El alto precio del agua deja en barbecho una de cada seis Has de regadío en el Levante almeriense

El cierre del trasvase del Negratín y la drástica reducción de recursos del Tajo ha disparado el precio del agua para el riego por encima de los 0,70 euros/m3. Mientras tanto, empresas de la comarca han comenzado a producir hortalizas en Portugal y Extremadura, donde cuesta 0,02



ALMERÍA HOY / 22·10·2021

Los regantes llevan tiempo advirtiéndolo. Acabar con la política de trasvases diseñada durante la República por Indalecio Prieto para sacar al Sureste de España de la miseria, y sustituirla por la construcción de desaladoras, supondrá el retroceso económico de la zona y la vuelta “al esparto y las legañas” por la caída de un sector fundamental para la zona.

De momento, y por desgracia, el tiempo les está dando la razón. Las cuencas hidrográficas de España vierten al mar 30.000 Hm3 cada año para, después, consumir una ingente cantidad de energía eléctrica que no tenemos en desalar 100 para abastecer el Levante a 70 céntimos el m3.

¿Consecuencias? La comarca del Levante almeriense ya ha dejado de producir esta campaña 2.000 Has, cerca del 20% de las 12.000 de regadío, para hacerlo en Portugal y Extremadura, donde el precio del agua para el riego es de 2 céntimos/m3.

Los agricultores insisten en que, para el campo, la desalación debe ser un complemento, pero no la base de la actividad, porque el precio de producción del recurso hace “inviable” competir con otras comarcas y países. O, lo que es lo mismo, supondrá la muerte del sector.

El problema se ha agudizado esta campaña. El Negratín dejó de transferir agua el 7 de julio tras enviar 23,5 Hm3 de los 27 autorizados para todo el año. Apenas la mitad de los 50 previstos cuando se puso en marcha la infraestructura del trasvase, sufragada en su totalidad -siguen pagando el préstamo- por las comunidades de regantes del Levante y el Almanzora.

MÁS INCONVENIENTES

Otra decisión política contribuye a encarecer el precio del agua en nuestra zona. Se trata de la reiterada negativa del Gobierno Central a permitir que la concedida del embalse granadino pueda permanecer almacenada en el pantano de origen hasta su consumo. Hacerlo en el del Almanzora supone gastar, con el trasvase cerrado, más energía en bombearla para su uso aguas arriba de Cuevas. Además, la escalada meteórica del precio de la electricidad no ayuda nada a los productores en general y, en particular, a los agricultores. A su repercusión en el coste del agua –al cierre de esta edición, el 13 de octubre, sólo ese concepto suma 75 céntimos por m3 de agua desalada-, es preciso añadir el encarecimiento de otros consumibles en el sector elaborados, principalmente, en China y otros países del Sudeste asiático.

En ese sentido, las organizaciones agrarias revelan que el precio de los abonos ha subido más de un 30% en el último año, pero otros consumibles lo han hecho en mayor porcentaje aún. Un contenedor cargado de productos para el campo, como tuberías y otras materias primas, “que en 2020 costaba 1.300 euros, hoy vale 8.000”.

LAS MISMAS PROMESAS

En medio de este panorama, el director general del Agua, Teodoro Estrela, cursaba visita a Almería el pasado 7 de octubre para reunirse con la Mesa del Agua.

Estrela anunció dos actuaciones. Por una parte, la eternamente anunciada como “inminente” reparación de la desaladora del Bajo Almanzora, inutilizada por la riada de san Wescenlao el 28 de septiembre de 2012 sin que llegara a ponerse en marcha. El representante del Gobierno Central recordó que el Consejo de Ministros aprobó la redacción y ejecución de las obras el pasado 20 de julio, con una dotación de 19,9 millones, y se prevé que culminen en 2024. La planta fue diseñada para producir 20 Hm3 al año.

La otra actuación consiste en un proyecto para mejorar la eficiencia energética de la planta de Carboneras, que permitirá pasar de 42 a 49 Hm3 en la producción de agua desalada.

Preguntado por el precio al que Acuamed –empresa estatal gestora de ambas infraestructuras- vendería el agua de ambas desaladoras, Estrela respondió que estaría en torno a los 50 céntimos/m3. Los regantes le mostraron su incredulidad alegando que sólo el coste energético supone 75 céntimos, y reclamaron el cumplimiento de la ley que estipuló, a instancias del PSOE, subvencionar el recurso para fijar un precio de 30 céntimos/m3 al agua procedente de desalación.

En cualquier caso, los agricultores del Levante y el Almanzora continúan, como sus abuelos, confiando más en el cielo que en el Gobierno.