Quiénes son los ricos

Los más encumbrados serían los que trafican con drogas alucinógenas o disfrutan del negocio de la prostitución o equivalentes. Tan privilegiado es ese sector oculto que ni siquiera paga impuestos, al tiempo que maneja cada vez más dinero y se mueve muy bien en las antesalas del poder


..

AMANDO DE MIGUEL

Hace más de un lustro anticipé un suceso probable, que entonces parecía fantasioso: la llegada al poder en España de Podemos. Pues bien, hoy tenemos a estos descamisados al frente de algunos Ayuntamientos capitalinos y, según dicen ellos mismos, cogobernando en el Ejecutivo de la nación. Ahí es nada. Se ven recibidos de forma privilegiada por casi todos los medios de comunicación, de forma aún más manifiesta por los poderosos medios públicos. Su objetivo, casi una obsesión, cuando tocan poder o influencia, es ir contra los “ricos” y en favor de la “gente”. Los conceptos no parecen muy elaborados, pero no se les puede pedir más, pues es notoria la indigencia intelectual de estos desgarramantas. No importa que algunos de ellos hayan realizado los másteres correspondientes. Hoy los títulos académicos no garantizan nada.

Es verdad que los ricos son sobre todo los que viven cómodamente de su capital acumulado o heredado. Dentro de esa minoría de los ricos, los más encumbrados serían los que trafican con drogas alucinógenas o disfrutan del negocio de la prostitución o equivalentes. Tan privilegiado es ese sector oculto que ni siquiera paga impuestos, al tiempo que maneja cada vez más dinero y se mueve muy bien en las antesalas del poder.

De poco sirve subir las tasas impositivas para que los ricos contribuyan más al Fisco. Sería mucho más realista procurar que no se evadieran legalmente de sus obligaciones fiscales que en buena ley les corresponden. A esas vías en Estado Unidos las llaman loopholes, esto es, literalmente troneras o aspilleras. En España no tenemos una palabra genérica para ese fenómeno. Valen distintas prácticas, como poner los bienes personalesen los activos de una empresa o inscribirla en los llamados “paraísos fiscales”. Afortunadamente, en España tenemos dos de ellos muy accesibles: Andorra y Gibraltar.

Para satisfacer sus ímpetus revolucionarios, los podemitasinsisten en que hay que subir los impuestos a los Bancos y las grandes corporaciones. Es una gran falacia, pues precisamente esos conglomerados, en cuanto vean que tienen que pagar más impuestos, subirán los precios. Al final, el exceso de tributos corre a cargo del sufrido contribuyente medio, especialmente del que vive de su sueldo o pensión, esto es, la “gente” propiamente dicha. Son los “paganos”, que dice el pueblo.

La ilusión de estos tuercebotas de Podemos es que se creen más empresas públicas. Por ejemplo, una agencia estatal del alquiler, una empresa nacional de suministros farmacéuticos, un consorcio público de turismo,un ente público de comunicación, etc. Es evidente que tales iniciativas (más propias de Cuba, Venezuela o Corea del Norte; ¡vaya modelos!) acabarían arruinando al país. Pero los rastacueros de Podemos aducen que esa opinión solo sería la de los “fachas”. Lo fundamental es que, con más empresas públicas, habría más puestos directivos a repartir entre los “nuevos ricos”, que son los “rastas” de Podemos. Nos encontramos ante un caso insólito de movilidad social hacia arriba. Por ese lado son de admirar.