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MELINA RUBIO*
A menudo veo máquinas, palas hincando sus largos dientes en la tierra, removiendo sus entrañas, sacando a la luz, seguramente, parte de nuestro pasado, de nuestra identidad.
A menudo veo máquinas sin control, limpiando zonas, quitando tierra, despojándonos de nuestra historia.
La ampliación de la superficie de cultivo en Vera en los últimos años, está destruyendo parte de nuestro patrimonio arqueológico, el más maltratado, sin duda, por este afán de cultivar sin medida, y lo peor, es que todo esto se viene haciendo con el beneplácito del Ayuntamiento, que da licencia de movimientos de tierra cerca de yacimientos arqueológicos sin cumplir con la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía, Ley 14/2007 de 26 de noviembre. Para refrescar la memoria, y que la población conozca dicha ley, la misma especifica en el Título V que ”forman parte del Patrimonio Arqueológico los bienes muebles o inmuebles de interés histórico, susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica, hayan sido o no extraídos y tanto si se encuentran en la superficie o en el subsuelo, en las aguas interiores, en el mar territorial o en la plataforma continental”. Así mismo establece que “son bienes de dominio público de la Comunidad Autónoma de Andalucía todos los objetos y restos materiales que posean los valores que son propios del Patrimonio Histórico Andaluz y sean descubiertos como consecuencia de excavaciones, remociones de tierra, obras o actividades de cualquier índole o por azar, todo ello de acuerdo con la legislación del Estado”. En ampliación de dicha ley, se establece un radio de 200 metros alrededor de los yacimientos arqueológicos en zona rural y de 50 metros en zona urbana, zonas de protección en torno a los yacimientos que requieren supervisión arqueológica en caso de cualquier movimiento de tierra.
Cuenta el municipio de Vera con 35 yacimientos arqueológicos inscritos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía, la mayoría de época romana y del Cobre, habiendo de todas las épocas, desde el Paleolítico hasta la actualidad. Sorprende que a pesar de ser continuos los movimientos de tierra cerca de los yacimientos no se cumpla con la ley que establece una protección en las cercanías de los mismos. De este modo ocurre, como en el conocido Roceipón, donde las máquinas han arrasado con parte de la necrópolis romana, ubicada junto al yacimiento, ante este sinsentido me pregunto, ¿por qué el Ayuntamiento ha autorizado unos movimientos de tierra cerca de un yacimiento arqueológico sin dar previo aviso a la Delegación de Cultura de Almería? ¿por qué habiendo un arqueólogo municipal no pasan los proyectos de obra o de movimientos de tierra por sus manos para que él pueda comprobar si van a afectar o no a los yacimientos arqueológico conocidos? ¿por qué esta dejadez administrativa? ¿qué ocurrirá con el resto de yacimientos arqueológicos que están próximos a tierras agrícolas? Me refiero a yacimientos como El Moralico, Loma de la Gorrica, Cerro Colorado, El Coleto, El Salar etc., todos junto a terrenos agrícolas que ya demostraban daños en el pasado debido a las remociones de tierra. ¿Y que decimos de otros yacimientos dentro del caso urbano que apenas se han protegido frente al crecimiento urbano, como Fuente del Algarrobo junto al Palmeral y Hoya del Gallego???
Recientemente nos ha visitado el señor ministro de Cultura, las autoridades lo han acompañado a ver las obras realizadas en el Cerro del Espíritu Santo, antigua ubicación de la Bayra musulmana y morisca, obras que enorgullecen a la administración municipal como parte defensora de nuestra historia y nuestro patrimonio, mientras las máquinas siguen arrasando nuestro pasado en zonas menos valoradas, mientras junto a la carretera, frente al Espíritu Santo, un aljibe musulmán se encuentra con su cubierta derrumbada e indefenso ante la erosión, mientras los restos óseos de un antiguo poblador de época romana asoman a través de una tumba destruida por las máquinas, mientras se deteriora y destruye un patrimonio que es de todos.
A menudo veo máquinas destructoras de nuestro pasado, pero donde yo veo destrucción, ellos ven dinero.
Señores del Ayuntamiento, cumplan la ley de patrimonio, velen por él, que las generaciones futuras puedan algún día disfrutar de esos restos dormidos bajo tierra.
* Melina Rubio es licenciada en Historia y Arqueóloga.
A menudo veo máquinas sin control, limpiando zonas, quitando tierra, despojándonos de nuestra historia.
La ampliación de la superficie de cultivo en Vera en los últimos años, está destruyendo parte de nuestro patrimonio arqueológico, el más maltratado, sin duda, por este afán de cultivar sin medida, y lo peor, es que todo esto se viene haciendo con el beneplácito del Ayuntamiento, que da licencia de movimientos de tierra cerca de yacimientos arqueológicos sin cumplir con la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía, Ley 14/2007 de 26 de noviembre. Para refrescar la memoria, y que la población conozca dicha ley, la misma especifica en el Título V que ”forman parte del Patrimonio Arqueológico los bienes muebles o inmuebles de interés histórico, susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica, hayan sido o no extraídos y tanto si se encuentran en la superficie o en el subsuelo, en las aguas interiores, en el mar territorial o en la plataforma continental”. Así mismo establece que “son bienes de dominio público de la Comunidad Autónoma de Andalucía todos los objetos y restos materiales que posean los valores que son propios del Patrimonio Histórico Andaluz y sean descubiertos como consecuencia de excavaciones, remociones de tierra, obras o actividades de cualquier índole o por azar, todo ello de acuerdo con la legislación del Estado”. En ampliación de dicha ley, se establece un radio de 200 metros alrededor de los yacimientos arqueológicos en zona rural y de 50 metros en zona urbana, zonas de protección en torno a los yacimientos que requieren supervisión arqueológica en caso de cualquier movimiento de tierra.
Cuenta el municipio de Vera con 35 yacimientos arqueológicos inscritos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía, la mayoría de época romana y del Cobre, habiendo de todas las épocas, desde el Paleolítico hasta la actualidad. Sorprende que a pesar de ser continuos los movimientos de tierra cerca de los yacimientos no se cumpla con la ley que establece una protección en las cercanías de los mismos. De este modo ocurre, como en el conocido Roceipón, donde las máquinas han arrasado con parte de la necrópolis romana, ubicada junto al yacimiento, ante este sinsentido me pregunto, ¿por qué el Ayuntamiento ha autorizado unos movimientos de tierra cerca de un yacimiento arqueológico sin dar previo aviso a la Delegación de Cultura de Almería? ¿por qué habiendo un arqueólogo municipal no pasan los proyectos de obra o de movimientos de tierra por sus manos para que él pueda comprobar si van a afectar o no a los yacimientos arqueológico conocidos? ¿por qué esta dejadez administrativa? ¿qué ocurrirá con el resto de yacimientos arqueológicos que están próximos a tierras agrícolas? Me refiero a yacimientos como El Moralico, Loma de la Gorrica, Cerro Colorado, El Coleto, El Salar etc., todos junto a terrenos agrícolas que ya demostraban daños en el pasado debido a las remociones de tierra. ¿Y que decimos de otros yacimientos dentro del caso urbano que apenas se han protegido frente al crecimiento urbano, como Fuente del Algarrobo junto al Palmeral y Hoya del Gallego???
Recientemente nos ha visitado el señor ministro de Cultura, las autoridades lo han acompañado a ver las obras realizadas en el Cerro del Espíritu Santo, antigua ubicación de la Bayra musulmana y morisca, obras que enorgullecen a la administración municipal como parte defensora de nuestra historia y nuestro patrimonio, mientras las máquinas siguen arrasando nuestro pasado en zonas menos valoradas, mientras junto a la carretera, frente al Espíritu Santo, un aljibe musulmán se encuentra con su cubierta derrumbada e indefenso ante la erosión, mientras los restos óseos de un antiguo poblador de época romana asoman a través de una tumba destruida por las máquinas, mientras se deteriora y destruye un patrimonio que es de todos.
A menudo veo máquinas destructoras de nuestro pasado, pero donde yo veo destrucción, ellos ven dinero.
Señores del Ayuntamiento, cumplan la ley de patrimonio, velen por él, que las generaciones futuras puedan algún día disfrutar de esos restos dormidos bajo tierra.
* Melina Rubio es licenciada en Historia y Arqueóloga.