguel Cazorla, hombre que siempre parece despierto y con la escopeta preparada para abatir la pieza, parecía estar todavía en el séptimo cielo y con el aire acondicionado en marcha.

Mi querida amiga Milagros (¿cómo está tu Juan?) me avisa de que hay pleno en el ayuntamiento. ¿Tan temprano y en lunes, Milagros? No me lo puedo creer, con lo malos que son los madrugones en estos lunes. Era evidente que iba a ser un pleno digno de verse y escucharse. Y a ello me puse.

Me llamó la atención la poca vehemencia de los oradores, la poca fuerza con la que defendían sus argumentos, daban la impresión de que estaban cansados. Y de pronto lo entendí.

Los lunes no son días para trabajar a primeras horas de la mañana, y menos nuestros políticos. Ayer lunes les costó trabajo levantarse. Se debieron acordar de Ramón y la hora y el día en que puso el pleno. Si a las diez y media ya había acabado, para qué el madrugón, Ramón de mis entretelas.

No comprendes que tus ediles no están acostumbrados a levantarse antes de las ocho de la mañana. Y para estar en el pleno de ayer a las nueve, los hubo que dejaron la cama a las siete de la madrugada, Ramón, Ramón. Luego dices que la gente no te quiere, que no te llama, cómo quieres que lo hagan, si a los más cercanos los tratas así…

Te falta corazón con ellos. Reconócelo. ¿Qué te hubiera costado poner el pleno el martes y a las once del medio día? Acaba el mismo a la una, hora perfecta para la cerveza, la tapita y el cachondeo. Pero no, tú convocas el pleno el lunes y cuando aún no están puestas las calles. Y así estaban los concejales, angelotes míos.

Después de un fin de semana en el que seguro nos hemos desmadrado un poco, o un mucho que para eso son los sábados y los domingos, el lunes a los ediles de Ramón no se les salía la voz del c..uello. Era de pena ver y oír a los que se llaman padres y madres de la patria. Ayer más bien parecían suegros y suegras. No se levantaron la voz, parecían estar todos de acuerdo, y estoy convencido de que en una cosa así estaban, en el madrugón tonto que les hizo dar el alcalde de la ciudad.

Ramón, Ramón, no tuviste piedad con los niños.