Ingenieros agrícolas piden que se actúe frente a la plaga de cochinilla que está acabando con las chumberas

Por su «valor económico no convencional», su «consolidación» como elemento paisajístico y su «alto valor ambiental» como freno a la erosión


Chumbera afectada por la plaga.

EUROPA PRESS / 19·10·2016

El Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Almería ha manifestado su «enorme preocupación» por el estado de las chumberas debido a la plaga de la cochinilla que está terminando con ellas, por lo que ha solicitado la supresión de este cactus del Catálogo Español de Especies Invasoras, así como el «inicio de investigaciones» sobre el control biológico de la plaga.

Desde hace algo más de cuatro años, han informado en una nota, las chumberas de la provincia están siendo parasitadas por la cochinilla y «a la vista de todos está el estado lamentable en que se encuentran e incluso la muerte de muchos ejemplares».

Esta cochinilla, indican, es originaria de México y apareció con anterioridad en provincias cercanas a Almería, como Málaga, Murcia y Alicante aunque, ya en la actualidad, las chumberas almerienses están siendo arrasadas por esta plaga «que continúa avanzando a gran velocidad».

Los daños que produce la cochinilla son «múltiples» y destaca la aparición de masas blancas algodonosas y el debilitamiento de la planta por succión de savia. Posee gran capacidad de dispersión y llega a ocasionar la muerte de las plantas en uno o dos años.

El Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Almería, «consciente» de la gran «infestación» existente en las chumberas, invitó a la sociedad almeriense a un encuentro participativo en el que se explicó la «importancia» de estas plantas en diferentes ámbitos y las actuales estrategias de control de la plaga.

El acta del encuentro participativo de la situación actual de las chumberas, aprobada mayoritariamente por los participantes, concluye en «resaltar» el «valor económico no convencional y cultural» de las mismas; su «consolidación» como elemento paisajístico y su «alto valor ambiental» como freno a la erosión.