El TS confirma la sentencia del tribunal militar que había impuesto penas de siete y ocho meses de cárcel respectivamente, además de sanciones económicas
EUROPA PRESS / 22·05·2015
El Tribunal Supremo (TS) ha condenado a penas de prisión a un agente de la Guardia Civil y a un cabo primero que se enzarzaron en una pelea en el interior del puesto de Garrucha, llegando a insultarse e «intercambiando puñetazos, empujones y agarrones».
El Alto Tribunal confirma el fallo del Tribunal Militar Territorial Segundo, que impuso al cabo la pena de ocho meses de cárcel por un delito de maltrato de obra a un subordinado, y al guardia civil le condenó a siete meses por maltrato de obra a un superior.
Según recoge la sentencia, el cabo primero estaba de servicio en la mañana del 11 de junio de 2012 cuando decidió ir «a tomar un café» con su esposa. Una vez fuera del cuartel, al darse cuenta de que no llevaba dinero, regresó camino de las taquillas ubicadas en otro bloque y vio como el guardia civil entraba con su coche particular en las dependencias.
En ese momento, «al verle entrar», se dirigió a su encuentro y decidió esperarle en un descansillo de acceso al garaje «ya que existían algunos problemas previos entre ambos». Cuando el agente, en situación de baja médica, se encontró con el superior, se inició una «discusión verbal» con «intercambio de insultos» que finalmente degeneró en un enfrentamiento físico.
El Supremo considera probado que el cabo primero le dijo al guardia civil «qué pasa, hijo de puta, me cago en tus muertos, te voy a partir la cara», por lo que comenzó una discusión «con fuertes gritos que derivó en golpes mutuos, sin que se haya podido determinarse quién fue el primero en golpear».
Señala que en el transcurso de la riña, el superior recibió por parte del subordinado expresiones como «cabrón, hijo de puta, te tengo que matar, me cago en tus muertos» al tiempo que le propinó «un fuerte golpe en el costado con el codo y varios empujones».
Por su parte, el guardia civil, «después de proferir estas expresiones», recibió del cabo primero «un puñetazo en la mejilla, siendo además agarrado por el cuello y por el brazo, que le retorció, y también estampado contra la pared».
Recoge, asimismo, que comenzó entonces a pedir «socorro», por lo que, en ese instante, una vecina «salió de su domicilio por si había surgido una emergencia sanitaria, si bien, al comprobar que era una pelea entre el guardia y otra persona de mayor altura, se desentendió de lo que estaba sucediendo y volvió al interior de su vivienda».
La resolución relata que, acto seguido, ambos se dirigieron al despacho del teniente comandante de Puesto «a fin de dar cuenta de lo sucedido, mostrándole ambos las señales que la pelea había dejado en sus respectivos cuerpos» y de las que tardaron en curar entre seis y siete días.
El agente deberá indemnizar a su superior con la cantidad de 448,44 euros en concepto de responsabilidad civil, mientras que el cabo primero deberá hacer lo propio en la cantidad de 384,38 euros.
El Alto Tribunal confirma el fallo del Tribunal Militar Territorial Segundo, que impuso al cabo la pena de ocho meses de cárcel por un delito de maltrato de obra a un subordinado, y al guardia civil le condenó a siete meses por maltrato de obra a un superior.
Según recoge la sentencia, el cabo primero estaba de servicio en la mañana del 11 de junio de 2012 cuando decidió ir «a tomar un café» con su esposa. Una vez fuera del cuartel, al darse cuenta de que no llevaba dinero, regresó camino de las taquillas ubicadas en otro bloque y vio como el guardia civil entraba con su coche particular en las dependencias.
En ese momento, «al verle entrar», se dirigió a su encuentro y decidió esperarle en un descansillo de acceso al garaje «ya que existían algunos problemas previos entre ambos». Cuando el agente, en situación de baja médica, se encontró con el superior, se inició una «discusión verbal» con «intercambio de insultos» que finalmente degeneró en un enfrentamiento físico.
El Supremo considera probado que el cabo primero le dijo al guardia civil «qué pasa, hijo de puta, me cago en tus muertos, te voy a partir la cara», por lo que comenzó una discusión «con fuertes gritos que derivó en golpes mutuos, sin que se haya podido determinarse quién fue el primero en golpear».
Señala que en el transcurso de la riña, el superior recibió por parte del subordinado expresiones como «cabrón, hijo de puta, te tengo que matar, me cago en tus muertos» al tiempo que le propinó «un fuerte golpe en el costado con el codo y varios empujones».
Por su parte, el guardia civil, «después de proferir estas expresiones», recibió del cabo primero «un puñetazo en la mejilla, siendo además agarrado por el cuello y por el brazo, que le retorció, y también estampado contra la pared».
Recoge, asimismo, que comenzó entonces a pedir «socorro», por lo que, en ese instante, una vecina «salió de su domicilio por si había surgido una emergencia sanitaria, si bien, al comprobar que era una pelea entre el guardia y otra persona de mayor altura, se desentendió de lo que estaba sucediendo y volvió al interior de su vivienda».
La resolución relata que, acto seguido, ambos se dirigieron al despacho del teniente comandante de Puesto «a fin de dar cuenta de lo sucedido, mostrándole ambos las señales que la pelea había dejado en sus respectivos cuerpos» y de las que tardaron en curar entre seis y siete días.
El agente deberá indemnizar a su superior con la cantidad de 448,44 euros en concepto de responsabilidad civil, mientras que el cabo primero deberá hacer lo propio en la cantidad de 384,38 euros.