Dos años de internamiento para el menor que robó, desnudó y obligó a pelear entre sí a dos niños

El condenado, que actuó en compañía de otros dos agresores, retuvo a los niños durante cinco horas, golpeándoles y amenazándoles con un compás para someterlos a su voluntad



EUROPA PRESS / 11·03·2015

El Juzgado de Menores ha impuesto una medida de 24 meses de internamiento al menor que, en compañía de otros dos que no han podido ser imputados por tener menos de 14 años, retuvo contra su voluntad a dos niños de 11 y 12 años, a quienes abordó cuando iban al colegio y a los que obligó, esgrimiendo un compás, a quitarse la ropa y pelear entre ellos.

El menor, de 14 años y en régimen de internamiento semiabierto desde el 20 de noviembre de 2014, también les robó una braga de una conocida marca deportiva y un teléfono móvil, les coaccionó para que al día siguiente le entregasen sus videoconsolas y videojuegos, y golpeó en repetidas ocasiones a uno de ellos, que sufrió un ataque de ansiedad como consecuencia de la agresión.

La sentencia, dictada de conformidad con la defensa del acusado, le impone un total de 24 meses de internamiento, de los que 10 serán de cumplimiento efectivo y 14, en régimen de libertad vigilada. Le prohíbe, asimismo, acercarse a las víctimas, a su lugar de estudio o a sus domicilios, a menos de 30 metros durante dos años, y le obliga a indemnizar a una de ellas con 169,95 euros.

Los hechos se remontan a primera hora de la mañana del 14 de noviembre de 2014 cuando, según relata el fallo, el menor y otros dos adolescentes no imputables se pusieron de acuerdo, «con ánimo de ilícito beneficio», y abordaron a las dos víctimas en las inmediaciones de un centro escolar de la capital cuando se dirigían a clase.

Tras obligarles a acompañarlos a «un lateral exterior del centro», comenzaron a registrar las mochilas de los dos niños y cogieron dos compases que «esgrimieron por el lado del pincho para arrebatarles una braga de una conocida marca deportiva y un teléfono móvil».

A continuación, los tres, con los compases todavía en las manos, «obligaron a las víctimas a quitarse las prendas de vestir». En concreto, y con la «intención humillarles», uno se tuvo que desprender de los pantalones y el otro, de la camiseta.

Una vez en ese estado, el menor enjuiciado propinó a uno de ellos «varios cabezazos» y, tras forzarle a poner las manos a la espalda, le dio «un puñetazo en el estómago y otro en el rostro». Acto seguido, según remarca la sentencia, le obligó a «ponerse de rodillas» para «seguir golpeándolo, hasta que cayó al suelo».

Durante las cinco horas que los tuvieron retenidos contra su voluntad, les interrogaron sobre sus domicilios y los objetos de valor que pudieran tener y les «interesaran», como «videoconsolas y videojuegos», y les exigieron, propinándoles «golpes en la parte posterior de la cabeza», que a las 09:00 horas del día siguiente se las llevaran a ese mismo lugar.

El menor también reconoció en el acto de juicio que, con ánimo de humillarles, obligaron a los niños «a pegarse entre sí so pena de agredirles ellos», por lo que accedieron «en base al temor inferido hasta que uno de ellos sufrió un ataque de ansiedad», lo que les hizo «huir del lugar».

Como consecuencia de los hechos, constitutivos de delitos de robo con violencia, detención ilegal, contra la integridad moral y coacciones, además de una falta de lesiones, uno de los menores sufrió policontusiones, mareos y cefaleas de los que tardó en curar tres días, aunque sin secuelas.