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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos
Por esta esquina del sureste de la península Ibérica somos especialistas en presentar grandes y espectaculares proyectos para el futuro de esta tierra y sus gentes.
Y que bien nos quedan sobre el papel, en este caso sobre imágenes que nos demuestran lo que va a ser una nueva parte de la Almería que se asoma al mar, se da la mano y se baña en sus azules aguas.
Anonadado me tiene el video presentado. No salgo de mi asombro. Es un proyecto que raya la maravilla, que intenta hacer del Puerto-Ciudad la nueva Almería del siglo que viene.
La autoridad portuaria debe estar satisfecha, encarnada la persona de don Jesús Caicedo, ya que las aclamaciones de los medios han sido unánimes. Bueno no todos. Algunos piensan que esto no deja de ser papel mojado, o en este caso imágenes que tienen complicado, por no decir que imposible, el que se conviertan en futura realidad en nuestra costa.
Iba a escribir que el alcalde de la ciudad, don Ramón F. Pacheco Monterreal debía andar tan feliz como su compañero de partido, pero parece que no es así. El Pp anda dividido, el Pp anda como el puerto y la ciudad, con una valla que divide a ayuntamiento y a autoridad, a Caicedo y Monterreal.
Es de imaginar que, si al alcalde no le gusta el avance de proyecto presentado, no lo vamos a ver acabado en años, por lo menos en los que él esté al frente de la corporación. ¿O no es sí, Ramón?
Imaginaba a los representantes y responsables de la ciudad y su puerto envueltos en la euforia, en la nirvana de la política, en el paroxismo de la satisfacción. Tras algunos años de sombras y de luces, más de sombras que rayos de luz, se presentaba a los ciudadanos el avance de lo que será algún día (eso, algún día, y lejano decimos nosotros) el proyecto Puerto-Ciudad de Almería.
Andaba de presidente de la Autoridad Portuaria (entonces no se llamaba así) don Pedro Lozano, cuando el puerto de Almería vio nacer en su entorno una enorme valla que lo separó de la ciudad y de los ciudadanos. Se acabaron los paseos por el puerto de mi infancia los domingos de invierno por las mañanas. El puerto dejaba de ser una parte de Almería y de los almerienses, y lo sigue siendo.
Uno creía, qué ilusos seguimos siendo, que de lo que se trataba era de darle a los actuales ciudadanos lo que perdieron los de la generación de los ochenta. Su puerto. Pero no va por ahí lo de Puerto-Ciudad. Por lo menos en lo que nosotros hemos podido comprobar en el video presentado, e insisto, el video es una maravilla, pero no parece que sea lo que los almerienses pensaban que iba a ser el avance de Almería hacía esa recuperación del puerto para la ciudad. Lo que nos presenta el video no tiene nada que ver con la desaparición de esa valla y la parte del puerto que los ciudadanos quieren recuperar para su disfrute.
Resulta que lo único sobre lo que se quiere trabajar es en una pequeña parte que afecta al Club de Mar y al viejo cable francés. Y eso, querido Caicedo, no es lo que quieren los almerienses, no es lo que se les ha venido vendiendo durante años. Un vez más los vecinos de la ciudad y sus visitantes van a ver truncado el sueño de un puerto para los ciudadanos.
¿Qué difícil resulta que le salga algo bien a esta ciudad?
Y que bien nos quedan sobre el papel, en este caso sobre imágenes que nos demuestran lo que va a ser una nueva parte de la Almería que se asoma al mar, se da la mano y se baña en sus azules aguas.
Anonadado me tiene el video presentado. No salgo de mi asombro. Es un proyecto que raya la maravilla, que intenta hacer del Puerto-Ciudad la nueva Almería del siglo que viene.
La autoridad portuaria debe estar satisfecha, encarnada la persona de don Jesús Caicedo, ya que las aclamaciones de los medios han sido unánimes. Bueno no todos. Algunos piensan que esto no deja de ser papel mojado, o en este caso imágenes que tienen complicado, por no decir que imposible, el que se conviertan en futura realidad en nuestra costa.
Iba a escribir que el alcalde de la ciudad, don Ramón F. Pacheco Monterreal debía andar tan feliz como su compañero de partido, pero parece que no es así. El Pp anda dividido, el Pp anda como el puerto y la ciudad, con una valla que divide a ayuntamiento y a autoridad, a Caicedo y Monterreal.
Es de imaginar que, si al alcalde no le gusta el avance de proyecto presentado, no lo vamos a ver acabado en años, por lo menos en los que él esté al frente de la corporación. ¿O no es sí, Ramón?
Imaginaba a los representantes y responsables de la ciudad y su puerto envueltos en la euforia, en la nirvana de la política, en el paroxismo de la satisfacción. Tras algunos años de sombras y de luces, más de sombras que rayos de luz, se presentaba a los ciudadanos el avance de lo que será algún día (eso, algún día, y lejano decimos nosotros) el proyecto Puerto-Ciudad de Almería.
Andaba de presidente de la Autoridad Portuaria (entonces no se llamaba así) don Pedro Lozano, cuando el puerto de Almería vio nacer en su entorno una enorme valla que lo separó de la ciudad y de los ciudadanos. Se acabaron los paseos por el puerto de mi infancia los domingos de invierno por las mañanas. El puerto dejaba de ser una parte de Almería y de los almerienses, y lo sigue siendo.
Uno creía, qué ilusos seguimos siendo, que de lo que se trataba era de darle a los actuales ciudadanos lo que perdieron los de la generación de los ochenta. Su puerto. Pero no va por ahí lo de Puerto-Ciudad. Por lo menos en lo que nosotros hemos podido comprobar en el video presentado, e insisto, el video es una maravilla, pero no parece que sea lo que los almerienses pensaban que iba a ser el avance de Almería hacía esa recuperación del puerto para la ciudad. Lo que nos presenta el video no tiene nada que ver con la desaparición de esa valla y la parte del puerto que los ciudadanos quieren recuperar para su disfrute.
Resulta que lo único sobre lo que se quiere trabajar es en una pequeña parte que afecta al Club de Mar y al viejo cable francés. Y eso, querido Caicedo, no es lo que quieren los almerienses, no es lo que se les ha venido vendiendo durante años. Un vez más los vecinos de la ciudad y sus visitantes van a ver truncado el sueño de un puerto para los ciudadanos.
¿Qué difícil resulta que le salga algo bien a esta ciudad?