Así ha desertado el Ayuntamiento de Garrucha de Galasa


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ADOLFO PÉREZ

AMABLE LECTOR, ANTES de entrar en el tema de la deserción que el Ayuntamiento de Garrucha ha perpetrado respecto a Galasa, comienzo este artículo con una breve introducción que viene al caso.

Al final de la década de los últimos años ochenta, hace unos treinta años, era tal la carencia de agua que padecíamos en cuanto al abastecimiento de la población, que nos vimos obligados en el Ayuntamiento de Garrucha a poner en uso durante tiempo indefinido el agua ’mala’ del pozo que tenemos en el río Aguas. Tal era la situación en aquellos años para un pueblo al que acude tanto turismo. Cada uno de los municipios del Levante se apañaba como podía. Así estábamos hasta que llegó la iniciativa salvadora de la Diputación Provincial con su presidente Tomás Azorín al frente, que nos propuso la creación de Galasa (Gestión de Aguas del Levante Almeriense) para resolver definitivamente el problema del abastecimiento de agua a la población de la comarca. Ni que decir tiene que vi el cielo abierto. Enseguida se creó la empresa, con el 51% de las acciones para la Diputación y el resto repartidas proporcionalmente entre los doce municipios de Galasa. Uno de los bienes más importantes que ha recibido Garrucha en su historia.

Una vez constituida la empresa pública y dotada de la infraestructura necesaria enseguida comenzó a funcionar, y desde entonces el servicio que presta es impecable, a pesar de sus problemas. Nunca he oído a ningún usuario quejarse del servicio de Galasa. En general así fue la creación y funcionamiento de esta empresa pública al servicio de los ciudadanos del Levante almeriense sin ánimo de lucro, como debe ser.

Y así andábamos hasta que en 2015 accedió María López a la alcaldía de Garrucha, que al poco de llegar anunció su intención de salirse de Galasa debido, según dice, al deficiente servicio que presta a la población, llegando incluso a afirmar en el último pleno que la empresa es un desastre total. A la vez ha ido poniendo a la Diputación Provincial al pie de los caballos. A todo esto sin aportar un solo dato que avale afirmaciones de tal calibre, de ahí que se haya sacado de la manga un irreal relato sobre Galasa para salirse de ella y vender el suministro de agua y el tratamiento de la residual a una empresa privada por el precio de más de tres millones de euros. Y ése es el quid de la cuestión, hacerse de dinero para remediar parte del pésimo estado en que se encuentra la economía del Ayuntamiento, que está en la UCI, con unas deudas insoportables, según ha declarado la propia alcaldesa en los medios y en el pleno municipal. O sea, de forma desleal se abandona Galasa sin causa que lo justifique para irse con una empresa privada a cambio de dinero, dinero que después pagaremos los usuarios, ¿o alguien piensa otra cosa? Sin embargo, es llamativo que de los doce municipios del Levante que conforman Galasa, sólo Vera y Garrucha han desertado.

Claro que al momento del anuncio se especuló con que la primera en la fila para comprar el servicio del agua en Garrucha era la empresa Codeur, que tiene una sociedad mixta con el Ayuntamiento de Vera. Y así ha pasado un tiempo (algo más de dos años) con trámites de toda índole, sin que en ningún momento hayamos sabido el estado real de un asunto tan delicado, que nos afecta a todos, aunque aún quedan unos recursos de otras entidades que poco o nada van a resolver. Y llegó el momento en que el Ayuntamiento convocó el concurso para la licitación del servicio de abastecimiento de agua potable, alcantarillado y tratamiento de aguas residuales. Concurso al que acudieron cuatro licitadores, que cumplido el plazo, el 3 de mayo de este año el pleno de la Corporación municipal, según recoge el acta, acordó adjudicar definitivamente tales servicios, por espacio de veinticinco años, a la unión técnica de empresas Aqualia/Codeur, puntuadas con 86,16 puntos, que aportarían al Ayuntamiento tres millones quinientos mil euros en concepto de la compra efectuada. O sea, se cumplían los pronósticos sobre que sería Codeur la empresa agraciada.

Pero resultó que la empresa licitadora Amedida Gestión de Servicios Tecnológicos del Agua (Gestagua), que aportaba al Ayuntamiento tres millones ochocientos mil euros, no quedó conforme con la adjudicación efectuada, de modo que recurrió al Tribunal Administrativo de Recursos Contractuales (órgano dependiente de la Junta de Andalucía) alegando que Aqualia/Codeur no cumplían con el requisito de amoldarse a las exigencias en materia de personal, es decir, haber presentado una plantilla de trabajadores inferior a la exigida en el pliego de condiciones. Mientras que ‘Amedida’ sí las cumplía. El resultado ha sido que el tribunal le ha dado la razón a ‘Amedida’ y ha excluido del concurso a Aqualia/Codeur y a las demás, de modo que el Ayuntamiento, en el pleno celebrado el día 9 de este mes, se ha visto obligado a adjudicar el servicio del agua y la gestión de aguas residuales a Amedida Gestión de Servicios Tecnológicos del Agua (Gestagua). Así es que los pronósticos sobre Codeur han fallado estrepitosamente.

Pero ahora la alcaldesa está obligada a explicarnos las razones que tuvo la mesa de contratación del Ayuntamiento, de la que formaban parte miembros del gobierno municipal, para darle la mayor puntuación a la empresa asociada Codeur (86,16 puntos), que no cumplía con el requisito de amoldarse a la mínima plantilla de trabajadores exigida, y cuya aportación al Ayuntamiento por la venta del servicio del agua era de 3,5 millones de euros, 300.000 euros menos que la ahora beneficiada.

Es decir, se colocó en posición perdedora a Amedida Gestión de Servicios Tecnológicos del Agua (Gestagua), que cumplía con los requisitos exigidos y daba 300.000 euros más que Codeur, de modo que el Ayuntamiento se ha visto obligado a dar marcha atrás y adjudicarle a ella el servicio. Como semejante actuación no se entiende, se necesita una explicación, pues es muy llamativo que algo así suceda en un asunto de tanta envergadura municipal.

Muy importante será estar pendiente de si cuando termine el proceso de venta del suministro de agua la empresa adjudicataria abona en el acto los 3,8 millones de euros acordados, importe de la venta, o en cómodos plazos, dinero que de un modo u otro tendremos que pagar los usuarios, pues no se olvide que se trata de una empresa privada cuyo fin es el lucro, o sea, la cuenta de resultados, lo que para resarcirse lo más probable sea la subida de la tarifa del agua en uno o dos años.

Y ahora una reflexión.

Es bien sabido el fervor que siente la izquierda por la empresa pública, pero escaso por la privada. Razón por lo que no comprendo que la alcaldesa socialista de Garrucha, María López, esté empeñada en abandonar Galasa (empresa pública), que da un buen servicio, para vender con entusiasmo desbordante el servicio del agua a una empresa privada cuyo fin es ganar dinero, sin saber cómo va a funcionar aquí. Con el agravante de que primero se adjudicó a una empresa (Codeur) que no cumplía con algo tan sensible como es la plantilla de trabajadores.

Es claro, pues, que este negocio de la venta del suministro de agua a una empresa privada tiene como fin obtener un dinero que rebaje el estado ruinoso de la economía municipal, desde hace años lastrada a causa del despilfarro del Ayuntamiento socialista en sus ocho años consecutivos de mandato (1999 – 2007), cuyos cinco primeros años coincidieron con los cuantiosos ingresos aportados por las licencias de obras de la burbuja inmobiliaria, que cuando ésta pinchó los cogió con el pie cambiado, lo que dio lugar a que dejaran una deuda cercana a catorce millones de euros, deuda que desde entonces impide la marcha normal del Ayuntamiento. Partícipe de aquel despilfarro fue la hoy alcaldesa, en aquellos años concejala, organizadora de costosos festejos populares. Y ahora paga Galasa, que por la deslealtad del Ayuntamiento de Garrucha va a padecer un serio destrozo.