El establecimiento volverá a abrir sus puertas en unas semanas bajo la gerencia de los responsables del hotel Catedral
Fachada principal del bar Casa Puga, Almería. |
EUROPA PRESS / 26·03·2015
El emblemático bar Casa Puga, instalado desde hace más de un siglo en la calle Jovellanos de la capital, vivió en la noche de este miércoles su último servicio de cara al público, tres noches antes de lo previsto inicialmente por los hermanos Leonardo y José Martín López, quienes desde hace décadas se han encargado de dirigir este local de referencia en Almería.
Así lo ha confirmado Leonardo Martín, quien ha precisado que el cierre antes de lo previsto se debe a cuestiones «burocráticas», si bien ha apuntado que en cuestión de dos a tres semanas, el establecimiento volverá a abrir sus puertas bajo una nueva gerencia.
Martín, quien se ha mostrado emocionado ante este cierre «temporal», ha relatado que desde hace meses se despide de todos los clientes que pasan por la taberna, y que para él «son amigos con los que hemos compartido alegrías, problemas, tristezas y celebraciones», ha asegurado.
Aunque aún falta algún papeleo, el gerente del popular bar ha asegurado que el traspaso del local y la venta de la marca están hablados con los que pronto serán los nuevos encargados del negocio, en este caso, la empresa Servicios Hosteleros La Catedral, que también gestiona el céntrico Hotel Catedral, a pocos metros de la calle Jovellanos.
«Suponemos que para una semana después de Semana Santa ya puede estar otra vez abierto», ha explicado Leonardo Martín, más conocido como Leo, quien ha dado cuenta de las tres generaciones que han estado al frente de la taberna en la que se han servido las tapas más tradicionales, así como los mejores vinos de la tierra.
Así, ha afirmado que durante estas últimas semanas, multitud de personas han ido a «dar las gracias» por haber mantenido un lugar que ha sido un referente en la capital a la hora de compartir determinados momentos en la vida social. «Son todos amigos que llevamos más de 40 años viéndonos», ha relatado el empresario.
Leonardo Martín comenzó a trabajar en la taberna a la edad de once años junto con sus padres, quienes habían tomado el negocio de uno de sus tíos, Juan Puga, quien a su vez en 1900 fundó la actual Casa Puga. El bar lleva como lema "Lo mejor de Casa Puga son sus clientes" y de sus paredes cuelgan numerosas fotografías de amigos y familiares que durante años han frecuentado el establecimiento así refranes populares, chascarrillos y cuadros de imágenes populares y santos.
Así lo ha confirmado Leonardo Martín, quien ha precisado que el cierre antes de lo previsto se debe a cuestiones «burocráticas», si bien ha apuntado que en cuestión de dos a tres semanas, el establecimiento volverá a abrir sus puertas bajo una nueva gerencia.
Martín, quien se ha mostrado emocionado ante este cierre «temporal», ha relatado que desde hace meses se despide de todos los clientes que pasan por la taberna, y que para él «son amigos con los que hemos compartido alegrías, problemas, tristezas y celebraciones», ha asegurado.
Aunque aún falta algún papeleo, el gerente del popular bar ha asegurado que el traspaso del local y la venta de la marca están hablados con los que pronto serán los nuevos encargados del negocio, en este caso, la empresa Servicios Hosteleros La Catedral, que también gestiona el céntrico Hotel Catedral, a pocos metros de la calle Jovellanos.
«Suponemos que para una semana después de Semana Santa ya puede estar otra vez abierto», ha explicado Leonardo Martín, más conocido como Leo, quien ha dado cuenta de las tres generaciones que han estado al frente de la taberna en la que se han servido las tapas más tradicionales, así como los mejores vinos de la tierra.
Así, ha afirmado que durante estas últimas semanas, multitud de personas han ido a «dar las gracias» por haber mantenido un lugar que ha sido un referente en la capital a la hora de compartir determinados momentos en la vida social. «Son todos amigos que llevamos más de 40 años viéndonos», ha relatado el empresario.
Leonardo Martín comenzó a trabajar en la taberna a la edad de once años junto con sus padres, quienes habían tomado el negocio de uno de sus tíos, Juan Puga, quien a su vez en 1900 fundó la actual Casa Puga. El bar lleva como lema "Lo mejor de Casa Puga son sus clientes" y de sus paredes cuelgan numerosas fotografías de amigos y familiares que durante años han frecuentado el establecimiento así refranes populares, chascarrillos y cuadros de imágenes populares y santos.