Almería no encuentra compradores para sus cítricos, que se pudren en los árboles

Diego Castaño, responsable de cítricos de ASAJA en Almería, lamenta la ausencia de ayudas públicas y recuerda que “el Ministerio paga la retirada de producto por medio de las Organizaciones de Productores de Frutos y Hortalizas (OPFH), a las que sólo están asociados el 10% de los productores”.

Una gran parte de la naranja se pierde debido a los bajos precios que no cubren su recogida.


ALMERÍA HOY / 18·02·2019

Hacía tiempo que el responsable del sector cítrico en la Asociación de Jóvenes Agricultores (ASAJA), el antuso Diego Castaño, no vivía una campaña tan “pésima en precios” como ésta. “Llevamos semanas viendo precios de 15 céntimos para la naranja, un verdadero desastre”, señala Castaño.

Y es que la naranja acabó el año pasado con una media de apenas 19 céntimos, y comenzó 2019 incluso por debajo de los 15 céntimos para algunas variedades, lo que lo sitúa un 20% por debajo del precio que tenía el año pasado en este momento. Para una mínima rentabilidad debería pagarse el kilo por encima de los 24 céntimos.

Tampoco la situación es mejor para mandarina o limón, que también presentan descensos en los precios al agricultor desde que se inició la campaña. El retraso de la campaña y la coincidencia en el mercado con producciones de terceros países, en especial con la naranja que entra de Sudáfrica, que contó hasta finales de noviembre con aranceles reducidos, unido a los problemas en el transporte debido a las protestas en suelo francés, han perjudicado las operaciones y, finalmente, los precios que se pagan a los productores; sin embargo, la preocupación en los agricultores sigue estando presente pues, además, su producción tendrán que competir con la de países como Turquía y Egipto, donde se espera una cosecha récord. Precisamente, el Partido Popular ha registrado una iniciativa en el Congreso de los Diputados para instar a la Unión Europea a limitar las importaciones de cítricos procedentes de países extracomunitarios.

En ese mismo sentido, el responsable de cítricos de ASAJA señala que “la competencia de producciones extracomunitarias, y en especial la de Sudáfrica, que se viene incrementando año tras año a raíz del acuerdo comercial con la UE, ha dañado mucho la campaña temprana de naranja y es en la actualidad una de las grandes preocupaciones del sector que no puede competir en costes con estas producciones”.

“Para que los ciudadanos se hagan una idea, el coste de producción está alrededor de los 23 céntimos, mientras que se está pagando al agricultor, por lo general, a 15. Yo conozco casos de productores que han vendido a 7 céntimos con el fin de que, por lo menos, les limpien los árboles”, explica Castaño. “No tiene sentido que en Alemania cueste 4 euros un kilo mientras nos están pagando en origen unos precios ridículos”.

A día de hoy, el Ministerio ha autorizado retirar del mercado 50.000 toneladas de naranjas y mandarinas, con destino a entidades caritativas y a su transformación en zumo. Sin embargo, dicha medida resulta insuficiente para ASAJA, ya que, en palabras de Diego Castaño, “sólo el 34 % de la naranja producida se hace a través de Organizaciones de Productores, porque el 90% de los agricultores no formamos parte de ellas.

Por eso, las ayudas que se canalizan de esa manera no llegan a la inmensa mayoría de los afectados”. Castaño apunta que es necesario “que se tomen medidas de contención de las importaciones de la fruta de Sudáfrica a través de la revisión del acuerdo, y además es necesario que se lleve a cabo un plan específico para el sector citrícola, mejorando la posibilidad de realizar medidas de gestión de crisis, planificando la producción para ajustarla a la demanda, fomentar el consumo de frutas de temporada o, incluso, abordar un ‘plan renove’, es decir, proyectos de reconversión, modernización y promoción de su consumo”.

 “UN LAGARTO EN UNA LOSA” 

“Los agricultores somos muy duros y sufridos. Aguantamos más que un lagarto en una losa, pero tendremos que asociarnos a las OPFH para el futuro y, en el presente, recurrir a créditos, porque la única alternativa que nos queda para salvar la campaña es que caiga un pedrisco y tire la naranja al suelo para cobrar el seguro”.

En ese sentido, y en un momento en que las ayudas de la administración no llegan, a la inmensa mayoría de los productores de cítricos, como indican desde ASAJA, una entidad financiera de la provincia, Cajamar, ha sacado unas líneas de crédito de campaña, a seis meses y un año, a bajo interés.

En la provincia más desértica de Europa, el Levante almeriense siempre ha sido un oasis, un verde bosque de naranjos y mandarinos salpicado de naranja en cada invierno. No en balde son 5.730 las hectáreas dedicadas al cultivo de cítricos, en su mayor parte, y casi a partes iguales, de naranjas y mandarinas -2.410 y 2.322 Has respectivamente-; y cada hectárea tiene un rendimiento de 45,13 toneladas, lo que sitúa la producción de ese tipo de frutos en la comarca en 258.594,90 TM. Según datos de la Oficina Comarcal Agraria, el coste medio de producción está en 23 céntimos por kilo, mientras que, en palabras de ASAJA, el precio medio de venta a 31 de diciembre quedó en 19, siendo aún mas bajo -15 céntimos- el obtenido en las primeras semanas de 2019.

Es decir, en el mejor de los casos, los productores de cítricos de la comarca perderán en esta campaña, si no cambian drásticamente las cosas, alrededor de diez millones de euros. Un enorme revés, sin lugar a dudas, que no se reparte por igual. “El más perjudicado es el pequeño agricultor. Los beneficios de los grandes serán muy pequeños, pero seguirán ganando. El drama es, como siempre, para el minifundista, que será el que pierda hasta el último céntimo de esos diez millones de euros”, asevera el responsable de ASAJA para el sector, Diego Castaño.