“Yo soy una víctima de la Ley contra la violencia de género”

Un vecino de Los Gallardos asegura ser blanco de una falsa denuncia de acoso por parte de una mujer a la que ni siquiera conocía. Desde entonces, vive en permanente estado de ansiedad.

Diego Haro


ALMERÍA HOY / 06·04·2019

Un vecino de Los Gallardos asegura ser blanco de una falsa denuncia de acoso por parte de una mujer a la que ni siquiera conocía. Desde entonces, vive en permanente estado de ansiedad. “De un palo así te mueres. Se te para el corazón”. Ante la falta de respuesta por parte de Policía local y Guardia Civil, ha presentado una demanda en el Juzgado.

A punto de cumplir 65 años, Diego Haro García –“diga usted que soy Diego ‘el Garita’, que es como me conoce todo el mundo en Los Gallardos”-, asegura estar viviendo, desde el pasado 12 de febrero, una auténtica pesadilla por culpa de “una denuncia falsa que puso contra mí ante la Guardia Civil una señora a la que ni siquiera conozco”.

El ‘Garita’ cuenta que, ese día, sobre las 12:45, se presentó en su casa una pareja de agentes de la Benemérita. “Aunque les invité a que entraran, se negaron a hacerlo y me pidieron que saliera, cosa que hice”.

“Una vez fuera –continúa su relato-, me dijeron que habían recibido en el Cuartel la llamada de una señora, de nombre Isabel, denunciando que yo la había estado acosando en el mercado, concretamente en la cola del puesto de los pollos, cuando yo no he ido en mi vida al mercado”.

Diego revela que la mujer “al parecer, contó a la Guardia Civil que yo le había preguntado que si quería hacer el amor y acostarse conmigo, y los agentes me advirtieron que la dejase en paz y procurara evitar cruzarme con ella”.

El denunciado asegura que ni tan siquiera conocía a la persona que lanzó esas acusaciones contra él, pero que “ahora sí sé quién es, porque después de que se fuera la pareja de guardias de mi casa me puse a investigar, y he averiguado que se llama Isabel y trabaja cuidando personas mayores en el pueblo, aunque antes no conocía su existencia ni había tenido ningún tipo de relación con ella. No sé si me he cruzado alguna vez en la vida con ella, pero sí que nunca la saludé, porque, como es fácil de entender , uno no va saludando por las calles a todo el mundo a diestro y siniestro”.

“EN SHOCK”

“La Guardia Civil me dice que no me preocupe, pero que procure no acercarme a ella. Mi impresión es que los agentes no le han dado mucho crédito a la mujer. Pude escuchar cómo el cabo primero le dijo a alguien por teléfono que yo no tenía aspecto de haber hecho lo que la mujer había dicho de mí, pero yo vivo desde entonces en shock”, admite Diego Haro.

“En shock y con miedo a salir de casa. El domingo 17 de febrero, cuando me disponía a salir, vi que ella estaba en la puerta dentro de un coche con su actual pareja, porque he sabido que está divorciada y ‘arrejuntada’ con otro señor, aunque no he llegado a enterarme si tiene hijos. Seguí el consejo de los guardias y me quedé dentro esperando a que se fueran”.

JUAN IMEDIO

“Yo también estoy divorciado desde hace 30 años –revela Diego Haro-. Ese ha sido el único conflicto que he tenido en mi vida, porque me llevo bien con todo el mundo. Uno de los agentes me preguntó si buscaba mujer, y le contesté que sí, porque, con la edad, a uno no le gusta estar solo. Entonces me respondió que me apuntara al programa de Juan Imedio”.

“Quiero insistir –reitera- en que nunca he acosado a nadie. Me gustaría que esta señora dijera que todo ha sido un error. Yo no voy a ir a buscarla por una cuestión obvia, y es que la Guardia Civil me ha prohibido acercarme a ella”.

“Quise denunciarla en el Cuartel de Turre por denuncia falsa, pero la Guardia Civil no aceptó mi demanda. Lo intenté hasta en tres ocasiones, pero el sargento del puesto me dijo que me olvidara del asunto y que únicamente me limitara a evitar a esa señora, así que me dirigí al Juzgado de Vera y la interpuse allí”.

“No se puede pegar ni acosar a una mujer ni a nadie –asevera Diego-, pero eso no significa que tengamos que estar al capricho de las invenciones y fantasías de alguien. Proteger no significa castigar a inocentes. Yo soy ahora una víctima de la Ley contra la violencia de género. Me veo obligado a acatar un alejamiento a consecuencia de la invención de una mujer, dictado por la Guardia Civil, que ni siquiera me permite denunciarla por demandarme en falso, y estoy condenado de hecho a no bajar al pueblo para nada y a vivir con miedo a lo que se le pueda ocurrir a esa señora”.

“Ya tengo asimilado que la próxima vez que a esta mujer se le ocurra ir con más patrañas al Cuartel, me veo durmiendo en el calabozo por mucho que los guardias sepan que no tengo nada que ver con ningún acoso y, aunque al final acabe saliendo a relucir la verdad, nadie va a evitar que pase 72 horas detenido”, lamenta este vecino de Los Gallardos.

“Por desgracia, sé que mi caso no es único y hay más hombres como yo víctimas de invenciones de mujeres para sacarles dinero, porque hemos perdido la vergüenza, el respeto y la educación”.

“Y, ahora, ¿cómo me como yo esto? No sé cómo asimilar lo que me está pasando. He estado en varias ocasiones a punto de tener que acudir al Hospital por la ansiedad que me ha generado este asunto. He pasado unos días muy malos. El corazón se me salía. De un palo así te puedes morir. Se te para el corazón”, concluye Diego Haro, un vecino de Los Gallardos que asegura estar siendo víctima de una denuncia falsa y de la Ley contra la violencia de género.