«Quizá el Sr. Amérigo y yo nos volvamos a encontrar dentro de un año en el marco de unas elecciones»

Entrevista a Salvador Hernández (Gicar), exalcalde de Carboneras: «Seguiré paseando por todos los rincones del pueblo con la cara alta y saludando a los vecinos, no como el alcalde que me precedió, que cuando fue condenado sólo salía por las noches»




ALMERÍA HOY / 27·04·2018

No acaba de entender cómo la justicia le ha inhabilitado por un año con sólo el testimonio del portavoz de la oposición y sin tener en cuenta la declaración favorable de los principales funcionarios municipales. La condena, inicialmente elevada a tres años, ha quedado recortada, pero “el daño a mi reputación es irreparable. Adelanta que dimitirá en breve para que en 2019 haya combate electoral y que él, si puede, será uno de los púgiles.


Al final, un año de inhabilitación pero, ¿cómo asume el fallo de la Audiencia Provincial?

-Yo esperaba la absolución. De hecho, sigo creyendo que este proceso nunca tenía que haber ocurrido. Todavía insisten los socialistas en que siguen sin ver los expedientes. ¡Tiene narices...! Con la denuncia, el señor Amérigo (PSOE) quiso eliminarme, hacerme desaparecer de la escena política, y lo único que consiguió en su día fue colapsar el Ayuntamiento.

Y también que se le inhabilite...

-También, es cierto, pero no tanto como esperaba él. Quizá nos volvamos a encontrar frente a frente dentro de un año en el marco de unas de elecciones

¿Los 26 expedientes que asegura el demandante, y confirma la justicia, que usted le ha negado colapsan un Ayuntamiento?

-Hablan de 26 expedientes, pero fueron mucho más de cien los que pidieron y saturaron a los trabajadores municipales, que me decían que, o se dedicaban a preparar la documentación solicitada por el portavoz socialista o atendían a los ciudadanos. Hubo que hacer encaje de bolillos. Me decepciona la sentencia porque tenía que haber acabado en absolución.

Llama la atención que el tribunal, al igual que el juez de lo penal, sólo dé credibilidad al testimonio del demandante y, sin embargo, la niegue al secretario municipal, fedatario público, hasta el punto de ver en su declaración un posible delito de falso testimonio.

Abrieron el procedimiento penal sólo con la declaración del denunciante y la mía. Curiosamente nadie declaró hasta la celebración del juicio. Llama poderosamente la atención que la palabra de fedatarios públicos como el secretario municipal, el coordinador general y el interventor tenga menos credibilidad que la del denunciante y portavoz de la oposición, que no aporta una sola prueba documental. Sólo su palabra, sólo un escrito suyo. Sólo con eso ha conseguido inhabilitarme y hacer un daño irreparable a mi reputación. Pero seguiré paseando por todos los rincones del pueblo con la cara bien alta y saludando a los vecinos, no como el alcalde que me precedió y otros de su grupo y su familia, que cuando fueron condenados se escondían y sólo salían por las noches.

Su predecesor, Cristóbal Fernández (PSOE), al que acaba usted de aludir, tío, además, de su demandante, fue condenado y, después indultado, ¿se ha planteado solicitar el indulto como hiciera él?

-Él fue, además, pluricondenado. Yo voy a acatar la sentencia. La Justicia me merece el máximo respeto, aunque esté en total desacuerdo con este fallo. Creo que este asunto venía envenenado y tendré que pagarlo.

Sin embargo, la Audiencia Provincial destaca que la sentencia del Juzgado de lo Penal podía haber sido anulada, pero que no lo fue porque su abogado no lo solicitó, ¿qué opinión le merece tener que pagar una condena que pudo eludir?


-Lo que usted apunta es cierto, y esa es la respuesta al último de una serie de motivos muy claros que tenían que haber resuelto mi absolución. Si, como dice el Tribunal, la sentencia podía haber sido anulada, que lo hubieran hecho. Los propios magistrados están admitiendo que se ha cometido una injusticia conmigo. Un juez me condena a tres años de inhabilitación, otros dicen, después, que es exagerada y me la dejan en un año, pero señalan que podía ser anulada ¿Cuál de las tres opciones es la correcta?

Tal vez nunca lo sepamos. Lo único cierto es que tendrá usted que cumplir con un año de inhabilitación.

-Así es. Al final, la cuestión es que me han inhabilitado por un año cuando nunca he negado información a nadie. Todos los altos funcionarios lo ratifican.

Pero, permítame que insista, ¿su abogado se conformaba con conseguir rebajar la condena a un año de inhabilitación en lugar de arriesgarse optando por la nulidad total de la sentencia?

-Ni mucho menos. El recurso se basaba en cuatro puntos. Uno de ellos es la presunción de inocencia. En el ordenamiento jurídico español, quien acusa tiene que probar la comisión del delito, sin embargo, a mí me han condenado sin existencia de prueba alguna. Ni siquiera testifical. Todo se basa en la declaración del demandante, que es parte interesada.

No obstante, primero un juez y, ahora, la Audiencia Provincial han coincidido en dar credibilidad al denunciante contra la declaración del secretario municipal, al que, incluso, le han abierto expediente por falso testimonio.

-Cada persona tiene su forma de ser. Desgraciadamente, el que fuera secretario municipal de Carboneras —que ya se ha ido— tiene un espíritu flojo y no estaba acostumbrado a declarar en un juzgado. Además, es primo hermano del anterior alcalde, el tío del denunciante. Pero, por encima de todo, están los documentos. Además, lo importante es lo que dijo, no su tono de voz.

Si un secretario municipal carece de credibilidad, como han entendido un juzgado y la Audiencia Provincial, ¿cree usted que deberían inhabilitarlo para el desempeño de esa función?

-Verá usted cómo al secretario no le pasará nada. Si acaso un expediente que pronto se olvidará. Ha sido un chivo expiatorio que han utilizado para condenarme a mí. No tenían otra carta para conseguirlo. Sólo su tono de voz. Ni una prueba. Nada.

En cualquier caso, la situación no cambia para usted.

-Efectivamente. Se trata de algo irreparable. No obstante, lo importante es que el Grupo Independiente por Carboneras (Gicar) va a seguir gobernando hasta mayo de 2019 y concurrirá a las nuevas elecciones. Los proveedores seguirán cobrando, las obras emprendidas y previstas se van a ejecutar. El Partido Socialista sólo sabía prometer para, después, procurar la ruina de un pueblo al que hundieron con una deuda de más de 15 millones de euros de la que hemos conseguido salir dotando a Carboneras de una solvencia única en la provincia.

Felipe Cayuela, su número dos, será el nuevo alcalde los próximos doce meses...

-Sí, Felipe, como el resto de compañeros de grupo, son mis amigos. Nos conocemos de toda la vida. Ahora le toca a él proseguir hasta las elecciones y conservar los principios de nuestro partido. Felipe es una gran persona que quiere a Carboneras y respeta a todos sus vecinos. Conmigo ha sido y será absolutamente leal, como yo con él. Lo hará bien.


«Carboneras les importa poco»

«Ocho años como almas en pena» — «No guardo rencor a nadie, aunque no comparto la forma de hacer oposición del Partido Socialista de Carboneras. Nosotros hemos estado en su lugar y no se nos ocurrió ponerles ninguna demanda, a pesar de El Algarrobico y el desastre del Polideportivo. Tampoco se han investigado las propiedades en Brasil que se dicen patrimonio del tío exalcalde del portavoz socialista. Su único afán es ganar en los juzgados lo que no consigue en las urnas. El sobrino de su tío, porque está clarísimo que sigue al dictado las directrices del que fue alcalde de Carboneras, no puede vivir sin estar cerca del Ayuntamiento, porque considera que es un cortijo suyo. No quieren gobernar por el pueblo de Carboneras, quieren gobernar por gobernar. El poder por el poder. Están como almas en pena estos ocho años que llevan fuera del gobierno, emboscados en los juzgados, haciendo triquiñuelas y poniendo zancadillas. Carboneras les importa poco».