Vecinos y regantes del Almanzora, Los Vélez y el Levante almeriense acuden a la Benemérita para que investigue si, desde hace años, se usan métodos artificiales para disipar tormentas
Fotografía: Bill Larkins |
ALMERÍA HOY / 22·10·2015
El presidente de ASAJA-Almería, Francisco Vargas, ha confirmado a ALMERÍA HOY que agricultores de las comarcas del Almanzora, el Levante y Los Vélez han interpuesto una denuncia en dependencias de la Guardia Civil para que se abra una investigación sobre la presunta existencia de avionetas 'antilluvia' dedicadas, supuestamente, a esparcir sustancias químicas altamente tóxicas para impedir que llueva, algo que sucedería «desde hace años».
«Es verdad que varios de nuestros asociados nos comentan que, cuando se forman nubes tormentosas en esas zonas, se oyen avionetas encima de ellas que impiden que se produzcan precipitaciones», ha explicado Vargas. Sobre quién estaría detrás de dichas avionetas, apunta a que «no es probable que sean las aseguradoras agrarias» porque las compañías de seguros «pagan más por sequía que por temporales». «Si acaso, podrían estar relacionadas con empresas de energías fotovoltaicas o con motivos de seguridad», apostilla.
Sin embargo, el máximo responsable provincial de ASAJA aclara que «cada vez que vamos a la Delegación de Agricultura o a la Subdelegación del Gobierno, nadie reconoce que existe este problema».
«Hay un problema añadido, como es que puedan liberar productos químicos contaminantes y que provocan cáncer y lluvia ácida», señala Francisco Vargas al tiempo que remarca la «situación desesperante» que viven los agricultores de las zonas afectadas por la sequía. «Les animamos a que sigan adelante con su denuncia». En cualquier caso, Vargas sentencia que sea «la Guardia Civil quien aclare si existen estas avionetas y quien las paga».
Teoría «improbable»
ALMERÍA HOY también ha consultado a José Antonio Maldonado, meteorólogo con más de 40 años de experiencia —el hombre del 'Tiempo' en TVE durante las décadas de los 80 y los 90— para conocer su opinión sobre las avionetas 'antilluvia'. Su primera impresión, y eso lo deja claro, es que se trata de algo «altamente improbable».
«No es la primera vez que me preguntan por un asunto así, sobre todo de zonas como Murcia o Canarias, donde llueve más bien poco», admite Maldonado señalando que fue en los años 60 cuando estas teorías cobraron fuerza.
Según indica, a finales de la década de los ochenta, la Organización Mundial de Meteorología realizó un estudio durante tres años para investigar hasta qué punto el hombre podía influir en que lloviera más o menos. «La conclusión de aquel estudio fue clara, y es que técnicamente es posible provocar que las nubes descarguen, pero sale más caro el perro que el collar», apunta ante la «falta de rentabilidad económica» de una tarea así.
«Si se inyecta yoduro potásico o yoduro de plata en una nube, se puede provocar que llueva. No descarto que alguien lo haga por su cuenta y riesgo, pero insisto en que no es rentable», subraya el meteorólogo.
Otra cosa distinta es hacer lo contrario: impedir que llueva. «Disipar nubes o suprimir su carga es mucho más improbable aún. Creo que el que venda algo así está tomando el pelo», sostiene.
Asimismo, diversos pilotos consultados por ALMERÍA HOY han coincidido en emplear la palabra «chorrada» al plantearles el asunto, añadiendo que jamás han oído hablar del tema en su entorno profesional.
«Es verdad que varios de nuestros asociados nos comentan que, cuando se forman nubes tormentosas en esas zonas, se oyen avionetas encima de ellas que impiden que se produzcan precipitaciones», ha explicado Vargas. Sobre quién estaría detrás de dichas avionetas, apunta a que «no es probable que sean las aseguradoras agrarias» porque las compañías de seguros «pagan más por sequía que por temporales». «Si acaso, podrían estar relacionadas con empresas de energías fotovoltaicas o con motivos de seguridad», apostilla.
Sin embargo, el máximo responsable provincial de ASAJA aclara que «cada vez que vamos a la Delegación de Agricultura o a la Subdelegación del Gobierno, nadie reconoce que existe este problema».
«Hay un problema añadido, como es que puedan liberar productos químicos contaminantes y que provocan cáncer y lluvia ácida», señala Francisco Vargas al tiempo que remarca la «situación desesperante» que viven los agricultores de las zonas afectadas por la sequía. «Les animamos a que sigan adelante con su denuncia». En cualquier caso, Vargas sentencia que sea «la Guardia Civil quien aclare si existen estas avionetas y quien las paga».
Teoría «improbable»
ALMERÍA HOY también ha consultado a José Antonio Maldonado, meteorólogo con más de 40 años de experiencia —el hombre del 'Tiempo' en TVE durante las décadas de los 80 y los 90— para conocer su opinión sobre las avionetas 'antilluvia'. Su primera impresión, y eso lo deja claro, es que se trata de algo «altamente improbable».
«No es la primera vez que me preguntan por un asunto así, sobre todo de zonas como Murcia o Canarias, donde llueve más bien poco», admite Maldonado señalando que fue en los años 60 cuando estas teorías cobraron fuerza.
Según indica, a finales de la década de los ochenta, la Organización Mundial de Meteorología realizó un estudio durante tres años para investigar hasta qué punto el hombre podía influir en que lloviera más o menos. «La conclusión de aquel estudio fue clara, y es que técnicamente es posible provocar que las nubes descarguen, pero sale más caro el perro que el collar», apunta ante la «falta de rentabilidad económica» de una tarea así.
«Si se inyecta yoduro potásico o yoduro de plata en una nube, se puede provocar que llueva. No descarto que alguien lo haga por su cuenta y riesgo, pero insisto en que no es rentable», subraya el meteorólogo.
Otra cosa distinta es hacer lo contrario: impedir que llueva. «Disipar nubes o suprimir su carga es mucho más improbable aún. Creo que el que venda algo así está tomando el pelo», sostiene.
Asimismo, diversos pilotos consultados por ALMERÍA HOY han coincidido en emplear la palabra «chorrada» al plantearles el asunto, añadiendo que jamás han oído hablar del tema en su entorno profesional.