La posesión de ejemplares de esta especie puede ser castigada con penas de hasta dos años de prisión
Tortugas incautadas a un vecino de Turre. |
EUROPA PRESS / 05·02·2016
La Policía adscrita a la Junta de Andalucía ha puesto a disposición judicial a un vecino de Turre por un presunto delito contra la flora y la fauna protegida, después de que se le hayan intervenido 16 ejemplares adultos de tortuga mora —Testudo Graeca—, una especie declarada en peligro de extinción y cuya tenencia está prohibida por Ley.
Las tortugas han sido entregadas al Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA) 'Las Almohallas', en Vélez Blanco, para su recuperación y posterior devolución a su hábitat natural, cuando así lo apruebe la autoridad judicial.
Los 16 ejemplares fueron localizados en el jardín de acceso a una vivienda de la localidad de Turre, después de que una llamada anónima denunciase los hechos. El dueño carecía de la correspondiente autorización administrativa para la tenencia y cría en cautividad de especies protegidas, y los los animales carecían de microchip, por lo que los agentes procedieron a su incautación.
Tras la toma de declaración, las diligencias policiales instruidas han sido remitidas al Juzgado de instrucción de Guardia de Vera.
A partir del 1 de julio de 2015, la mera posesión de una tortuga mora como mascota, una costumbre muy arraigada en el sureste español, sin la autorización pertinente, pasó a ser un delito castigado con pena de prisión de seis meses a dos años o multa de ocho a veinticuatro meses.
Esta modificación del Código Penal provocó una entrega masiva de ejemplares por parte de los ciudadanos, tras lo que varios centenares fueron enviados al CREA 'Las Almohallas'.
Las tortugas han sido entregadas al Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA) 'Las Almohallas', en Vélez Blanco, para su recuperación y posterior devolución a su hábitat natural, cuando así lo apruebe la autoridad judicial.
Los 16 ejemplares fueron localizados en el jardín de acceso a una vivienda de la localidad de Turre, después de que una llamada anónima denunciase los hechos. El dueño carecía de la correspondiente autorización administrativa para la tenencia y cría en cautividad de especies protegidas, y los los animales carecían de microchip, por lo que los agentes procedieron a su incautación.
Tras la toma de declaración, las diligencias policiales instruidas han sido remitidas al Juzgado de instrucción de Guardia de Vera.
A partir del 1 de julio de 2015, la mera posesión de una tortuga mora como mascota, una costumbre muy arraigada en el sureste español, sin la autorización pertinente, pasó a ser un delito castigado con pena de prisión de seis meses a dos años o multa de ocho a veinticuatro meses.
Esta modificación del Código Penal provocó una entrega masiva de ejemplares por parte de los ciudadanos, tras lo que varios centenares fueron enviados al CREA 'Las Almohallas'.