A pesar de que los embalses almerienses, al 14% de su capacidad, tienen más agua que hace un año, mientras la mayoría de pantanos han perdido un 10%
Pantano de Cuevas del Almanzora. |
ALMERÍA HOY / 02·03·2017
Almería es conocida, entre otras cosas, por ser la tierra con más horas de sol del continente, por disponer del más célebre desierto de Europa, y, por supuesto, por la falta de agua. Un déficit hídrico que la ha convertido en la provincia más seca de toda España, ya que sus actuales reservas están al 14%, lejos de Albacete o Murcia, las siguientes en la clasificación y cuyos pantanos se encuentran al 29% y al 31% de su capacidad.
Que en Almería hay poca agua no es nada nuevo. No obstante y teniendo en cuenta el gasto para las cuentas públicas —más de 620 millones de euros— realizado para construir desaladoras que no producen agua —las de Carboneras y el Campo de Dalías operan por debajo del 50%, la de Cuevas no está ni se la espera, como la de Rambla Morales—, hacen todavía más increíble que Almería sea la 'huerta de Europa'. Y luego está el precio del agua desalada, «disparatado» según los regantes.
Por todo ello y porque, de media, los pantanos españoles han despedido el mes de febrero con un 10% de agua embalsada menos de la que tenían hace justo un año —sin embargo, en Almería hay ahora más reservas que doce meses atrás, cuando los embalses no llegaban al 11%— es llamativo que la provincia almeriense siga siendo, y con diferencia, la más sedienta de España.
Así, los embalses de Almería cuentan con capacidad para almacenar 223 hectómetros cúbicos de agua, pero sólo disponen actualmente de 32 —un 14,35%—. El pantano de Cuevas del Almanzora, con capacidad para 121 hectómetros cúbicos, tiene 22,54, mientras que el de Benínar, con capacidad para 62 hectómetros cúbicos, contiene nueve. Y el embalse del Carrizal, en Níjar, nunca llega al hectómetro cúbico, que es su tope de reserva.
Sobrecostes millonarios
Y cuando las administraciones se remangan para tratar de resolver los problemas con la falta de agua en suelo almeriense, la cosa no mejora significativamente. Ahí queda la nefasta gestión en materia hídrica, y para muestra, un botón: el escándalo de Acuamed y sus consecuencias en la provincia de Almería, con tres actuaciones que acumulan sobrecostes superiores a los 200 millones de euros: la desaladora del Campo de Dalías —con un sobrecoste mínimo de 125 millones—, la desaladora del Bajo Almanzora —con unos 20 millones de sobrecoste— y la conexión de la desaladora de Carboneras al Almanzora —con cerca de 50 millones de euros de sobrecoste—.
Especialmente hiriente resulta la situación de la desaladora del Bajo Almanzora, con la que, como todos saben, un secretario de Estado de Aguas tuvo una 'brillante' idea; modificar su ubicación en el término municipal de Cuevas del Almanzora, para que, en vez de colocarla en la parte interna del arco del río, se colocara en la parte externa, de manera que, en cuanto cayeron las primeras lluvias fuertes, arrasaron con la desaladora. Aquello fue en 2012, y desde entonces sigue inutilizada.
Que en Almería hay poca agua no es nada nuevo. No obstante y teniendo en cuenta el gasto para las cuentas públicas —más de 620 millones de euros— realizado para construir desaladoras que no producen agua —las de Carboneras y el Campo de Dalías operan por debajo del 50%, la de Cuevas no está ni se la espera, como la de Rambla Morales—, hacen todavía más increíble que Almería sea la 'huerta de Europa'. Y luego está el precio del agua desalada, «disparatado» según los regantes.
Por todo ello y porque, de media, los pantanos españoles han despedido el mes de febrero con un 10% de agua embalsada menos de la que tenían hace justo un año —sin embargo, en Almería hay ahora más reservas que doce meses atrás, cuando los embalses no llegaban al 11%— es llamativo que la provincia almeriense siga siendo, y con diferencia, la más sedienta de España.
Así, los embalses de Almería cuentan con capacidad para almacenar 223 hectómetros cúbicos de agua, pero sólo disponen actualmente de 32 —un 14,35%—. El pantano de Cuevas del Almanzora, con capacidad para 121 hectómetros cúbicos, tiene 22,54, mientras que el de Benínar, con capacidad para 62 hectómetros cúbicos, contiene nueve. Y el embalse del Carrizal, en Níjar, nunca llega al hectómetro cúbico, que es su tope de reserva.
Sobrecostes millonarios
Y cuando las administraciones se remangan para tratar de resolver los problemas con la falta de agua en suelo almeriense, la cosa no mejora significativamente. Ahí queda la nefasta gestión en materia hídrica, y para muestra, un botón: el escándalo de Acuamed y sus consecuencias en la provincia de Almería, con tres actuaciones que acumulan sobrecostes superiores a los 200 millones de euros: la desaladora del Campo de Dalías —con un sobrecoste mínimo de 125 millones—, la desaladora del Bajo Almanzora —con unos 20 millones de sobrecoste— y la conexión de la desaladora de Carboneras al Almanzora —con cerca de 50 millones de euros de sobrecoste—.
Especialmente hiriente resulta la situación de la desaladora del Bajo Almanzora, con la que, como todos saben, un secretario de Estado de Aguas tuvo una 'brillante' idea; modificar su ubicación en el término municipal de Cuevas del Almanzora, para que, en vez de colocarla en la parte interna del arco del río, se colocara en la parte externa, de manera que, en cuanto cayeron las primeras lluvias fuertes, arrasaron con la desaladora. Aquello fue en 2012, y desde entonces sigue inutilizada.