«Hemos hecho posible que los 103 pueblos de Almería tengan agua potable»

Javier Aureliano García (PP), vicepresidente de la Diputación Provincial y 'número 2' del PP almeriense




ALMERÍA HOY / 10·06·2018

Si hay un asunto que de verdad importa en la tierra más seca de España es el recurso del agua, tanto para consumo humano como para riego. En ese sentido, el portavoz del equipo de gobierno de la Diputación y secretario de organización del PP almeriense, Javier Aureliano García, saca pecho de «buena gestión» por llevar el agua potable a todos y cada uno de los municipios de la provincia, al tiempo que exige más compromiso a la Junta de Andalucía.

El vicepresidente de la Diputación de Almería subraya que «siempre ha sido una de nuestras prioridades acabar con los problemas de desabastecimiento». «Cuando nosotros llegamos aquí había cerca de 40 municipios que no tenían agua potable en la provincia de Almería. Y además, algunos llevaban 23 años sin agua potable. Sobre todo, estamos hablando del Levante almeriense, de municipios tan importantes turísticamente como Mojácar, Garrucha, Cuevas, Pulpí, que insisto, no tenían agua potable. Una de las principales prioridades que tenía el presidente de la Diputación de Almería era dar agua potable no sólo a esos pueblos, sino también al interior de la provincia; a la zona de Filabres-Alhamilla, donde ha habido muchos municipios que tenían problemas de radioactividad natural, y donde el agua no era apta para consumo. Pusimos en marcha una serie de potabilizadoras con las que, actualmente, no hay un solo municipio de la provincia de Almería que no tenga agua apta para el consumo, y eso ha sido gracias al esfuerzo realizado por el empeño del presidente de esta Diputación».

Pero no sólo habla de agua potable para consumo humano, ya que también se refiere al problema de vertidos de aguas residuales que, todavía hoy, se producen en distintos puntos de la geografía almeriense, con especial incidencia en el río Andarax.

«En el año 2010 —relata— se aprueba la Ley de Agua de Andalucía, que lleva anexada una serie de obras asumidas por la Junta como obras de interés autonómico. Con esa ley se establece el canon del agua, con el que ya se ha recaudado en la provincia de Almería más de 80 millones de euros, y con el canon se tienen que financiar esas obras de interés autonómico. En nuestra provincia se prevén 37 depuradoras, es decir, nos dicen a los almerienses que esas depuradoras las construye la Junta con cargo al canon del agua, entre otros modos de financiación».

«Eso fue en 2010, pero en 2018 no están esas 37 depuradoras, y es más, se está multando a los ayuntamientos que vierten aguas residuales. Es una paradoja: la Junta asume construir una depuradora, no sólo no la construye a pesar de cobrar un canon para ello, sino que además multa al ayuntamiento por no tener depuradora. Eso está pasando en nuestra provincia, y es un auténtico escándalo. Algunos de esos pueblos multados son Enix o Fondón. En la provincia de Almería, si se hicieran todas esas depuradoras comprometidas por la Junta, habría en torno a 40 hectómetros cúbicos de agua que se podrían aprovechar».

Pero no queda ahí la cosa, ya que Javier A. García insiste en que «nada más que en Almería capital, si se hiciera el terciario de la depuradora de El Bobar, son 14 hectómetros cúbicos. Hoy en día se están tirando al mar 14 hectómetros cúbicos de agua no depurada al cien por cien, y se está usando la desalación. Si la Junta de Andalucía hiciera sus deberes, esos 14 hectómetros cúbicos estarían destinados para riego en toda la Vega de Almería y el Bajo Andarax».

«Siempre la Junta le echa en cara al Gobierno central que no arregle la desaladora de Palomares, o que no hace cualquier otra cosa, cuando ellos poniendo en valor las aguas residuales podría paliar el déficit hídrico de nuestra provincia. Ahora hay en construcción dos plantas depuradoras: una en Huércal Overa y otra en Níjar, y en licitación la de Antas, que por cierto se la llevó el río, igual que se llevó la desaladora de Palomares, que la construyeron en el lado equivocado del río, en zona inundable, y todavía no he visto a ningún socialista que pida perdón por eso, sólo echarnos en cara que la desaladora está rota; mire usted, no estaría rota si ustedes no la hubieran puesto ahí».