Su autor ha conversado con ALMERÍA HOY para adelantar las principales líneas de una obra que se presenta el próximo 29 de septiembre
ALMERÍA HOY / 12·09·2017
Nicolau Guillem nació en Hospitalet hace 53 años, pero siendo casi un bebé llegó a Almería, tierra de la que se reconoce enamorado y donde ha vivido la mayor parte de su vida. Tanto es así que, desde hace unas tres décadas, viene estudiando costumbres, vestimentas, lenguajes y hechos históricos hasta haber escrito un libro de unas 600 páginas —con cerca de 200 ilustraciones— titulado 'Almería, de reino levantino a provincia con entidad regional' (Círculo Rojo, 2017) y en el que recorre los orígenes del 'almeriensismo', el movimiento regionalista almeriense.
Guillem ha conversado con ALMERÍA HOY para adelantar que la presentación del libro será el 29 de septiembre a las 18.30 horas en el Museo Arqueológico de Almería; un ensayo histórico y etnológico que se centra en el periodo que va desde el siglo XVIII hasta nuestros días.
«Se habla de indumentaria tradicional, pero también de cómo se llevaron a cabo las repoblaciones de la zona, de las formas de hablar, en definitiva, de cómo era la sociedad almeriense en ese periodo. Se describen eventos sociales como bodas, bautizos o entierros, hay referencias a los trabajos de la época...» nos detalla el autor.
Al preguntarle cómo se embarca uno en un libro sobre regionalismo almeriense, nos explica que «casi de casualidad». «Viví el proceso de autonomía andaluz. Me chocó que había gente que decía que eran andaluces, otros que eran murcianos, y otros que ni lo uno ni lo otro. Aquello me llamó la atención, y con el paso del tiempo, estudié en Madrid, donde fui consciente de la fuerte influencia levantina (Cataluña, Valencia y Murcia) en Almería. Términos que dan nombres a lugares como el Cañarete, Barranquete, Palmer, La Garrofa, etc. tienen origen catalán. Así empecé a investigar el tema, y llegué a donde he llegado: Almería es un pueblo con personalidad propia y diferente a Andalucía».
Entonces, ¿el regionalismo almeriense nació antes o después del 'pucherazo' del 28 de febrero? Nicolau Guillem lo tiene claro: «Como habitantes del Reino de Granada, los almerienses nunca renunciaron a decir que pertenecían del Reino de Almería, eso está documentado y publicado en el libro. Tanto los moriscos como los cristianos interiorizan Almería como territorio aparte, con problemas y situaciones propias. También es verdad que nunca ha habido una respuesta entusiasta de almerienses moviéndose en el andalucismo. Allá por la década entre 1910 y 1920, ya existió un movimiento regionalista almeriense. Y más recientemente, en los años 80, tenemos las votaciones del referéndum de autonomía. Además, hay otros elementos antropológicos; en Baza, Guadix y Almería se desarrolla una identidad propia, un tercio oriental —tercio levantino— que no se sienten ni murcianos ni andaluces».
Claro que, dentro del mundo regionalista, hay distintas visiones de lo que debería ser Almería; por un lado, los que apuestan por la región uniprovincial, al estilo cántabro o riojano, y por otro lado, los que apuestan por crear una nueva autonomía con otras provincias cercanas, como Murcia y Granada. Al preguntarle a Guillem qué opción prefiere, indica que «eso será un debate a realizar después de leer el libro, porque ahí se explica que históricamente no somos andaluces». «Simón de Rojas, cuando pasa por aquí, dice que Almería debería unirse a Murcia (principios siglo XIX). El escenario, desde entonces, ha cambiado muchísimo. Yo creo que a Almería le iría mejor sola, pero no es el planteamiento del libro».
No son pocos los que, a raíz del ruidoso movimiento separatista catalán, aprovechan para comparar el regionalismo almeriense con el independentismo de Puigdemont, Junqueras y las CUP, algo que «no tiene sentido» para el autor, catalán de nacimiento pero almeriense de sentimiento. «Hay muchas diferencias, la principal está en la Constitución. El regionalismo almeriense respeta la legalidad vigente, y el independentismo catalán no. La Constitución reconoce el derecho a conformarse en autonomía a las provincias con entidad regional», recuerda.
Guillem ha conversado con ALMERÍA HOY para adelantar que la presentación del libro será el 29 de septiembre a las 18.30 horas en el Museo Arqueológico de Almería; un ensayo histórico y etnológico que se centra en el periodo que va desde el siglo XVIII hasta nuestros días.
«Se habla de indumentaria tradicional, pero también de cómo se llevaron a cabo las repoblaciones de la zona, de las formas de hablar, en definitiva, de cómo era la sociedad almeriense en ese periodo. Se describen eventos sociales como bodas, bautizos o entierros, hay referencias a los trabajos de la época...» nos detalla el autor.
Al preguntarle cómo se embarca uno en un libro sobre regionalismo almeriense, nos explica que «casi de casualidad». «Viví el proceso de autonomía andaluz. Me chocó que había gente que decía que eran andaluces, otros que eran murcianos, y otros que ni lo uno ni lo otro. Aquello me llamó la atención, y con el paso del tiempo, estudié en Madrid, donde fui consciente de la fuerte influencia levantina (Cataluña, Valencia y Murcia) en Almería. Términos que dan nombres a lugares como el Cañarete, Barranquete, Palmer, La Garrofa, etc. tienen origen catalán. Así empecé a investigar el tema, y llegué a donde he llegado: Almería es un pueblo con personalidad propia y diferente a Andalucía».
Entonces, ¿el regionalismo almeriense nació antes o después del 'pucherazo' del 28 de febrero? Nicolau Guillem lo tiene claro: «Como habitantes del Reino de Granada, los almerienses nunca renunciaron a decir que pertenecían del Reino de Almería, eso está documentado y publicado en el libro. Tanto los moriscos como los cristianos interiorizan Almería como territorio aparte, con problemas y situaciones propias. También es verdad que nunca ha habido una respuesta entusiasta de almerienses moviéndose en el andalucismo. Allá por la década entre 1910 y 1920, ya existió un movimiento regionalista almeriense. Y más recientemente, en los años 80, tenemos las votaciones del referéndum de autonomía. Además, hay otros elementos antropológicos; en Baza, Guadix y Almería se desarrolla una identidad propia, un tercio oriental —tercio levantino— que no se sienten ni murcianos ni andaluces».
Claro que, dentro del mundo regionalista, hay distintas visiones de lo que debería ser Almería; por un lado, los que apuestan por la región uniprovincial, al estilo cántabro o riojano, y por otro lado, los que apuestan por crear una nueva autonomía con otras provincias cercanas, como Murcia y Granada. Al preguntarle a Guillem qué opción prefiere, indica que «eso será un debate a realizar después de leer el libro, porque ahí se explica que históricamente no somos andaluces». «Simón de Rojas, cuando pasa por aquí, dice que Almería debería unirse a Murcia (principios siglo XIX). El escenario, desde entonces, ha cambiado muchísimo. Yo creo que a Almería le iría mejor sola, pero no es el planteamiento del libro».
No son pocos los que, a raíz del ruidoso movimiento separatista catalán, aprovechan para comparar el regionalismo almeriense con el independentismo de Puigdemont, Junqueras y las CUP, algo que «no tiene sentido» para el autor, catalán de nacimiento pero almeriense de sentimiento. «Hay muchas diferencias, la principal está en la Constitución. El regionalismo almeriense respeta la legalidad vigente, y el independentismo catalán no. La Constitución reconoce el derecho a conformarse en autonomía a las provincias con entidad regional», recuerda.