Clausurada la octava edición del taller que Antonio López y Andrés García Ibáñez imparten anualmente en el Museo Ibáñez de Olula del Río
Nacho Vergara y su ejercicio |
ALMERÍA HOY / 27·05·2019
El pasado viernes, 24 de mayo, la sala 14 del Museo Ibáñez se llenó de público y artistas, sumándose a los 38 participantes de esta edición escultores como el cordobés José María Serrano, para asistir a la clausura oficial del VIII Curso de Realismo y Figuración que, desde el lunes 20, impartieron Antonio López (Tomelloso, 1936) y Andrés García Ibáñez (Olula del Río, 1971) en el Museo Ibáñez de Olula del Río (Almería).
Un taller del que Antonio López y Andrés García Ibáñez hacían una valoración altamente positiva tanto por el gran nivel de los participantes, como por el ambiente de trabajo vivido durante los cinco días.
«Yo creo que este año ha habido mucha calidad, ha sido difícil la selección, porque quizá este año sea el que más proporción de cuadros buenos se han hecho en todas las propuestas. Normalmente siempre el desnudo quedaba más malparado, pero este año la proporción de desnudos interesantes que se han hecho es muy grande. Y tal vez eso sea lo más singular de esta edición», comentaba Andrés García Ibáñez.
«De todos los talleres que hemos hecho en Olula el de este año ha sido en el que he notado una participación de artistas mejores. A esto hay que sumar lo positivos que han sido las novedades que se han incorporado al trabajo en el taller, como las peanas sobre las que este año se han situado los bodegones, que han facilitado la independencia de los temas; el colocar a la modelo no desnuda del todo, sino con un ropaje que ha posibilitado unos trabajos de un nivel muy superior al de años anteriores; y la incorporación del tema de las flores». «Este año se ha trabajado con una gran concentración, a mí se me ha pasado muy rápido. Se ha trabajado mucho, con mucha entrega, y se ha hablado mucho, han surgido las conversaciones sobre la marcha y han sido de una gran intensidad y nivel», confesaba Antonio López.
También los propios participantes valoraban especialmente este año el buen ambiente que ha reinado durante las sesiones de trabajo en el Museo Ibáñez, gracias a la cercanía y profesionalidad de Antonio López y Andrés García Ibáñez. Así Eduardo Millán señalaba que, «lo que más me entusiasma es la entrega de los dos docentes y como se implican, son un ejemplo. Son los primeros que llegan y los últimos que se van, compartiendo con todos nosotros una semana de pintura»; mientras que Eva Ruiz confesaba que, «estoy encantada con el curso. Hemos estado todos muy integrados y ha sido un curso muy intenso, una convivencia maravillosa. Nos tratan muy bien, como si estuviésemos en nuestro estudio o en nuestra casa, y eso hay que agradecérselo a Antonio y Andrés».
El acto de clausura en sí se inició con las palabras de Juan Manuel Martín Robles –director dela Fundación de Arte Ibáñez Cosentino y coordinador del Curso–,quien destacó especialmente sus agradecimientos «tanto a Antonio López, Andrés García Ibáñez y a todos los participantes que nos habéis acompañado, así como a las instituciones que colaboran en la celebración de este Curso, como son el Ayuntamiento de Olula del Río y la Diputación de Almería, y al equipo de la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino el que un año más hayamos conseguido convertir el Museo Ibáñez en epicentro del Realismo Contemporáneo».
Tras el director de la Fundación tomó la palabra Antonio M. Pascual, alcalde de Olula del Río, quien, tras dar la enhorabuena a todos los participantes por su participación, resaltaría la importancia que para Olula tiene este taller y su repercusión económica en los establecimientos de la población; mostraría su profunda satisfacción «por el hecho de que el Curso de Realismo y Figuración que se iniciaba en 2012 haya llegado ya a su octava edición totalmente consolidado a nivel internacional, como demuestra el que año tras año lleguen a Olula del Río artistas de todo el mundo»; y dedicaría una mención especial «a los dos maestros que hacen posible este Curso, mi amigo Andrés García Ibáñez, quien decidió quedarse en Olula e invertir todos sus esfuerzos en el proyecto cultural de la Ciudad de la Cultura, y el gran Antonio López».
Por su parte, Santiago Alfonso, patrono de la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino y director de marketing de la multinacional Cosentino, quiso aprovechar la oportunidad para agradecer a los participantes «por tener el ánimo de venir a este rincón de Almería y compartir vuestro tiempo con nosotros. Espero que sigáis visitándonos como alumnos de futuras ediciones o como amigos de esta que es desde ya vuestra casa».
Tras las intervenciones institucionales, Martín Robles desveló las diez obras que habían sido consideradas por Antonio López y Andrés García Ibáñez como los mejores ejercicios realizados durante los cinco días de taller: los bodegones de Antonio Lara Luque (Jerez de la Frontera, Cádiz), Eduardo Millán Sañudo (Jerez de la Frontera, Cádiz), Alberto Notario García (Irún, Guipúzcoa) y Alberto Montes Sánchez (Los Corrales, Sevilla); las flores de Luis Paltré Jiménez (Cabra, Córdoba), María del Carmen Ródenas de Rivera (Hellín, Albacete), Eva Ruiz García (Orihuela, Alicante) y YoshihikoYaegashi (Hanamaki-shi Iwate, Japón); y los desnudos de Ignacio Martínez Vergara [Nacho Vergara] (Madrid) y Jean Carlos Puerto Cascarano (Murcia).
Una vez reunidos junto a Antonio López, Andrés García Ibáñez, Antonio M. Pascual y Santiago Alfonso todos los pintores cuyos ejercicios habían sido seleccionados, el coordinador del curso anunció el nombre del artista cuya obra había sido considerada como la más destacada de todas: Nacho Vergara. Joven madrileño que, tras conocer la decisión de López e Ibáñez, confesaba que «en este curso he estado muy a gusto, he visto un calor humano que no he encontrado en otros talleres a los que he asistido. Me ha sorprendido mucho ser el premiado, porque todos los que han sido seleccionados, e incluso algunos de los que no han sido seleccionados, podrían haber sido los ganadores».
Como punto final al VIII Curso de Realismo y Figuración, Andrés García Ibáñez, en su nombre y el de Antonio López, quiso agradecer con palabras emocionadas a los participantes su presencia en el taller, «porque sin vosotros no sería posible hacer esto, vosotros sois los verdaderos protagonistas» y expresó su deseo de que «en mayo del próximo año volvamos a vernos de nuevo en este mismo espacio para pasar otros cinco días maravillosos, pintando y hablando de pintura».
Un taller del que Antonio López y Andrés García Ibáñez hacían una valoración altamente positiva tanto por el gran nivel de los participantes, como por el ambiente de trabajo vivido durante los cinco días.
«Yo creo que este año ha habido mucha calidad, ha sido difícil la selección, porque quizá este año sea el que más proporción de cuadros buenos se han hecho en todas las propuestas. Normalmente siempre el desnudo quedaba más malparado, pero este año la proporción de desnudos interesantes que se han hecho es muy grande. Y tal vez eso sea lo más singular de esta edición», comentaba Andrés García Ibáñez.
«De todos los talleres que hemos hecho en Olula el de este año ha sido en el que he notado una participación de artistas mejores. A esto hay que sumar lo positivos que han sido las novedades que se han incorporado al trabajo en el taller, como las peanas sobre las que este año se han situado los bodegones, que han facilitado la independencia de los temas; el colocar a la modelo no desnuda del todo, sino con un ropaje que ha posibilitado unos trabajos de un nivel muy superior al de años anteriores; y la incorporación del tema de las flores». «Este año se ha trabajado con una gran concentración, a mí se me ha pasado muy rápido. Se ha trabajado mucho, con mucha entrega, y se ha hablado mucho, han surgido las conversaciones sobre la marcha y han sido de una gran intensidad y nivel», confesaba Antonio López.
También los propios participantes valoraban especialmente este año el buen ambiente que ha reinado durante las sesiones de trabajo en el Museo Ibáñez, gracias a la cercanía y profesionalidad de Antonio López y Andrés García Ibáñez. Así Eduardo Millán señalaba que, «lo que más me entusiasma es la entrega de los dos docentes y como se implican, son un ejemplo. Son los primeros que llegan y los últimos que se van, compartiendo con todos nosotros una semana de pintura»; mientras que Eva Ruiz confesaba que, «estoy encantada con el curso. Hemos estado todos muy integrados y ha sido un curso muy intenso, una convivencia maravillosa. Nos tratan muy bien, como si estuviésemos en nuestro estudio o en nuestra casa, y eso hay que agradecérselo a Antonio y Andrés».
El acto de clausura en sí se inició con las palabras de Juan Manuel Martín Robles –director dela Fundación de Arte Ibáñez Cosentino y coordinador del Curso–,quien destacó especialmente sus agradecimientos «tanto a Antonio López, Andrés García Ibáñez y a todos los participantes que nos habéis acompañado, así como a las instituciones que colaboran en la celebración de este Curso, como son el Ayuntamiento de Olula del Río y la Diputación de Almería, y al equipo de la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino el que un año más hayamos conseguido convertir el Museo Ibáñez en epicentro del Realismo Contemporáneo».
Tras el director de la Fundación tomó la palabra Antonio M. Pascual, alcalde de Olula del Río, quien, tras dar la enhorabuena a todos los participantes por su participación, resaltaría la importancia que para Olula tiene este taller y su repercusión económica en los establecimientos de la población; mostraría su profunda satisfacción «por el hecho de que el Curso de Realismo y Figuración que se iniciaba en 2012 haya llegado ya a su octava edición totalmente consolidado a nivel internacional, como demuestra el que año tras año lleguen a Olula del Río artistas de todo el mundo»; y dedicaría una mención especial «a los dos maestros que hacen posible este Curso, mi amigo Andrés García Ibáñez, quien decidió quedarse en Olula e invertir todos sus esfuerzos en el proyecto cultural de la Ciudad de la Cultura, y el gran Antonio López».
Por su parte, Santiago Alfonso, patrono de la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino y director de marketing de la multinacional Cosentino, quiso aprovechar la oportunidad para agradecer a los participantes «por tener el ánimo de venir a este rincón de Almería y compartir vuestro tiempo con nosotros. Espero que sigáis visitándonos como alumnos de futuras ediciones o como amigos de esta que es desde ya vuestra casa».
Tras las intervenciones institucionales, Martín Robles desveló las diez obras que habían sido consideradas por Antonio López y Andrés García Ibáñez como los mejores ejercicios realizados durante los cinco días de taller: los bodegones de Antonio Lara Luque (Jerez de la Frontera, Cádiz), Eduardo Millán Sañudo (Jerez de la Frontera, Cádiz), Alberto Notario García (Irún, Guipúzcoa) y Alberto Montes Sánchez (Los Corrales, Sevilla); las flores de Luis Paltré Jiménez (Cabra, Córdoba), María del Carmen Ródenas de Rivera (Hellín, Albacete), Eva Ruiz García (Orihuela, Alicante) y YoshihikoYaegashi (Hanamaki-shi Iwate, Japón); y los desnudos de Ignacio Martínez Vergara [Nacho Vergara] (Madrid) y Jean Carlos Puerto Cascarano (Murcia).
Una vez reunidos junto a Antonio López, Andrés García Ibáñez, Antonio M. Pascual y Santiago Alfonso todos los pintores cuyos ejercicios habían sido seleccionados, el coordinador del curso anunció el nombre del artista cuya obra había sido considerada como la más destacada de todas: Nacho Vergara. Joven madrileño que, tras conocer la decisión de López e Ibáñez, confesaba que «en este curso he estado muy a gusto, he visto un calor humano que no he encontrado en otros talleres a los que he asistido. Me ha sorprendido mucho ser el premiado, porque todos los que han sido seleccionados, e incluso algunos de los que no han sido seleccionados, podrían haber sido los ganadores».
Como punto final al VIII Curso de Realismo y Figuración, Andrés García Ibáñez, en su nombre y el de Antonio López, quiso agradecer con palabras emocionadas a los participantes su presencia en el taller, «porque sin vosotros no sería posible hacer esto, vosotros sois los verdaderos protagonistas» y expresó su deseo de que «en mayo del próximo año volvamos a vernos de nuevo en este mismo espacio para pasar otros cinco días maravillosos, pintando y hablando de pintura».