Durante su traslado a dependencias hospitalarias, el imputado «intentó morder» a los agentes que le custodiaban, tirando al suelo a uno de ellos de un «fuerte empujón»
Audiencia Provincial de Almería. | Archivo. |
EUROPA PRESS / 28·10·2015
La Audiencia Provincial de Almería acoge este jueves la vista oral contra el joven que presuntamente protagonizó en julio de 2014 el ataque «canibal» a un vecino de la capital a quien habría abordado en una céntrica avenida para robarle, y al que habría arrancado la oreja tras emprenderla a «bocados» contra él.
Posteriormente, una vez detenido por la Policía Nacional y durante su traslado hasta un centro hospitalario, «intentó morder» a los agentes. A uno de ellos, le propinó supuestamente un «fuerte empujón» que «provocó» que cayera al suelo.
El Ministerio Público, que interesa para él penas que suman ocho años y medio de cárcel, admite que H.J.B.S., de 29 años, presentaba una intoxicación etílica de «tal intensidad» que «anuló su capacidad de entender y obrar con conocimiento», aunque le aplica la eximente incompleta. Tiene en cuenta, asimismo, que el procesado es reincidente para aplicar esta agravante, ya que fue condenado por lesiones y por atentado en 2012.
Según recoge en su escrito de calificación provisional, H.J.B.S. se encontraba a las 22:00 horas del 7 de julio en la Avenida del Mediterráneo de la capital, a la altura de una gran superficie comercial, cuando decidió acercarse a la víctima para pedirle una lata de cerveza.
Entonces, «con ánimo de menoscabar su integridad física y enriquecimiento ilícito», le golpeó presuntamente en la «cabeza con una botella de cristal, a la vez que le daba bocados» y le sustrajo efectos personales tasados en 293,92 euros.
Durante el ataque «a mordiscos», la víctima, de 45 años, sufrió «la pérdida del pabellón auricular derecho, quedando sólo el lóbulo del mismo» y diversas heridas de las que le ha quedado una cicatriz de dos centímetros en la pierna derecha. Tardó en curar 80 días, de los que 21 estuvo ingresado en el hospital.
Le había «mirado mal»
El Ministerio Público remarca, asimismo, que, al margen del tratamiento quirúrgico, precisó asistencia en la Unidad de Salud Mental para «tratamiento antidepresivo depresivo y ansiolítico». «Le ha quedado como secuela, al margen de la física, un trastorno de estrés postraumático moderado y presenta un estado de ánimo triste, insomnio, pesadillas, temor, decaimiento, aislamiento y estado de alerta, además de rechazar la posibilidad de prótesis», subraya.
Según informó la Policía Nacional tras el arresto, H.J.B.S., en prisión provisional desde el 9 de julio de 2014, explicó a los policías que había atacado a la víctima «porque le miró mal» y porque «quería su ropa y sus zapatos». En el momento del arresto, con la «boca y la ropa manchada de sangre», les dijo, asimismo: «no lo he matado porque se ha ido corriendo».
Posteriormente, una vez detenido por la Policía Nacional y durante su traslado hasta un centro hospitalario, «intentó morder» a los agentes. A uno de ellos, le propinó supuestamente un «fuerte empujón» que «provocó» que cayera al suelo.
El Ministerio Público, que interesa para él penas que suman ocho años y medio de cárcel, admite que H.J.B.S., de 29 años, presentaba una intoxicación etílica de «tal intensidad» que «anuló su capacidad de entender y obrar con conocimiento», aunque le aplica la eximente incompleta. Tiene en cuenta, asimismo, que el procesado es reincidente para aplicar esta agravante, ya que fue condenado por lesiones y por atentado en 2012.
Según recoge en su escrito de calificación provisional, H.J.B.S. se encontraba a las 22:00 horas del 7 de julio en la Avenida del Mediterráneo de la capital, a la altura de una gran superficie comercial, cuando decidió acercarse a la víctima para pedirle una lata de cerveza.
Entonces, «con ánimo de menoscabar su integridad física y enriquecimiento ilícito», le golpeó presuntamente en la «cabeza con una botella de cristal, a la vez que le daba bocados» y le sustrajo efectos personales tasados en 293,92 euros.
Durante el ataque «a mordiscos», la víctima, de 45 años, sufrió «la pérdida del pabellón auricular derecho, quedando sólo el lóbulo del mismo» y diversas heridas de las que le ha quedado una cicatriz de dos centímetros en la pierna derecha. Tardó en curar 80 días, de los que 21 estuvo ingresado en el hospital.
Le había «mirado mal»
El Ministerio Público remarca, asimismo, que, al margen del tratamiento quirúrgico, precisó asistencia en la Unidad de Salud Mental para «tratamiento antidepresivo depresivo y ansiolítico». «Le ha quedado como secuela, al margen de la física, un trastorno de estrés postraumático moderado y presenta un estado de ánimo triste, insomnio, pesadillas, temor, decaimiento, aislamiento y estado de alerta, además de rechazar la posibilidad de prótesis», subraya.
Según informó la Policía Nacional tras el arresto, H.J.B.S., en prisión provisional desde el 9 de julio de 2014, explicó a los policías que había atacado a la víctima «porque le miró mal» y porque «quería su ropa y sus zapatos». En el momento del arresto, con la «boca y la ropa manchada de sangre», les dijo, asimismo: «no lo he matado porque se ha ido corriendo».