Durante el debate que se generó, ya en penumbra por el repentino y misterioso apagado de luces en la sede, que nunca más volvieron, a este humilde portavoz de 'StopSucesiones' le quedó claro que doña Marta estuvo de parte de las víctimas hasta que pidió que la dejáramos, literalmente, «hablar de su libro». Uno, que es liberal por convicción, empezó a tener la mosca detrás de la oreja cuando la diputada defendió ideológicamente la recaudación de impuestos para poder tener «educación, sanidad, comunicaciones...», terminando con un «y soy liberal». No sé si dijo eso fruto de la falta de luces, pero ese discurso es incompatible con el liberalismo
Marta Bosquet (C's). |
RAMIRO TÉLLEZ
Como sabrán, o se están enterando ahora, servidor de ustedes es el portavoz en Almería de la plataforma ciudadana 'StopSucesiones' contra el Impuesto de Sucesiones y Donaciones. El pasado viernes por la tarde, las plataformas que en Almería luchamos contra el más cruel de los impuestos
nos reunimos con Marta Bosquet, diputada de Ciudadanos por Almería en el parlamento andaluz, gracias a las excelentes gestiones Martín Giménez, portavoz de la plataforma Stop Impuesto de Sucesiones, y a su posterior generosidad invitándonos a las otras dos a asistir. Me van a permitir que
esta columna de opinión sea más bien una especie de crónica periodística comentada de lo que allí aconteció.
A la reunión, celebrada en la sede de Ciudadanos en Almería capital, asistimos representantes de las tres plataformas de Almería (las dos ya mencionadas más PACIS), cuatro víctimas del atraco impío por este miserable impuesto, y la diputada. Las primeras en hablar fueron las víctimas, contando sus casos desgarradores: una mujer que pierde a su marido y la obligan a recomprar el restaurante que, durante tantos años, regentó junto a él por 200.000 euros sin tener recursos; otra viuda que se ve obligada a recomprar por otra millonada la parcelica de terreno en el pueblo, propiedad del matrimonio, después de aceptar la herencia y que está desesperada porque no puede pagar; un padre separado que por culpa de este impuesto no puede hacer frente a las necesidades de sus hijos... En fin, los mismos escandalosos casos que se han publicado en distintos medios por toda la España sometida a este escarnio administrativo.
Mientras iban hablando las víctimas doña Marta, como es costumbre en la casta política, iba asintiendo y repitiendo que ella estaba de su parte y que lamentaba que pareciera que las quejas iban dirigidas a su persona. Desmentida esta circunstancia, por cortesía y amor a la verdad, fue el turno de los portavoces, que le fuimos explicando nuestras reivindicaciones de palabra y se las entregamos por escrito junto con documentación extra.
Para no aburrir al lector con detalles cronológicos innecesarios, la petición principal que las plataformas le hicimos a Bosquet fue que Ciudadanos no apoye los presupuestos de Andalucía si no se atiende la reivindicación de que se bonifique dicho impuesto al 99,99%, como sucede por ejemplo en Canarias, recordando que esa misma medida la va a apoyar Ciudadanos en Murcia —hecho que no negó la diputada cuando se le puso como ejemplo—. Se habló también de retroactividad de la bonificación para recuperar las cantidades confiscadas, de la revisión de los
valores catastrales a niveles reales de mercado y la supresión de sus factores multiplicadores, de las herencias provenientes de parientes distintos a los padres o de la supresión del impuesto a nivel nacional.
Durante el debate que se generó, ya en penumbra por el repentino y misterioso apagado de luces en la sede, que nunca más volvieron, a este humilde portavoz de 'StopSucesiones' le quedó claro que doña Marta estuvo de parte de las víctimas hasta que pidió que la dejáramos, literalmente, «hablar de su libro». Uno, que es liberal por convicción, empezó a tener la mosca detrás de la oreja cuando la diputada defendió ideológicamente la recaudación de impuestos para poder tener «educación, sanidad, comunicaciones...», terminando con un «y soy liberal». No sé si dijo eso fruto de la falta de luces, pero ese discurso es incompatible con el liberalismo.
Con todo, más ojipláticos nos quedamos cuando esgrimió que Ciudadanos no estaba por la labor de la bonificación al 99,99%, por «injusta». Lo «justo» es que paguen los 'ricos', siendo 'ricos' quienes ellos decidan, por supuesto. La diferencia con el PSOE es que para éste los "ricos" son los que heredan 250.000 euros y para Ciudadanos un millón, siendo ambos cantidades igual de caprichosas tanto en la fijación del límite
entre «ricos y pobres» como en su cálculo, porque el valor de la herencia depende de la tasación arbitraria del político.
En el plano ideológico, es lamentable que un partido que se autodenomina liberal realice la separación de la sociedad entre «ricos y pobres», y más lamentable aún que apoye la bonificación en Murcia y lo contrario en Andalucía. Con todo, más bochornosa si cabe fue su explicación a tal circunstancia: en Murcia gobierna el PP, que lo quiere bonificar, y en Andalucía el PSOE, que no. Si se analiza, vino a decir que Ciudadanos opta por la opción más rentable electoralmente en cada caso, contradiciendo con hechos la palabrería de defender lo mismo en toda España, como ya se demostró en Aragón cuando votaron contra la supresión de este impuesto en esa región. Siendo honestos, a Ciudadanos se le puede afear lo de Murcia, porque su rechazo en Aragón se basa en la «injusticia» de la bonificación que nos defendió Bosquet.
El argumento de la defensa de la igualdad de los españoles lo utilizó doña Marta para tratar de vendernos la idea de armonización, porque es injusto que por el mismo concepto unos paguen y otros no. Compartiendo la idea, las plataformas estamos en posiciones antagónicas a la suya en
cuanto a la solución. Hube de recordarle que estamos radicalmente en contra de cualquier armonización porque no es nuestro deseo que quien ahora tiene la fortuna de no ser expoliado deba experimentarlo en el futuro, sino que quienes lo padecemos ahora dejemos de hacerlo. No nos alivia
el hecho de igualarnos a todos en el robo. Ciudadanos quiere que todos los españoles tengan que recomprar los bienes que les dejan sus familiares, y nosotros que ninguno tenga que hacerlo.
Otro desencuentro, reconozco que coherente, visto lo visto, fue su negativa a aceptar el compromiso que le demandamos de llevar al Parlamento de Andalucía nuestras reivindicaciones aduciendo que su partido ya había adquirido el compromiso de modificar dicho impuesto mucho antes de nuestra
petición. Como ven, politiqués del más alto nivel.
Dejo para el final lo que, en mi opinión, no deja lugar a la duda sobre el alma de Ciudadanos. Bosquet, Licenciada en Derecho, a propósito de la petición de retroactividad, esgrimió que ni en España ni en ninguna parte las leyes son retroactivas. En fin, supongo que nos creería poco
formados. Sin entrar a valorar el argumento ni discutirlo, porque la reunión ya se estaba levantando con más sombras que luces, no necesariamente por el contumaz apagón, le recordé que las leyes responden al capricho humano y le puse como ejemplo el caso del pago de intereses de demora por
parte de la Administración, algo impensable en España antes de la reforma de Aznar.
El sentido de su respuesta dejó en evidencia la verdadera razón de su negativa: «si se devolvieran las cantidades recaudadas por este impuesto se produciría una merma grave de las arcas públicas». Para el liberal Ciudadanos, no mermar las arcas públicas justifica el latrocinio a los herederos y no tiene la más mínima intención de devolver las cantidades confiscadas a sus legítimos dueños. Nos fuimos todos, la sede siguió a oscuras pero a los asistentes se nos iluminó la cabeza.
nos reunimos con Marta Bosquet, diputada de Ciudadanos por Almería en el parlamento andaluz, gracias a las excelentes gestiones Martín Giménez, portavoz de la plataforma Stop Impuesto de Sucesiones, y a su posterior generosidad invitándonos a las otras dos a asistir. Me van a permitir que
esta columna de opinión sea más bien una especie de crónica periodística comentada de lo que allí aconteció.
A la reunión, celebrada en la sede de Ciudadanos en Almería capital, asistimos representantes de las tres plataformas de Almería (las dos ya mencionadas más PACIS), cuatro víctimas del atraco impío por este miserable impuesto, y la diputada. Las primeras en hablar fueron las víctimas, contando sus casos desgarradores: una mujer que pierde a su marido y la obligan a recomprar el restaurante que, durante tantos años, regentó junto a él por 200.000 euros sin tener recursos; otra viuda que se ve obligada a recomprar por otra millonada la parcelica de terreno en el pueblo, propiedad del matrimonio, después de aceptar la herencia y que está desesperada porque no puede pagar; un padre separado que por culpa de este impuesto no puede hacer frente a las necesidades de sus hijos... En fin, los mismos escandalosos casos que se han publicado en distintos medios por toda la España sometida a este escarnio administrativo.
Mientras iban hablando las víctimas doña Marta, como es costumbre en la casta política, iba asintiendo y repitiendo que ella estaba de su parte y que lamentaba que pareciera que las quejas iban dirigidas a su persona. Desmentida esta circunstancia, por cortesía y amor a la verdad, fue el turno de los portavoces, que le fuimos explicando nuestras reivindicaciones de palabra y se las entregamos por escrito junto con documentación extra.
Para no aburrir al lector con detalles cronológicos innecesarios, la petición principal que las plataformas le hicimos a Bosquet fue que Ciudadanos no apoye los presupuestos de Andalucía si no se atiende la reivindicación de que se bonifique dicho impuesto al 99,99%, como sucede por ejemplo en Canarias, recordando que esa misma medida la va a apoyar Ciudadanos en Murcia —hecho que no negó la diputada cuando se le puso como ejemplo—. Se habló también de retroactividad de la bonificación para recuperar las cantidades confiscadas, de la revisión de los
valores catastrales a niveles reales de mercado y la supresión de sus factores multiplicadores, de las herencias provenientes de parientes distintos a los padres o de la supresión del impuesto a nivel nacional.
Durante el debate que se generó, ya en penumbra por el repentino y misterioso apagado de luces en la sede, que nunca más volvieron, a este humilde portavoz de 'StopSucesiones' le quedó claro que doña Marta estuvo de parte de las víctimas hasta que pidió que la dejáramos, literalmente, «hablar de su libro». Uno, que es liberal por convicción, empezó a tener la mosca detrás de la oreja cuando la diputada defendió ideológicamente la recaudación de impuestos para poder tener «educación, sanidad, comunicaciones...», terminando con un «y soy liberal». No sé si dijo eso fruto de la falta de luces, pero ese discurso es incompatible con el liberalismo.
Con todo, más ojipláticos nos quedamos cuando esgrimió que Ciudadanos no estaba por la labor de la bonificación al 99,99%, por «injusta». Lo «justo» es que paguen los 'ricos', siendo 'ricos' quienes ellos decidan, por supuesto. La diferencia con el PSOE es que para éste los "ricos" son los que heredan 250.000 euros y para Ciudadanos un millón, siendo ambos cantidades igual de caprichosas tanto en la fijación del límite
entre «ricos y pobres» como en su cálculo, porque el valor de la herencia depende de la tasación arbitraria del político.
En el plano ideológico, es lamentable que un partido que se autodenomina liberal realice la separación de la sociedad entre «ricos y pobres», y más lamentable aún que apoye la bonificación en Murcia y lo contrario en Andalucía. Con todo, más bochornosa si cabe fue su explicación a tal circunstancia: en Murcia gobierna el PP, que lo quiere bonificar, y en Andalucía el PSOE, que no. Si se analiza, vino a decir que Ciudadanos opta por la opción más rentable electoralmente en cada caso, contradiciendo con hechos la palabrería de defender lo mismo en toda España, como ya se demostró en Aragón cuando votaron contra la supresión de este impuesto en esa región. Siendo honestos, a Ciudadanos se le puede afear lo de Murcia, porque su rechazo en Aragón se basa en la «injusticia» de la bonificación que nos defendió Bosquet.
El argumento de la defensa de la igualdad de los españoles lo utilizó doña Marta para tratar de vendernos la idea de armonización, porque es injusto que por el mismo concepto unos paguen y otros no. Compartiendo la idea, las plataformas estamos en posiciones antagónicas a la suya en
cuanto a la solución. Hube de recordarle que estamos radicalmente en contra de cualquier armonización porque no es nuestro deseo que quien ahora tiene la fortuna de no ser expoliado deba experimentarlo en el futuro, sino que quienes lo padecemos ahora dejemos de hacerlo. No nos alivia
el hecho de igualarnos a todos en el robo. Ciudadanos quiere que todos los españoles tengan que recomprar los bienes que les dejan sus familiares, y nosotros que ninguno tenga que hacerlo.
Otro desencuentro, reconozco que coherente, visto lo visto, fue su negativa a aceptar el compromiso que le demandamos de llevar al Parlamento de Andalucía nuestras reivindicaciones aduciendo que su partido ya había adquirido el compromiso de modificar dicho impuesto mucho antes de nuestra
petición. Como ven, politiqués del más alto nivel.
Dejo para el final lo que, en mi opinión, no deja lugar a la duda sobre el alma de Ciudadanos. Bosquet, Licenciada en Derecho, a propósito de la petición de retroactividad, esgrimió que ni en España ni en ninguna parte las leyes son retroactivas. En fin, supongo que nos creería poco
formados. Sin entrar a valorar el argumento ni discutirlo, porque la reunión ya se estaba levantando con más sombras que luces, no necesariamente por el contumaz apagón, le recordé que las leyes responden al capricho humano y le puse como ejemplo el caso del pago de intereses de demora por
parte de la Administración, algo impensable en España antes de la reforma de Aznar.
El sentido de su respuesta dejó en evidencia la verdadera razón de su negativa: «si se devolvieran las cantidades recaudadas por este impuesto se produciría una merma grave de las arcas públicas». Para el liberal Ciudadanos, no mermar las arcas públicas justifica el latrocinio a los herederos y no tiene la más mínima intención de devolver las cantidades confiscadas a sus legítimos dueños. Nos fuimos todos, la sede siguió a oscuras pero a los asistentes se nos iluminó la cabeza.